martes, 12 de junio de 2012

Los nazis buscaron el Santo Grial en España

Las investigaciones que llevó a cabo la Ahnenerbe nos hacen recordar las películas de Indiana Jones. La organización paracientífica creada por Heinrich Himmler recorrió el mundo en busca del origen del pueblo ario, de pruebas de su superioridad racial y de "objetos de poder" que le permitiesen dominar el planeta. La organización ocultista también estuvo en España. Los nazis creyeron que en nuestro país podrían encontrar alguna pista de esos preciados tesoros que los iban a hacer invencibles.

La Deutsches Ahnenerbe, o Sociedad para la Investigación y Enseñanza sobre la Herencia Ancestral Alemana, fue una organización integrada en las SS como sección antropológica y arqueológica que investigó los orígenes misteriosos de la raza aria. Liderada por Heinrich Himmler, y dirigida por el coronel Wolfram von Sievers, convirtió el castillo de Wewelsburg, en Westfalia, en su cuartel general y destino de las reliquias que recogía por todo el mundo.

De entre todos los "objetos de poder" que buscó la Ahnenerbe, la pieza más codiciada por la sección ocultista de las SS era el Santo Grial, que utilizó Jesús en la última Cena y que recogió su sangre cuando moría crucificado. Se supone que José de Arimatea lo llevó a Europa, y que los cátaros fueron los últimos en guardarlo en el Languedoc francés. Allí, en las ruinas de Montsegur, lo buscó infructuosamente uno de los miembros más destacados de la Ahnenerbe, el ocultista Otto Rahn.

Tras el fracaso de Rahn, Himmler visitó el monasterio de Montserrat y preguntó por el Cáliz. El jefe de las SS quiso visitar los pasadizos subterráneos de la montaña, pero el  padre Ripol, que actuaba de guía por la abadía, lo rechazó así que el líder de las SS exigió ver toda la documentación del monasterio que tuvieran relación con el Cáliz. Ante otra negativa del padre Ripol, Himmler gritó: ¡Todo el mundo en Alemania sabe que el Grial está en Montserrat!.  Además  Himmler demostró su ignorancia cuando mientras visitaba el museo del monasterio, al ver unos restos de un hombre íbero de grandes dimensiones, aventuró que se trataba sin duda de un guerrero nórdico. Cuando le dijeron que era un íbero, no un nórdico, aseguró que los íberos eran oriundos del norte de Europa. Incluso llegó a decir sobre la Moreneta que pese a su color de piel, ocultaba en la finura de sus facciones rasgos claramente arios.

Himmler y su organización también buscaron otros objetos en España, principalmente el Arca de la Alianza, lo que les llevó hasta la comunidad judía de Toledo. Allí los nazis debieron encontrar alguna pista del Arca, porque poco después el almirante Wilhelm Canaris, máximo responsable del Abwehr, decidió dirigirse al madrileño Museo Arqueológico Nacional, donde creía que podría encontrar el Arca entre una colección de piezas del Antiguo Egipto supuestamente recopiladas por los masones. Evidentemente los nazis no lograron hacerse con este potente "arma", porque fueron derrotados en la Segunda Guerra Mundial.

Para saber más:
ABC
El País

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