domingo, 16 de diciembre de 2012

Kilroy Was Here

Cuando las tropas norteamericanas entraron en Túnez en la primavera de 1943 durante la Segunda Guerra Mundial, vieron por primera vez el grafiti Kilroy Was Here (Kilroy estuvo aquí). Tanto en sus avances por Italia como por Francia y finalmente Alemania volvieron a encontrar una y otra vez este grafiti.

Nunca se supo nada sobre el autor, se cree que pertenecía a una unidad de Ohio. Después de la guerra, el nombre “Kilroy” se hizo sinónimo de Grafiti, encontrando su camino sobre las cubiertas de los cuadernos de estudiantes.

La típica presentación del “Kilroy was here” muestra una cabeza y unas manos asomándose sobre el borde de una valla. Esta figura es conocida como Chad en otros países.

El origen de éste graffiti se atribuye a Jim Kilroy, quién durante la guerra había trabajado como supervisor de remaches en unos astilleros. Cuando acababa con una revisión, les hacía una señal con tiza para diferenciarlas de las que no había comprobado. Sin embargo, se dio cuenta de que a veces le devolvían planchas ya revisadas, probablemente porque la marca de tiza se borraba. Para solucionar el problema, cambió la manera de marcar las planchas: con pintura escribía la frase "Kilroy estuvo aquí".

Imagen que aparece en el Juego Brothers in Arms - Hell's Highway.
Lo normal era que al acabar de construir un buque, la pintura aún perdurara en algunas planchas. Esos barcos se usaban para el transporte de tropas, y de esa manera el mensaje llegó a miles de soldados que se dirigían a la guerra.

La leyenda de Kilroy dio lugar a una situación cuanto menos curiosa en Londres, en 1944. Una anciana apareció asesinada en su piso, y la única pista que la policía encontró en el lugar del crimen fue una pintada en la pared que rezaba: "Ha sido Kilroy". Las sospechas de la policía se centraron inmediatamente en las tropas norteamericanas que esperaban en el sur al desembarco de Normandía Mientras tanto, un vecino de la fallecida, desequilibrado y de nombre Kilroy, no entendía como la policía aún no había ido a detenerle, pues creía que el mensaje estaba muy claro. Finalmente las autoridades se dieron cuenta de lo que pasaba y detuvieron al verdadero culpable.

Para saber más:
Hechos insólitos de la Segunda Guerra Mundial, de Jesús Hernández
Kilroy was here


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