A pesar de haber pasado más de dos años, Gran Bretaña coqueteó con la idea de lanzar una ola de asesinatos contra los mandos nazis de alto nivel, entre los que se encontraba nuevamente Erwin Rommel, coincidiendo con los desembarcos del Día D.
Se pidió al MI6 que evaluara la posibilidad de la ejecución de militares de alto rango del enemigo, cruciales en la respuesta alemana a la invasión de Francia, así como la elaboración de una lista de objetivos potenciales para los agentes británicos y franceses a "liquidar".
La propuesta de eliminar selectivamente "personalidades" clave en la Francia ocupada por los nazis se creó en el cuartel general aliado para el Día-D en abril de 1944 en una nota titulada "Prioridades asesinato de Overlord".
El documento sugiere que los generales alemanes, incluido Rommel, podrían ser objetivos y el jefe del MI6, Sir Stewart Menzies, fue el encargado de asesorar sobre la mejor manera de llevar a cabo cualquier plan. Charles Peake, el oficial político del MI6, añadió un comentario a la lista:
"Por desgracia, la compilación de una lista es una cosa, y la obtención de resultados y otra muy distinta, pero supongo que tendremos que hacer nuestros mejores esfuerzos."
El Mariscal Petain y Pierre Laval |
En respuesta a los planificadores el 11 de mayo de 1944, el jefe del MI6, dijo que su servicio había elaborado una lista de objetivos antes de añadir:
No creemos, sin embargo, que su eliminación no tendrá mucho, o incluso ningún efecto en el funcionamiento en la eficiente y organizada maquinaria alemana, aun cuando sean funcionarios prominentes.Los organizadores del Día D modificaron su plan para atacar a funcionarios inferiores, pero aparentemente vitales, como los jefes del servicio de inteligencia alemán, el Abwehr, y jefes de transporte. Pero el proyecto fue finalmente abandonado.
Documentos recientemente desclasificados muestran que el MI6 recibió información en junio de 1944, indicando que Hitler vivía disfrazado en una casa en Perpignan. Con esos datos se llegó a aprobar un plan para bombardear el blanco.
Una nota a Winston Churchill de su consejero militar, el general Hastings Ismay, decía:
Los Jefes de Estado Mayor fueron unánimes en que, desde el punto de vista estrictamente militar, es casi una ventaja que Hitler deba mantener el control de la estrategia alemana, teniendo en cuenta los errores que ha cometido."Se desconoce si la misión siguió adelante.
Para saber más:
La Segunda Guerra Mundial, ed CODEX (volumen 3)
The Independent
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