Según un documento secreto hallado en el departamento de seguridad de los archivos rusos
Stalin quería llegar a
Berlín antes que los aliados. Pero no solo porque pensara que la capital de Alemania perteneciera a la Unión Soviética, por derecho de conquista y por ser la nación que más había sufrido en la guerra.
Pero el líder soviético tenía otras razones, más oscuras.
Necesitaba uranio para poder fabricar una
bomba atómica como la que estaban construyendo los norteamericanos
y sabóa que podía encontrarlo en el Instituto de Física Kaiser Wilhelm, que se encentraba en el barrio berlinés de Dahlem. Para conseguirlo, las tropas soviéticas debían ser las que primero entraran en Berlín. Lo que desconocían los rusos es que
los nazis habían trasladado la mayor parte del uranio a la Selva Negra y que al final cayeron en manos de los aliados.
Se cree que parte del uranio capturado por los aliados se usó para las bombas que los norteamericanos iban a lanzar sobre
Japón. Una parte del uranio que se quedó en Berlín, debido a un error burocrático, lo pudieron recuperar los soviéticos, pero
no era suficiente para fabricar una bomba atómica.
Para saber más:
Berlín: la caída 1945 de Antony Beevor
El País
Wikipedia
De la Cole
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