Pero no fueron niños los que realizaron esas inscripciones en las paredes del Reichstag, fueron los soldados del Ejército Rojo que conquistaron Berlín en mayo de 1945. Sus "garbatos" son todo lo que queda hoy, en el Reichtag, de aquel día de hace casi 70 años.
Estuvieron ocultas durante décadas detrás un falso tabique de yeso; hasta 1991, cuando se inició la reforma del Reichstag y se derribaron los falsos tabiques. Fue entonces cuando salió de nuevo a la luz auténtica pared. Tras el descubrimiento fue necesario someter las paredes repletas de inscripciones a una exhaustiva labor de restauración para poder conservarlas.
Los soldados soviéticos querían dejar su testimonio y escribían con lo que tenían a mano. En la mayoría de los casos con carbón, a veces con lápiz o simplemente grabando su nombre con sus bayonetas.
Algunas inscripciones dicen: “Mi mayor sueño se ha cumplido: pronto podré volver a casa”. “De la caldera (Stalingrado) a Berlín, 8 de mayo de 1945”, y la firma. Otra es un pequeño corazón dibujado en un rincón de la pared: “Anatoli y Galina”. “A la mierda con Hitler”.
En una ocasión el viejo veterano, Pavel Solotarejov, de 80 años volvió al Reichtag tras 65 años y entre todas las inscripciones encontró la que hizo cuando solo era un muchacho, aquel lejano mayo de 1945.
Algunas imágenes del Reichtag en 1945:
Para saber más:
Rusia Beyond
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