
Los motores diésel, con los que navegaban en superficie y con los que recargaban las baterías elevaban la temperatura más allá de los 50 °C.

No existía la intimidad, salvo el poco tiempo que pasaban en la letrina, ni tranquilidad. De fondo había siempre luces encendidas, el chillido de las comunicaciones por radio, el siseo de las mojadas botas de goma, el zumbar de una bomba de sentina, el sorber de las válvulas de entrada de aire y el pulsar de los motores diésel.

En octubre de 1941, cuando el "U-106" cruzó el golfo de Vizcaya en un tranquilo día azul, una nueva guardia salió al exterior para descubrir que habían desaparecido los cuatro hombres del turno anterior a los que acudían a reemplazar. Una tremenda ola de popa los había barrido y nadie se dio cuenta del suceso.
Estos incidentes se mezclaban con la paranoia de los submarinistas que los alemanes llamaban Blechkoller, o neurosis de la "lata de conserva". Una forma de tensión nerviosa que podía conducirles a una violenta histeria, particularmente bajo los ataques con cargas de profundidad, en los que si eran alcanzados por una de estas cargas la muerte era casi segura. Si bajaban a demasiada profundidad el submarino se podía colapsar y quedar aplastado como una lata de refresco por culpa de la presión.

Con suerte, pronto hallarían una presa, y la victoria por el hundimiento de un navío enemigo aliviaría la tensión de sus agotados tripulantes.
El terror que provocaban en los aliados los U-Boote alemanes era igual al que se enfrentaban los hombres de estos mismos submarinos. Ser un marino miembro de la tripulación de un submarino alemán era uno de los puestos de combate más duros y peligrosos de la Segunda Guerra Mundial.
Los U-Boote alemanes hundieron un total de 2.779 buques mercantes durante la Segunda Guerra Mundial y 382 navíos de guerra y apoyo, pero a un coste elvadísimo. Alemania perdió 28.542 de sus 41.300 tripulantes de sumergibles, el 70% de los destinados a la fuerza de submarinos. Tambien se perdieron 753 de los U-Boote que entraron en combate. Solo sobrevivieron 108 unidades.
Para saber más:
Así fue la guerra submarina, de Harald Busch
U-Boote, submarinos alemanes en la SGM: Mito y realidad de un trágico destino, de Santiago Mata
Una Jauría de Lobos, de Carlos Canales y Miguel del Rey
Submarino, de Lothar-Günter Buchheim
U-Historia
Uboat
Diario de Guerra
Submarinos Alemanes
No hay comentarios:
Publicar un comentario