La radio proporciona informaciones que están sometidas a censuras en la mayoría de los países beligerantes; asimismo las emisiones extranjeras son muy buscadas por los ciudadanos de los países en guerra, sobre todo en programas en su misma lengua.
Cada estado difunde informaciones en la lengua de sus enemigos para no sólo informarlos, tambien socavar la moral de la población.
Así, de la emisora francesa de Estrasburgo, eran emitidas antes de la guerra emisiones en alemán que frecuentemente eran denunciadas por Goebbels, mientras que su escucha en Alemania estaba prohibida. De la emisora de Stuttgart, los alemanes difundían emisiones en lengua francesa.
En la invasión de Francia, el éxodo de franceses fue magnificado por la radio; el anuncio radiodifundido por el Mariscal Petain, el 17 de junio, de la petición de armisticio aceleró el desastre.
Cuando la mayor parte del continente europeo fue ocupada por los alemanes, escuchar la radio inglesa fue a menudo la primera forma de resistencia. También fue por radio que más tarde se establecieron los contactos entre los resistentes y las fuerzas aliadas. De esta manera la radio desempeñó un papel en la estrategia misma.
Las emisiones diarias de la reina Guillermina de Holanda en Radio Orange, sirvieron como aglutinante para la moral de los holandeses. La resistencia checa enviaba a Londres, mediante su emisora Sparta-1, informes detallados sobre los movimientos alemanes. Para los europeos bajo la ocupación alemana, escuchar el tambor de Francis Drake, o las cuatro primeras notas de la 5ª Sinfonía de Beethoven anunciando los partes de guerra, era sinónimo de libertad.
Las emisiones diarias de la reina Guillermina de Holanda en Radio Orange, sirvieron como aglutinante para la moral de los holandeses. La resistencia checa enviaba a Londres, mediante su emisora Sparta-1, informes detallados sobre los movimientos alemanes. Para los europeos bajo la ocupación alemana, escuchar el tambor de Francis Drake, o las cuatro primeras notas de la 5ª Sinfonía de Beethoven anunciando los partes de guerra, era sinónimo de libertad.
La radio ante todo fue un arma psicológica, no sólo por sus emisiones de información, también por la intoxicación producida a sus adversarios. Ese fue el papel de las radios negras que ocultaban su origen para contaminar la opinión pública de los países enemigos. Los ingleses llegaron a ser maestros en la materia con Sefton Delmer, durante mucho tiempo periodista en Berlín, quien lanzaba una Radio-Secret, como si se tratara de emisiones clandestinas en la misma Alemania. Otros locutores famosos fueron Gillars Mildred (Axis Sally), William Joyce (Lord Haw Haw) e Iva Toguri, conocida como Tokyo Rose.
La radio contribuyó, en algunos casos, a la finalización del conflicto. En Italia, en octubre de 1943, la radio fue utilizada para hacer ganar Malta por los italianos. En Japón el emperador Hirohito tomó la palabra para anunciar la capitulación del imperio en 1945.
En Alemania, con 16 millones de aparatos receptores en 1941, la radio es el principal instrumento que utiliza Goebbels para mantener el “frente interno” y para desarrollar la devoción a Hitler. Goebbels da a la radio mayor libertad de acción que a la prensa escrita. La radio debe replicar a las emisiones en lengua alemana de la BBC. Goebbels anunció por la radio la desastrosa situación de Stalingrado. Ya eran varios los esfuerzos por convencer a la opinión pública alemana de la victoria final.
Los alemanes habían querido utilizar la radio en los países ocupados por ellos para adoctrinar a las poblaciones en la ideología nazi. En los Países Bajos, habían difundido en holandés programas producidos en Alemania. Cuando la audiencia de las radioemisoras de Londres aumentó, los alemanes multiplicaron los centros de interferencia.
El 10 de septiembre de 1939, el Ministerio de Propaganda prohibió a todo el país la escucha de cualquier emisora extranjera. Esta prohibición se hizo cumplir con todas las medidas posibles, tanto coercitivas como interferencia de emisoras, aseguraba a Goebbels que el oyente quedara aislado del exterior.
El programa estrella de su programación, “La hora de la nación”, racista, nacionalista, doctrinario y extremadamente demagógico, falsea y transforma la información con el fin de enardecer los ánimos populares y convencerlos de la superioridad de la raza aria y del uso de la violencia para imponerla. Se prohíbe cualquier tipo de música ligera, como el jazz, y en su lugar se emiten himnos y marchas militares, así como clásicos alemanes. Tambien se emiten los discursos de Hitler y de los principales dirigentes nazis.
Aunque las experiencias radiofónicas en el Reino Unido dieron comienzo a poco de terminada la Primera Guerra Mundial, el origen de la radiodifusión inglesa se fija en la constitución y puesta en marcha de la British Broadcasting Company (BBC). A punto de estallar la guerra, la BBC se encontraba ya con una estructura informativa ampliamente desarrollada y acreditada dentro y fuera del país a través de sus servicios de intercambio con otras emisoras europeas o americanas, o bien mediante la recepción directa de los servicios desde cualquier país.
La guerra, una vez más, iba a forzar el desarrollo de la radio. La BBC, al llegar septiembre de 1939, había adquirido una sólida estructura interior y exterior, junto con un buen merecido prestigio. El papel de la BBC no es el de una emisora más, sino el de la primera emisora del mundo, tanto por el volumen de servicios informativos, interiores y exteriores; como por su influencia durante la contienda sobre el propio país y sobre los países dominados por los alemanes.
Entre 1939 y 1940, los servicios extranjeros se elevaron hasta casi los cincuenta, en distintos idiomas, sin contar los que pueden considerarse específicamente “bélicos”.
El 1 de junio de 1944, 200 mensajes codificados, camuflados como mensajes personales, anunciaban el desembarco inminente, uno de ellos “Los largos sollozos de los violines de otoño”, fue completado el 5 de junio, “lastiman mi corazón con monótona languidez”, era la señal de la acción inmediata en vista del desembarco. Emisiones en lengua francesa también fueron difundidas desde Moscú y desde los Estados Unidos.
La red de la "Voz de América" cubrió poco a poco al mundo entero, en las principales lenguas, oponiéndose con éxito a la propaganda radiofónica alemana o italiana, en especial en América Latina. En 1942 comienza la transmisión del serial de 13 episodios titulado "This is the War" que fue muy influyente en el reclutamiento de de miles de jóvenes. En 1943 se creó un servicio de boletines cada quince minutos, con algo sin precedentes: el testimonio directo de los soldados desde el campo de batalla.
Japón es el único país asiático donde la radio se desarrolló antes de la Segunda Guerra Mundial, alcanzando en 1940 lo 5.688.031 de receptores. Este medio fue muy importante para este país asiático en la conquista de Indochina, Filipinas, Hong Kong, Guam, Birmania y las costas de China. Fundamental resultó ser cuando los japoneses atacaron por sorpresa a la flota norteamericana anclada en Pearl Harbor. Esto significó la incorporación o la entrada al conflicto de Estados Unidos en diciembre de 1941.
La radio soviética fue la que empleó el método más cruel de propaganda. En las retransmisiones para Alemania se leían las listas de prisioneros germanos. Esto hizo que estas emisiones alcanzaran altos niveles de audiencia.
Tras la lectura de los nombres, el locutor anunciaba que un soldado se dirigiría a su familia haciendo una pequeña introducción en la que les comunicaba que tenían suerte porque otros no volverían a ver jamás a su marido o a su hijo, que yacen congelados en los campos de la Unión Soviética.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la radiodifusión había mostrado su superioridad ante la prensa escrita sometida más fácilmente a la censura, la radio ignoraba fronteras, tomó, como la guerra, dimensiones mundiales. De este modo penetró más profundamente en los continentes de Asia y de África que hasta entonces apenas habían sido tocados.
Para saber más:
Universidad de Palermo
Mein Kampf, Adolf Hitler
La Segunda Guerra Mundial, 50 años después, ABC
La Segunda Guerra Mundial (SARPE)
No hay comentarios:
Publicar un comentario