El Banco de Inglaterra tuvo un papel de gran importancia en el desarrollo de la economía armamentistica alemana de entreguerras al prestar su apoyo a Hitler en la venta de oro robado por los nazis que comenzó después de la anexión de Checoslovaquia en 1938, resultado de los acuerdos de Múnich y firmado por el primer ministro británico Chamberlain.
El III Reich recibió la ayuda del banco británico cuando el dictador ya era considerado una amenaza por sus diversas actuaciones políticas, sociales y su ideario expansionista.
Tanto es así que en 1939, solo unos meses de comenzar oficialmente la Segunda Guerra Mundial, los ingleses aceptaron una transferencia del Reichsbank de oro valuado en 5,6 millones de Libras Esterlinas, de las de entonces, desde una cuenta del banco central alemán.
Hasta ahora, la responsabilidad en esas operaciones había recaído en el Banco de regulaciones internacionales, la más antigua institución financiera a ese nivel.
Para saber más:
Wikipedia
El Economista
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