Al parecer, durante el transcurso de una fiesta, Winston Churchill se
pasó con la bebida y golpeó accidentalmente a la diputada laborista
Bessie Bradock.
La diputada Bessie Braddock en una oficina de reclutamiento.
Ésta no dudó en encararse con el primer ministro británico:
Mr. Churchill está usted desagradablemente ebrio.
Sin pelos en la lengua, Churchill le contestó:
Si, señora, yo estoy borracho y usted es muy fea, pero a mí se me habrá pasado mañana.
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