Durante la Segunda Guerra Mundial los Estados Unidos pusieron en marcha la Oficina de Información de Guerra, su propósito era promover el patriotismo, la venta de bonos de guerra y entre otra de las funciones era alentar a las mujeres a unirse al esfuerzo de la guerra, trabajando en las fábricas, mientras los hombres combatían en Europa o el Pacífico.
Esta es una muestra de imágenes que apoyaban esas campañas.
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jueves, 28 de junio de 2012
miércoles, 27 de junio de 2012
El submarino olvidado de la Segunda Guerra Mundial
El USS O-9 (SS-70) fue fabricado en 1918 y entro en servicio durante los últimos meses de la Primera Guerra Mundial, realizando patrullas en la costa atlántica de EE.UU.
En la mañana del 20 de Junio de 1941, meses antes de entrar EE.UU. en la Segunda Guerra Mundial, partió de Nueva Londres para realizar ensayos de inmersión a gran profundidad, junto a dos submarinos, los USS 0-6 y 0-10. Después de que el 0-6 y 0-10 empezaran sus pruebas, cerca de Portsmouth (New Hampshire) El submarino 0-9 inicia su inmersión a las 8:37 y casi dos horas después seguía sin subir, con 33 oficiales y marineros como tripulación.
Se puso en marcha una operación de salvamiento con los submarinos que le acompañaban, a los que se sumaron el USS TRITON y el USS FALCON, además de otros buques de rescate en busca del USS O-9. A primera horas de la noche se hallaron algunos restos del submarino a una profundidad de 140m, cuando el USS O-9 estaba diseñado para una profundidad máxima de 65m.
Los buzos estuvieron realizando inmersiones desde las 13:00 horas del 21 de junio hasta las 11:43 horas del 22 de junio 11:43, sin obtener resultados. Los buzos solo podían quedarse unos pocos minutos a los 140m de profundidad en que se encontraba el naufragio, lo que llevó a establecer récords de resistencia y profundidad en operaciones de salvamento. Las operaciones de rescate se suspendieron el 22 de junio. El barco y su tripulación fueron declarados perdidos a partir del 20 de junio. El 22 de junio, el secretario de Marina, Frank Knox llevó a cabo los servicios fúnebres para los 33 oficiales y soldados perdidos en su tumba de acero.
El 20 de septiembre de 1997, el O-9 fue finalmente localizado frente a las costas de Salem, New Hampshire por la compañía Klein Sonar. El casco se encuentra aplastado desde la torreta hasta la popa, aunque la parte de proa del el casco apareció intacta. No hay planes para rescatar el O-9 y Su ubicación exacta es un secreto y el área ha sido designada como un cementerio Naval.
Para saber más:
Wikipedia
Naval Historical Center
20 Minutos
En la mañana del 20 de Junio de 1941, meses antes de entrar EE.UU. en la Segunda Guerra Mundial, partió de Nueva Londres para realizar ensayos de inmersión a gran profundidad, junto a dos submarinos, los USS 0-6 y 0-10. Después de que el 0-6 y 0-10 empezaran sus pruebas, cerca de Portsmouth (New Hampshire) El submarino 0-9 inicia su inmersión a las 8:37 y casi dos horas después seguía sin subir, con 33 oficiales y marineros como tripulación.
Se puso en marcha una operación de salvamiento con los submarinos que le acompañaban, a los que se sumaron el USS TRITON y el USS FALCON, además de otros buques de rescate en busca del USS O-9. A primera horas de la noche se hallaron algunos restos del submarino a una profundidad de 140m, cuando el USS O-9 estaba diseñado para una profundidad máxima de 65m.
Los buzos estuvieron realizando inmersiones desde las 13:00 horas del 21 de junio hasta las 11:43 horas del 22 de junio 11:43, sin obtener resultados. Los buzos solo podían quedarse unos pocos minutos a los 140m de profundidad en que se encontraba el naufragio, lo que llevó a establecer récords de resistencia y profundidad en operaciones de salvamento. Las operaciones de rescate se suspendieron el 22 de junio. El barco y su tripulación fueron declarados perdidos a partir del 20 de junio. El 22 de junio, el secretario de Marina, Frank Knox llevó a cabo los servicios fúnebres para los 33 oficiales y soldados perdidos en su tumba de acero.
El 20 de septiembre de 1997, el O-9 fue finalmente localizado frente a las costas de Salem, New Hampshire por la compañía Klein Sonar. El casco se encuentra aplastado desde la torreta hasta la popa, aunque la parte de proa del el casco apareció intacta. No hay planes para rescatar el O-9 y Su ubicación exacta es un secreto y el área ha sido designada como un cementerio Naval.
Para saber más:
Wikipedia
Naval Historical Center
20 Minutos
martes, 26 de junio de 2012
P-40 hallado en el desierto del Sahara 70 años después de su derribo
Este P-40 Kitty Hawk, perteneciente al 260 escuadrón de caza de las fuerzas aéreas canadienses, fue derribado sobre el desierto del Sahara en 1942 y ha sido hallado por un equipo de prospección petrolífera, tras 70 años preservado por las arenas del desierto. El aparato se hallaba con caso toda la munición y el ejército egipcio tuvo que retirarla.
Para saber más:
TheBRIGADE
Warfare History Network
Para saber más:
TheBRIGADE
Warfare History Network
lunes, 25 de junio de 2012
Las trincheras del General Patton
El General George S. Patton nunca se dejó amedrentar por los bombardeos. Era un militar firme y odiaba a los soldados cobardes, molestándole de manera exagerada que sus hombres al mando se refugiaran y/o pusieran a cubierto, incluso en un fuerte bombardeo.
Un día, se encontró con el Mayor General Terry Allen que estaba al cargo de una unidad que estaba situada en campo de batalla plagado de trincheras.
Sin más, Patton se acercó a la trinchera, se bajó los pantalones y orinó en ella.
Para saber más:
Yorokobu
Vicisitud y Sordidez
Un día, se encontró con el Mayor General Terry Allen que estaba al cargo de una unidad que estaba situada en campo de batalla plagado de trincheras.
«Allen ¿usted tiene una trinchera también?» pregunto Patton.
«Sí, señor» respondió Allen, señalando «Justo ahí»
Sin más, Patton se acercó a la trinchera, se bajó los pantalones y orinó en ella.
Para saber más:
Yorokobu
Vicisitud y Sordidez
2.000 carteles de propaganda de la Segunda Guerra Mundial en Internet en alta resolución
Los Archivos Nacionales del Reino Unido se asocian con Wikimedia Commons para ofrecer en alta resolución cientos de pósters, pinturas y dibujos.
Los afiches se distribuían en lugares públicos y arengaban a la población a permanecer unida ante el enemigo y a apoyar a las tropas ahorrando energía, haciendo trabajos de voluntariado o evitando abrir la boca más de lo debido. En el Reino Unido, el espíritu de hermandad era fundamental para evitar la desesperación y la desmoralización que producían vivir en un país bombardeado con dureza en los años cuarenta por la aviación nazi.
Disponible en alta resolución para el disfrute de quien lo desee, la colección cuenta de momento con 362 piezas escaneadas y esperan digitalizar casi 2.000 de estos testimonios artísticos en los próximos meses.
Los autores eran en su mayoría ilustradores anónimos, pero en algunos casos se reconoce el nombre de artistas conocidos, como la pintora Laura Knight (1877-1970) (célebre por sus obras relacionadas con el baile y el teatro) o el pintor Terence Cuneo (1907-1996), que pintó una poderosa escena del asesinato en 1942 de Reinhard Heydrich —ideólogo de los campos de concentración— por parte de comandos checos y eslovacos entrenados por el Ejército Británico, una de las obras destacadas entre los archivos.
"En Alemania alguien tiene el mismo trabajo que tú. ¡Sé mejor que él!"; "¡Mantente firme!"; "Depende de ti"; "Echa una mano en el campo". En cada mensajes hay un reto personal. Los dibujos tienen la sencillez del icono y el gancho de la publicidad.
Entre los mensajes, también los hay amenazantes, como el que ilustra un gato con una pupila dilatada y otra no, que sirve para alertar sobre la falta de iluminación en las calles ("Hasta que tus ojos se acostumbren a la oscuridad, tómatelo con calma") o la amplia colección de pósters que alertan sobre chivatos, espías y rumores.
En uno de ellos, una atractiva telefonista silva pretendiendo no haber prestado atención a un comunicado secreto. Bajo la imagen, una frase que, sacada de contexto, se torna orwelliana: "Ahora más que nunca, olvida lo que has escuchado".
Para saber más:
20 Minutos
The National Archives
Wikimedia Commons
"Ayuda a poner la tapa sobre Hitler guardando el metal viejo y el papel" |
"En Alemania alguien tiene el mismo trabajo que tú. ¡Sé mejor que él!" |
"Un grupo de amas de casa decididas separan con diligencia papel, metal y huesos para que el ejército los recicle fabricando armamento" |
"Juntos" |
"Abróchala. Hablar sin cuidado cuesta vidas" |
"Ahora más que nunca, olvida lo que has escuchado" |
"Baja el gas" |
20 Minutos
The National Archives
Wikimedia Commons
sábado, 23 de junio de 2012
Cuando el primer minuto de silencio duró dos
Este hecho se produjo a las 11 horas del 11 de noviembre de 1919 para rendir homenaje a las víctimas de la Primera Guerra Mundial en el primer aniversario del fin de la contienda.
La idea de guardar esos dos minutos de silencio surgió de Edward Honey, periodista y soldado australiano que sirvió en el ejército británico durante la Primera Guerra Mundial.
Tras la guerra se afincó en Londres y el 8 de mayo de 1919 envió una carta al Evening News bajo el pseudónimo de Warren Foster. En la misiva sugería una conmemoración adecuada para el primer aniversario del tratado de armisticio que marcó el final de la Primera Guerra Mundial , firmado el 11 de noviembre 1918 en la “hora undécima del undécimo día del undécimo mes”.
A Honey le había molestado ver como la gente salió a la calle bailando y cantando para celebrar el fin de la guerra y estaba convencido que guardar un par de minutos de silencio estaba más acorde para honrar la memoria de los fallecidos a causa de la guerra.
Todo parece indicar que tras varias gestiones la idea de guardar dos minutos de silencio llegó hasta el rey George V y éste dio el visto bueno para que se llevase a cabo.
Durante mucho tiempo se tenía el convencimiento que fue el político sudafricano Sir Percy Fitzpatrick quien ideó el minuto de silencio ya que envió el 27 de octubre de 1919 una carta al secretario personal del rey George V proponiéndoselo. Con los años se demostró que cinco meses antes, Edward Honey había enviado su carta al Evening News.
Para saber más:
Planeta curioso
La idea de guardar esos dos minutos de silencio surgió de Edward Honey, periodista y soldado australiano que sirvió en el ejército británico durante la Primera Guerra Mundial.
Tras la guerra se afincó en Londres y el 8 de mayo de 1919 envió una carta al Evening News bajo el pseudónimo de Warren Foster. En la misiva sugería una conmemoración adecuada para el primer aniversario del tratado de armisticio que marcó el final de la Primera Guerra Mundial , firmado el 11 de noviembre 1918 en la “hora undécima del undécimo día del undécimo mes”.
A Honey le había molestado ver como la gente salió a la calle bailando y cantando para celebrar el fin de la guerra y estaba convencido que guardar un par de minutos de silencio estaba más acorde para honrar la memoria de los fallecidos a causa de la guerra.
Todo parece indicar que tras varias gestiones la idea de guardar dos minutos de silencio llegó hasta el rey George V y éste dio el visto bueno para que se llevase a cabo.
Durante mucho tiempo se tenía el convencimiento que fue el político sudafricano Sir Percy Fitzpatrick quien ideó el minuto de silencio ya que envió el 27 de octubre de 1919 una carta al secretario personal del rey George V proponiéndoselo. Con los años se demostró que cinco meses antes, Edward Honey había enviado su carta al Evening News.
Para saber más:
Planeta curioso
martes, 19 de junio de 2012
¡Aquí el vuelo G-AGBB, nos atacan aviones enemigos!
La historia, repleta aún de incógnitas, comienza al invadir Alemania la vecina Holanda. Un puñado
de pilotos holandeses de la KLM traslada rápidamente sus aviones a
Inglaterra. Los ingleses, por su parte, han cerrado los aeropuertos de
Londres, igual que todas las líneas regulares con el continente excepto
una: desde el aeropuerto de Whitchurch, cerca de Bristol, se vuela cada
día a Lisboa. Para la mayoría de estos vuelos se usan las tripulaciones y
aparatos de la KLM, rebautizados como BOAC, Corporación Británica de Aerolíneas de Ultramar.
Aunque los aliados y los países del eje respetan la neutralidad de Portugal, el aeropuerto de Lisboa es un hervidero de espías de ambos bandos. Al parecer, uno espías alemán vio aquella mañana del 1 de junio de 1943 cómo Winston Churchill pasa por delante del mostrador de la compañía alemana Lufthansa y se dirige al avión, llamado "Ibis". El agente informa inmediatamente. Churchill, en un avión comercial y sin cazas de escolta, a plena luz de día. Una oportunidad como esa no se presenta dos veces.
La presencia de Churchill en la capital portuguesa no sorprende. Acaba de estar unos días en el norte de África, donde se ha visto con Eisenhower y un año antes, ya había viajado una vez en un avión comercial a Bermuda, para no llamar la atención.
El avión despega del aeropuerto de Lisboa a las 7.35 y a las 10.54 horas, comienza su última comunicación. "Aquí G-AGBB", "Nos están siguiendo aviones desconocidos... ¡Nos están atacando aviones desconocidos!".
El comandante del aparato, Quirinus Tepas, intenta esquivar los disparos, como antes había hecho su compañero Koene Dirk Parmentier, que logró huir. Pero no hay suerte y el aparato cae como una bola de fuego al mar.
No hay supervivientes y una misión de rescate inicia la búsqueda el día después y no halla ni cadáveres ni supervivientes, aunque abate seis cazas alemanes cuando estos atacan al buque de guerra.
"En Londres creen que los cazas nazis atacaron el avión pensando que a bordo podría estar el primer ministro Winston Churchill"
Pero en el avión no viaja el primer ministro británico. A quien ve el espía en Lisboa es, probablemente, a Alfred T. Chenhalls, un hombre bajo, regordete (pesaba 101 kilos) que fuma puros, igual que Churchill. Chenhalls es el contable personal del actor Leslie Howard y al que algunos amigos le llama el segundo Churchill.
En el avión va Leslie Howard. Cuando coge el avión había vuelto de entrevistarse con Franco, para evitar que España entrara en la guerra al lado de Alemania. Nada más estallar la guerra, Howard había regresado de Hollywood a Inglaterra y se había convertido en un importante factor de propaganda aliada. Howard muere a los 50 años.
Aunque los aliados y los países del eje respetan la neutralidad de Portugal, el aeropuerto de Lisboa es un hervidero de espías de ambos bandos. Al parecer, uno espías alemán vio aquella mañana del 1 de junio de 1943 cómo Winston Churchill pasa por delante del mostrador de la compañía alemana Lufthansa y se dirige al avión, llamado "Ibis". El agente informa inmediatamente. Churchill, en un avión comercial y sin cazas de escolta, a plena luz de día. Una oportunidad como esa no se presenta dos veces.
La presencia de Churchill en la capital portuguesa no sorprende. Acaba de estar unos días en el norte de África, donde se ha visto con Eisenhower y un año antes, ya había viajado una vez en un avión comercial a Bermuda, para no llamar la atención.
El avión despega del aeropuerto de Lisboa a las 7.35 y a las 10.54 horas, comienza su última comunicación. "Aquí G-AGBB", "Nos están siguiendo aviones desconocidos... ¡Nos están atacando aviones desconocidos!".
El comandante del aparato, Quirinus Tepas, intenta esquivar los disparos, como antes había hecho su compañero Koene Dirk Parmentier, que logró huir. Pero no hay suerte y el aparato cae como una bola de fuego al mar.
No hay supervivientes y una misión de rescate inicia la búsqueda el día después y no halla ni cadáveres ni supervivientes, aunque abate seis cazas alemanes cuando estos atacan al buque de guerra.
"En Londres creen que los cazas nazis atacaron el avión pensando que a bordo podría estar el primer ministro Winston Churchill"
The New York Times, 4 de junio de 1943.
Pero en el avión no viaja el primer ministro británico. A quien ve el espía en Lisboa es, probablemente, a Alfred T. Chenhalls, un hombre bajo, regordete (pesaba 101 kilos) que fuma puros, igual que Churchill. Chenhalls es el contable personal del actor Leslie Howard y al que algunos amigos le llama el segundo Churchill.
En el avión va Leslie Howard. Cuando coge el avión había vuelto de entrevistarse con Franco, para evitar que España entrara en la guerra al lado de Alemania. Nada más estallar la guerra, Howard había regresado de Hollywood a Inglaterra y se había convertido en un importante factor de propaganda aliada. Howard muere a los 50 años.
Realmente, el ataque fue fruto del azar ya que los aviones alemanes se encontraron con el G-AGBB por casualidad tras desviarse de su ruta de escolta a dos U-Boote debido al mal tiempo.
lunes, 18 de junio de 2012
El Día D pudo haber sido en Galicia
“Siento confirmarle, doctor, que, en efecto, va a tener que marcharse. La Gestapo nos acecha constantemente, ya han muerto cuatro de nuestros agentes en España y no puedo permitir que usted sea la quinta víctima. Me notifican que están enterados de sus actividades en la vía de escape española, y ni siquiera en su finca gallega estamos seguros de poder mantener el anonimato. Nuestra máxima prioridad es que España no entre en guerra. Cualquier cuestión que lo entorpezca tendrá que evitarse”.
Eduardo Martínez Alonso |
La guerra civil no se acabó en Galicia en 1939. Continuo en el régimen de Franco y la Segunda Guerra Mundial. Galicia se había convertido en un objetivo de gran importancia estratégica por su ubicación privilegiada para la vigilancia del tráfico marítimo, el aprovisionamiento de buques y el apoyo en combates navales y por su cercanía a la frontera portuguesa y, sobre todo, por la producción del wolframio. Tanto los aliados como el Eje tenían planes de invasión que podrían haber convertido la costa de Lugo y el norte de A Coruña en una nueva Normandía.
Fue precisamente el MI5 el que califico Galicia como una zona de guerra. Precisamente por la movilización masiva de tropas hacia el norte, con miles de soldados instalados en campamentos provisionales cerca de la costa y la reorganización de la resistencia clandestina, tras la salida de la cárcel de antiguos militantes capturados en 1936. Gran Bretaña no era ajena a estos movimientos en el noroeste de España.
Para saber más:
Blog Luz de Vigo
El Correo Gallego
El País