La primera academia para las novias de las SS, se inauguró ese mismo año en la isla de Schwanenwerder, en el lago Wannsee, cerca de Berlín, y en ella se defendía que una mujer en los años 30 y 40 debía ser admiradora de Hitler, de raza Aria y experta en las labores del perfecto hogar alemán. Un ama de casa voluntariosa y austera que diera hijos para el Reich.
Durante ese periodo aprendían cocina, costura, limpieza, plancha y cuidar y educar a los niños en el ideario nazi, además de las directrices nacionalsocialistas sobre la genética y la raza.
Como era común en la época, también aprendían modales femeninos y como comportarse en actos sociales, o saber cómo mantener una conversación sin destacar por encima del hombre.
Al terminar el curso de esposas perfectas para los SS, recibían un certificado que les permitía casarse en una ceremonia especial para las SS, ante un altar decorado con la cruz gamada y otros símbolos nazis. Al final de la ceremonia, se entregaba a la pareja un ejemplar del Mein Kampf y otros objetos relacionados con las SS y la mitología germánica. Era todo un honor casarse en el castillo de Wewelsburg.
Esas academias fueron muy populares entre las jóvenes nazis, pero la falta de hombres debido a la guerra provocó que los nazis tuvieran que replantearse el ideal femenino para promover una mujer trabajadora que apoyara el esfuerzo bélico de Alemania, lo que obligó a muchas mujeres a realizar trabajos antes reservados a los hombres.
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Esas academias fueron muy populares entre las jóvenes nazis, pero la falta de hombres debido a la guerra provocó que los nazis tuvieran que replantearse el ideal femenino para promover una mujer trabajadora que apoyara el esfuerzo bélico de Alemania, lo que obligó a muchas mujeres a realizar trabajos antes reservados a los hombres.
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