Todo lo que comía eran vegetales. Espárragos, pimientos, guisantes, arroz y ensaladas. Nunca hubo ni carne ni pescado.En su juventud, esta anciana alemana era la encargada de asegurarse que nadie envenenaba la comida que llegaba a Hitler.
Entre las 11 y las 12 probábamos la comida para comprobar que no estaba envenenada y luego las SS se la llevaban al Führer. Estábamos muy asustados, pero no quedaba otro remedio.Un manual de los años 30 se refería a los granos de soja como «las judías nazis», que eran presentadas como una alternativa a la carne. Además en 1942, Hitler dijo a Goebbles, su ministro de propaganda, que si ganaba la guerra convertiría a Alemania al vegetarianismo.
Otros testimonios indican que Hitler si comió carne. Dione Lucas, su cocinero antes de la guerra, asegura que entonces le gustaba mucho la paloma estofada y las salchichas bávaras.
En el diario secreto de un soldado, subastado hace un par de años, se recogen los curiosos hábitos alimentarios del Fuhrer:
Come de forma rápida y mecánica. Para él la comida es sólo un medio indispensable de subsistencia.
Fuentes:
Público
ABC
The Telegraph
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