Tras la firma de la rendición alemana
Europa estaba en ruinas, sin fronteras ni gobiernos y en donde todo era caótico: Casi no circulaban trenes ni vehículos a motor. Los únicos medios de comunicación que funcionaban era la radio y el boca a boca. No había bancos, el dinero carecía de valor.

La ley y el orden casi habían dejado de existir.
Reinaba la anarquía, algunos buscaban sustento a punta de pistola y se asesinaba por un simple pedazo de pan duro.
Las mujeres sufrieron mucho, se prostituían a cambio de protección y comida.
Los niños deambulaban por las calles solos y desamparados.
La supervivencia estaba por encima de todo. La derrota del III Reich y sus aliados había dejado un continente apocalíptico, donde los vencedores intentaban instaurar el orden de nuevo. Europa era un paisaje infinito por donde los refugiados viajaban buscando pueblos o ciudades que ya no existían.

Aunque la guerra había terminado, la paz no se había llegado totalmente a Europa.
Grecia y Yugoslavia tuvieron sendas guerras civiles y la Unión Soviética acabó por ocupar media Europa con gobiernos títeres en países como Polonia, Checoslovaquia o Rumanía.
Los Estados Unidos y Gran Bretaña
comenzaron la desnazificación, destinada a eliminar a todos los elementos nazis del nuevo estado de Alemania Occidental era una obra titánica; dos millones de funcionarios, libres de un pasado nazi, no se conseguían fácilmente.
Han pasado dos largos años y la reconstrucción seguía siendo una tares muy difícil y la Paz definitiva, algo casi imposible,
un nuevo conflicto entre la Unión Soviética y Estado Unidos comenzaba, la Guerra Fría.
Fuente:
Wikipedia
La Aventura de la Historia (julio 2013)
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