Los refugios como el del Retiro solían ser pasillos estrechos, de entre un metro y metro y medio de anchura por 1,80 de altura, de techo abovedado forrado de ladrillo, con tierra encima hasta la cota del suelo y su profundidad era variable. Acostumbraban a tener casi siempre forma de “U” y contar siempre con dos accesos, para facilitar la entrada y la evacuación, aunque este no es el caso. Junto al refugio, en los muretes que soportan las verjas del recinto, se ven aún impactos de fusilería.
Nota adicional (29/11/2016):
En el diario digital Público aparece una noticia en la que este refugio ha sido abierto para poder ver la posibilidad de abrirlo al público. La información completa aquí: Público
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