Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, y como parte de la desnazificación, estaba prohibida la edición en Alemania de Mi Lucha, al igual que cualquier simbología relacionada con el nazismo. Pero incluso 70 años después, el libro con el ideario de Hitler sigue llenó de actualidad y polémica.
Mi lucha, escrito entre 1924 y 1926, fue editado en dos tomos y se convirtió en un superventas desde el mismo momento en que su autor alcanzó el poder en Alemania en 1933 y hasta el momento de la prohibición se llegaron a vender más de 12 millones de ejemplares. Hasta se tradujo a 18 idiomas. Era muy común que a los novios se les entregara, como regalo de bodas, un ejemplar de Mein Kampf.
Hitler llegó a ganar 12 millones de marcos por el libro. En 1933 ganó 1.232.335 marcos por ello debía pagar 297.005 en impuestos. Pero, tras ser nombrado canciller, curiosamente fue amnistiado y no volvió a pagar impuestos.
Los actuales 85000 ejemplares vendidos han pillado por sorpresa a los editores, a pesar de que numerosas librerías se han negado a venderlo o exponerlo en sus vitrinas y escaparates.
Hitler llegó a ganar 12 millones de marcos por el libro. En 1933 ganó 1.232.335 marcos por ello debía pagar 297.005 en impuestos. Pero, tras ser nombrado canciller, curiosamente fue amnistiado y no volvió a pagar impuestos.
Los actuales 85000 ejemplares vendidos han pillado por sorpresa a los editores, a pesar de que numerosas librerías se han negado a venderlo o exponerlo en sus vitrinas y escaparates.
Los libreros son libres de venderlo o no, al igual que somos libres de leerlo. Una reedición con comentarios de los historiadores es fundamental. Contar con la ayuda de expertos nos sirve para comprender mejor el libro y su contexto histórico. Aun así el libro se puede leer sin las acotaciones de los expertos y tomar uno mismo sus propias conclusiones. Todavía habrá quien se sienta fascinado por la ideología nacionalsocialista, pero de todos modos, siempre ha habido ediciones en otros países, como Estados Unidos o Gran Bretaña, así que quien quería conseguirlo, lo conseguía.
Mi Lucha es un libro fundamental para cualquier historiador o aficionado a la Segunda Guerra Mundial. El libro además de la autobiografía y el ideario de Hitler es su reflexión sobre las consecuencias del la Primera Guerra Mundial. Es muy importante para conocer la estrategia de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial, donde busca el modo de no cometer los errores de la primera. Por ejemplo: En Mi lucha, Hitler comprende que Gran Bretaña no debe ser su enemigo. Sabe que fue el gran ganador de la Primera Guerra Mundial, por lo que intenta acercarse a los británicos. De hecho Lord Halifax intenta un pacto con Alemania y el Primer Ministro británico Neville Chamberlain mantuvo una política de apaciguamiento con la Alemania nazi. Este es, posiblemente, el motivo por el que Hitler deja escapar a la fuerza expedicionaria británica en Dunkerque. Cuando Winston Churchill llega al gobierno en 1940 rompe todo acercamiento con Alemania.
Cualquiera que conozca un poco la historia de la Segunda Guerra Mundial tiene claro que uno de los errores más graves cometidos por Hitler fue invadir la Unión Soviética. Pero si leemos Mi Lucha podemos observar que para su autor era una necesidad. Una obsesión de Hitler era el Lebensraum (espacio vital) y ese espacio vital estaba en el Este, hacia Rusia. Básicamente la guerra era para acabar con la humillación que sufrió Alemania con el Tratado de Versalles y ampliar su espacio vital.
Que se pueda leer un libro como Mi Lucha no significa que vuelvan los males del pasado. Su lectura nos tiene que provocar una reflexión mirando con ojos actuales, con la perspectiva de los años pasados. Hay que conocer cómo era la situación en la que se encontraba Alemania en aquella época. Como Alemania pasó de ser un imperio a un país humillado.
Aun cuando Mi Lucha, en sus páginas, atenta contra los valores fundamentales y los derechos humanos hay muchos otros libros que desde diferentes ideologías y creencias también lo hacen y han sido editados sin problemas, y venerados por muchos.
También está en debate si es conveniente que sea leído en las escuelas. No debería leerse a cualquier edad, y su lectura no debería se guiada por cualquier profesor. Su lectura en Alemania es, más que conveniente, necesaria. La Historia la debemos conocer, no para que no se repita, sino porque sabemos que siempre se repite y es fundamental conocer la esencia de cualquier totalitarismo. Por esto mismo deberíamos leer también El Capital o el Manifiesto Comunista de Karl Marx y como los interpretó Stalin, por poner dos ejemplos. Un libro no es maligno en si mismo, la maldad está en quien lo escribe o en quien lo lee y lo interpreta.
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