Cuando el muro de la vergüenza estaba empezando a ser construido, consistía principalmente de alambres de púas y guardias armados. En ese primer momento de incertidumbre, un gran número de personas cruzó las líneas con una relativa dificultad. Unos se arrojaban por las ventanas de edificios limítrofes, otros se lanzaban velozmente sobre la barrera con camiones. Unos consiguieron huir apoderándose antes de una locomotora y otros robaron una embarcación para fugarse por el canal. “Nadie quería vivir entre espías en aquel sofocante régimen comunista”.
Algunas personas como las familias Wetzels y Strlzycks consiguieron volar por encima del muro. Compraron pequeñas cantidades de tela en secreto para no despertar sospecha. Cuando tuvieron todo lo necesario, fue cosida para formar un globo de aire caliente, llegando a Berlín Occidental en unas pocas horas.
No pasó mucho tiempo para que el serpeante muro de 107 kilómetros de largo y 4 metros de altura, privara de la libertad a una gran parte de berlineses.
En un intento de escapar y tener acceso a Berlín Occidental, una amplia red de túneles fueron construidos, la mayoría fueron excavados por estudiantes universitarios, pero muchas fueron las personas que los utilizaron. Sorprendieron y detuvieron a muchos, pero otros lograron escapar. Hombres, mujeres y niños que habían sacudido el yugo comunista metiéndose literalmente por los agujeros.
El primer túnel con éxito se excavo en un cementerio tras un panteón, la gente visitaba el cementerio con flores, fingía estar de duelo mientras escapaban por un ingenioso túnel. Fue descubierto cuando accidentalmente una mujer cayó y dejó a su bebé en llantos en la parte superior. El túnel fue cerrado.
Otro de los relatos más sensacionales sin lugar a dudas fue el de Hasso Herschel, un asistente de vuelo que ayudó a multitud de personas. Junto a unos amigos, un angustioso pasado y nueve meses cavando, realizó un túnel de 126 metros. Partía de la Bernauer Strasse en el oeste y avanzaba hasta la Schönholzer Strasse en el este.
El 14 de Septiembre de 1962, llevó a su hermana junto a otros 28 refugiados a través del túnel hacia el este. Tras su eficaz fuga, en la República alemana muchos fueron los que llamaron a su puerta para que organizará fugas de parientes y amigos. Se calcula que hasta 1972, consiguió sacar a unas 1000 personas de la antigua República Democrática Alemana.
En colaboración con la NBC, ofreció en la época la emisión de imágenes de la excavación del túnel, para que millones de televidentes pudieran ver en todo el mundo, la gran evasión. El documental Túnel 29. Entre 6.000 y 12.000 marcos pagaron también los opositores al régimen con un viaje con destino a la tierra prometida, ambas le reportaron enormes beneficios.
En la actualidad, olvidado en el tiempo y completamente arruinado decidió escribir un libro y contar al mundo la historia como realmente fue. Cazado nuevamente por un presupuesto millonario del grupo Kirch se estrenó la película El Túnel, bajo la dirección de Ronald Suso, la película basada en su relato, narra los acontecimientos de la gran fuga de Berlin del este de las 29 personas entre ellas, Anita su hermana.
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