El cuerpo de Aribert Heim, el Doctor Muerte, continúa sin aparecer, pero si su herencia: un millón ochenta y ocho mil euros procedentes de la venta de un edificio de 34 apartamentos embargado después de su fuga.
Un juzgado municipal de Berlín acordó el pasado 3 de abril aceptar la muerte del Carnicero de Mauthausen (desaparecido durante décadas y declarado muerto hace solo nueve meses), examinar los documentos sobre sus últimos deseos y preguntar a sus dos hijos si aceptan el dinero: Rüdiger, de 57 años, ha respondido que sí. Su hermano Aideberg, de 63, se ha negado a recibir la herencia. No quiere nada del hombre acusado de asesinar a 300 presos con inyecciones de benceno en el corazón en la siniestra enfermería del campo de Mauthausen.
Los hermanos Heim han mantenido una posición muy diferente desde que su padre se fugó de Alemania cuando ellos aún eran niños. Rüdiger contactó con él en El Cairo, le ayudó y acompañó durante sus últimos días de vida. Creyó en su inocencia y mintió sobre su paradero. Aideberg no quiso saber nada de su progenitor ni volvió a verlo jamás.
Para saber más:
El País
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