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lunes, 10 de octubre de 2016

Historia de una imagen: El DJ nazi

La imagen corresponde a un stand de radio nazi en una exposición de radio en Berlín el 19 de agosto de 1932. La cabina fue diseñada como parte de la propaganda de la industria discográfica nazi que produjo sólo grabaciones del movimiento nacionalsocialista.

DJ nazi
La propaganda era un instrumento esencial del movimiento nazi. Entendieron muy bien el poder de las tecnologías emergentes, como el cine, la radio, y la más moderna televisión y supieron diseminar su mensaje en las casas y los lugares de trabajo y ocio.
El gramófono era una pieza clave para la propaganda. Con ello, los nazis fueron capaces de reproducir discursos claves por las calles de las ciudades de Alemania a través de altavoces montados sobre camiones. También fueron usados en casas y reuniones locales. Más tarde, cuando los nazis subieron al poder y controlaron totalmente los medios de difusión, el Ministerio para la Ilustración Pública y Propaganda dirigido por Joseph Goebbels ordenó la producción de receptores de radio a precios económicos, como medio de llegar a todos los rincones del III Reich.

Adolf Hitler dedicó varios capítulos de su libro Mein Kampf (Mi Lucha) al estudio y la práctica de la propaganda. Hitler escribe en el capítulo VI, Propaganda de Guerra:
La propaganda es un medio y debe ser considerada desde el punto de vista del objetivo al cual sirve. Su forma, en consecuencia, tiene que estar condicionada de modo que apoye el objetivo perseguido. Es también claro que la importancia del objetivo que se tiene a la vista se puede presentar de diferentes maneras, teniéndose en cuenta el interés social. Por lo tanto, la propaganda puede variar en su valor intrínseco.
(...) ¿a quién debe ser dirigida la propaganda, a los intelectuales o a la masa menos culta? ¡La propaganda siempre deberá dirigirse a la masa! (...)
El fin de la propaganda no es la educación científica de cada cual, y sí llamar la atención de la masa sobre determinados hechos, necesidades, etcétera, cuya importancia sólo de esta forma entra en el círculo visual de la masa.
(...) La propaganda no es y no puede ser una necesidad en sí misma, ni una finalidad. (...) su acción debe estar cada vez más dirigida al sentimiento y sólo muy condicionalmente a la llamada razón.
La capacidad receptiva de la gran masa es sumamente limitada y no menos pequeña su facultad de comprensión; en cambio, es enorme su falta de memoria. Teniendo en cuenta estos antecedentes, toda propaganda eficaz debe concretarse sólo a muy pocos puntos y saberlos explotar como apotegmas hasta que el último hijo del pueblo pueda formarse una idea de aquello que se persigue.
Para saber más:
Der Stumer (descarga del libro Mi Lucha en varios idiomas)
Paperblog
Culturizando
Las historias de Doncel
Historia Mundo

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