Las ratas explosivas fueron una de las ocurrencias más ingeniosas probadas por los científicos del SOE británico en 1941. Para mantener el secreto, un oficial del SOE se hizo pasar por estudiante universitario para conseguir las ratas, a través de un proveedor de Londres.

A pesar del poco explosivo que portaban las altas presiones de las calderas provocarían una gran explosión que destruyera la maquinaria, con lo que destruirían importantes infraestructuras del enemigo y de paso provocar el temor entre el ejército y los civiles. Además sería difícil detectar la causa de las explosiones.
Nunca se llegó a saber si hubieran funcionado ya que un contenedor lleno de ratas explosivas fue hallado por los nazis y descubrieron el plan. Lo que si consiguió fue entorpecer los movimientos del enemigo, que destinó un buen número de efectivos a la búsqueda de más ratas, pues creyeron que toda la Europa ocupada podía estar "infectada" de ratas explosivas. En la actualidad las ratas se utilizan para detectar explosivos.
Para saber más:
Errores, lapsus y gazapos de la historia, de Gregorio Doval.
Daily Mail
BBC
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