Antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial Stalin tenía muy pocos aliados, años antes intentó aliarse con el Reino Unido y Francia y finalmente se vio obligado a aliarse con la Alemania nazi, firmando el Pacto de No Agresión, de agosto de 1939 y como ya se sabe al mes siguiente estalló la Segunda Guerra Mundial.
El mencionado pacto parecía algo antinatural. Hitler y Stalin estaban en las antípodas políticas aunque ambos se respetaban, Hitler dijo en una ocasión que: "Stalin es una de la figuras más extraordinarias de la historia mundial". Sin embargo a los dos el pacto les convenía, aunque este duró muy poco, pues Hitler invadió la URSS y estalló la guerra entre ambas potencias.
La relación entre Churchill y Stalin no era especialmente cordial. Churchill tenía un odio visceral al comunismo y Stalin sospechaba de las potencias de occidentes, de las que decía que le habían abandonado cuando Alemania invadió la Unión Soviética, pero al final la alianza entre ambos se hizo necesaria. Stalin estableció una red de espionaje en el Reíno Unido y para Churchill, Stalin siempre fue un negociador duro y difícil de convencer.
Roosevelt y Churchill mantenían una relación muy estrecha y, a pesar de que el premier británico le dijo que no se fiara de Stalin, Roosevelt a menudo se ponía del lado del líder soviético, pues creía que con eso evitaría la expansión del comunismo una vez hubiera finalizado la guerra, la historia posteriormente demostró que estaba equivocado. Roosevelt no solía enfrentarse a Stalin, casi siempre cedía en sus peticiones y le puso el apelativo cariñoso de "Tío Joe".
Mussolini sentía cierta admiración hacia Stalin, principalmente por el tremendo respeto que le había inspirado Lenin, hay que tener en cuenta que el dictador italiano comenzó en el socialismo. Para Stalin, Mussolini no era más que una marioneta en manos de Hitler, que lo manejaba a su antojo aunque era lastre para Alemania, lo que resultaba útil para los soviéticos.
Fuente:
A puerta cerrada: Historia oculta de la Segunda Guerra Mundial, de Laurence Rees
La Segunda Guerra Mundial, de Winston Churchill
Stalin: El tirano rojo, de Alvaro Lozano
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