En 1941 Picasso fue detenido para ser interrogado por una funcionaria del Ministerio de Cultura alemán que pretendía que el pintor certificara que tres de sus cuadros eran auténticos, no para montar una exposición, sino para ser quemados junto a otras obras de lo que los nazis llamaban arte degenerado, pero se desconoce de que obras se trataba. La Gestapo lo dejó tranquilo. Según Arno Breker, escultor oficial de la Alemania nazi, por petición suya.
En una ocasión un oficial alemán admirador suyo le enseñó una postal del "Guernica", que pintó, por encargo del gobierno de la Segunda República, en 1937 como protesta contra el bombardeo al que fue sometida la ciudad vasca, del mismo nombre, por parte de la Legión Cóndor de la Luftwaffe que prestaba apoyo militar a los sublevados del general Franco. Cuando el oficial alemán le enseño la tarjeta, le preguntó: ¿Usted hizo esto? y Picasso le respondió enfadado:
¡No, fueron ustedes!En el verano de 1942 otro oficial de la Wehrmatch lo visitó en su estudio. Era el escritor Ernst Jünger. Jünger contó que durante la conversación Picasso dijo: Usted y yo, aquí sentados, podríamos negociar la paz esta misma tarde; por la noche, los hombres podrían sonreír. Pero el genial pintor malagueño no pudo realizar su deseo. Finalizada la guerra se afilió al partido comunista francés.
A pesar de que su cuadro más famoso represente el horror de la guerra, Picasso comentó en un artículo del San Francisco Chronicle aparecido pocos días después de la liberación de París:
No he pintado la guerra porque no soy ese tipo de pintor que va, como el fotógrafo, detrás de un tema. Pero sin duda la guerra está en mis cuadros. Quizá, dentro de un tiempo, un historiador demostrará que mi pintura ha cambiado por influencia de la guerra. Pero, yo mismo no lo sé.
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