Como sucedería en Austria, miles de ciudadanos realizaron una votación simbólica en toda clase de instituciones alemanas, a pesar de las protestas de muchos sectores de la sociedad y la política argentina.
La organización del acto estuvo a cargo de la juventud fascista argentina, que formaba parte de la Alianza de la Juventud Nacionalista, uniformada con camisas grises y cinturones Sam Browne como las Hitlerjugend de Alemania. Tambien se encargaron dentro del Luna Park y en el exterior de la venta de recuerdos como postales, insignias y banderas nazis.
En la ceremonia hicieron acto de presencia el gobernador de Buenos Aires, Manuel Fresco y Roberto Noble, el fundador del diario Clarín.
La prensa argentina se hizo eco de la noticia y en el diario Crítica se contaba que: “El fondo está cubierto por una enorme tela con letras góticas ‘Ein Volk Ein Reich Ein Führer’. No reconocemos al viejo estadio”. El diario La nación lo llamó: “un acto de adhesión al Gran Reich” que congregó a la “colectividad germano-austríaca”.
Minutos después de comenzar el acto, en la Plaza San Martín, la Federación Universitaria Argentina (FUA) intentaba llevar adelante un acto de protesta en el que se honraría al General a San Martín.
Entre los asistentes a la manifestación anti nazi empezó a propagarse el falso rumor de que un grupo de nazis había quemado una bandera argentina. Esto provocó que los manifestantes lanzaran objetos a la policía y destrozaran escaparates y automóviles con el fin romper el cordón de seguridad establecido en los aledaños del Luna Park.
Los altercados produjeron decenas de heridos y detenidos, y se cobraron la vida de dos personas, una de ellas fue un manifestante argentino por heridas causadas por culpa de los tumultos y otra un español pisoteado por un caballo de la policía, al salir de una iglesia.
El partido Nacional Socialista Alemán en la Argentina alcanzó los 70.000 afiliados. En el Luna Park, como se puede ver en las fotografías, muchos argentinos hacían el "Heil Hitler" mientras cantaban el himno "Horst Wessel Lied".
El acto político tenía un slogan:
Ein Volk Ein Reich Ein FührerUn pueblo, una nación, un líder.
Para saber más:
Luna Park: El estadio del pueblo, el ring del poder, de Guido Carelli Lynch y Juan Manuel Bordón
El Intransigente
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