Para realizar el censo, recurrieron al Departamento de Demografía del gobierno colaboracionista francés de Vichy, en la que trabajaba nuestro protagonista, René Carmille. El conteo se realizaba mediante unas máquinas alemanas fabricadas por una empresa filial de la compañía norteamericana IBM (International Business Machines), fundada en 1911, a través de unas tarjetas perforadoras que incluían todos los datos importantes de filiación de los ciudadanos franceses. Carmille era un experto en la computación con tarjetas perforadas, así que fue puesto al mando de las operaciones tras ser enviado a Alemania a familiarizarse con las maquinas alemanas, creadas en Estados Unidos en el siglo XIX por Herman Hollerith, que junto a otros empresarios fundan IBM a comienzos del siglo XX.
El presidente de IBM, Thomas Watson, un antisemita, viajó regularmente a Alemania y en esos viajes trabó amistad con un importante número de jerarcas nazis. Estas amistades le procuraron que su empresa llevaran a cabo el censo de Alemania de 1933. Los datos recogidos en el censo por IBM permitieron a Hitler contar con el primer listado completo de los judíos de Alemania. Curiosamente la misma IBM que sirvió para crear los censos fue la misma que aportó la tecnología para el sistema de traducción simultánea de los juicios de Núremberg contra los jerarcas nazis.
Los resultados del censo fueron tan satisfactorios que Hitler hizo que fuera condecorado con la Cruz al Mérito del Águila Germana, la máxima distinción del Tercer Reich para personalidades extranjeras. Honor que recibió de manos de Hermann Göering. Otro magnate estadounidense compensado con ese honor fue, el tambien antisemita, Henry Ford, fundador de la compañía automovilística Ford Motor Company.
El gobierno de Vichy, para el que trabaja, desconoce que René Carmille forma parte de una red de la Resistencia llamada "Marco Polo" que hacía las funciones de servicio secreto. Carmille se halla en una posición ideal. Puede aprovechar el censo para combatir a los nazis. Carmille sospecha acertadamente, que la elaboración del censo oculta macabras intenciones por parte de las fuerzas de ocupación. Dos de los datos que se deben incluir en las tarjetas son la religión y la raza del ciudadano, unos datos que son incluidos a petición de los nazis.
Durante más de dos años, Carmille y varios de los miembros de su equipo se dedicaron a "hackear" las tarjetas alterando u omitiendo los datos de filiación de los judíos, lo que complicaba de manera sustancial la tarea de las SS o la Gestapo de localizarlos para deportarlos a los campos de concentración. Los nazis con el tiempo comenzaron a sospechar que tantos errores no eran fortuitos y finalmente dieron con el principal responsable, René Carmille. A comienzos de 1944 la Gestapo en Lyon lo detiene y el mismísimo "Carnicero de Lyon", Klaus Barbie, lo tortura durante varios días para que confesara los nombres de sus colaboradores en el complot y el método utilizado para "hackear" las máquinas del censo. A pesar de la tortura a la que fue sometido, jamás delató a sus colaboradores y asumió toda la responsabilidad. Finalmente fue deportado al campo de concentración de Dachau, donde moriría a causa del tifus a primeros de 1945, unos pocos meses antes de su liberación por las tropas norteamericanas.
Se desconoce la cifra exacta de vidas que salvaron René Carmille y sus colaboradores pero apenas se llegó a deportar a una cuarta parte de los judíos de Francia. Su trabajo también evitó el envío de un buen número de trabajadores forzosos a la industria alemana y ayudo a organizar la Resistencia francesa en Argelia.
Artículo aparecido en el número 10 de la revista WW2 GP Magazine.
Para saber más:
IBM y el Holocausto de Edwin Black
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