Con el fin de reducir el peso y el volumen del correo del personal militar en los diferentes frentes durante la Segunda Guerra Mundial el sistema British Airgraph fue introducido por Gran Bretaña en 1941. El servicio se amplió a otros países y terminó a mediados de 1945. El mensaje se escribía en un formulario especial al que se le dio un número y posteriormente era fotografiado en un microfilme.
Cuando el microfilme llegaba a su país de destino, se convertía en una impresión a tamaño completo y era enviado por correo ordinario al destinatario final.
Este proceso reducía significativamente el peso y el volumen del correo. Una estimación sugiere que unos 1600 mensajes pesaban unos 2,5 Kilogramos frente a 22.5 Kilogramos si se enviaba por los medios habituales. Aún así este sistema no fue demasiado popular y no se utilizo demasiado fuera de Gran Bretaña.
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