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viernes, 17 de enero de 2014

Murió Hiroo Onoda a los 91 años

Hiroo Onoda fue el penúltimo combatiente japonés de la Segunda Guerra Mundial en rendirse. Siete meses más tarde lo hizo el último, Teruo Nakamura, que murió en 1979.

Pertenecía a una pequeña unidad japonesa que quedó aislada en la isla filipina de Lubang en medio del avance de las tropas estadounidenses.
Se rindió oficialmente en 1974, solo cuando su antiguo comandante voló hasta Filipinas para rescindir la orden, 29 años después de que hubiera terminado la guerra. Onoda no creía que la guerra había terminado.

Mientras estuvo en la isla, se encargó de inspeccionar las instalaciones militares y tuvo algún enfrentamiento con los isleños.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, junto a Onoda, había otros tres soldados: uno salió de la selva en 1950 y los otros dos murieron, uno de ellos en 1972 tras enfrentamientos con tropas filipinas.

Al finalizar la guerra enviaron varias partidas de rescate y les lanzaron folletos indicándoles que la guerra había acabado, pero creían que todo era una trampa.
Los folletos estaban llenos de errores, así que pensé que eran un ardid de los estadounidenses.
Era un oficial y recibí una orden. Si no hubiese podido llevarla a cabo, hubiese sentido vergüenza.
Regresó a Japón en 1984, tras vivir unos años en Brasil, y se dedicó a organizar campamentos de supervivencia.

Hiroo Onoda murió en Tokio a los 91 años.

Para saber más:
BBC
TERRA

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