En esas aguas se encontraban los pecios de las naves capturadas a Alemania tras el armisticio de noviembre de 1918 cuando fueron hundidas por sus propios marineros el 21 de junio de 1919, para evitar entregarlas a los británicos. Por ese motivo Alemania quiere saldar una cuenta pendiente 21 años después.
El ataque a Scapa Flow se decide en septiembre de 1939 tras comprobar, mediante reconocimientos aéreos que hay un punto vulnerable, conocido como Kirk Sound. La misión se la encomiendan al capitán de corbeta Günter Prien y su submarino U-47 que para la misión es equipado con los torpedos G-7e, que no dejaban estela.
Durante la noche del 13 al 14 de octubre el submarino U-47 logra penetrar en la base británica en una noche sin luna acompañados de la aurora boreal, tras pasar las naves hundidas cerca del paso de Kirk Sound. Finalmente entra en el puerto a las 00:27h para encontrarse frente a una fuerza formada por dos acorazados y varios destructores, pues la fuerza principal se ha trasladado a otra posición. Aún así queda un premio gordo. El acorazado HMS Royal Oak de casi 30.000 toneladas de desplazamiento y 187 metros de eslora.

El U-47 arriba a la base de Wilhenlshaven el 17 de octubre donde son recibidos con gran entusiasmo y tanto Prien como su tripulación son alzados a la categoría de héroes del III Reich. El éxito de la misión es aprovechada por la Kriegsmarine para demostrar la eficacia del arma submarina del almirante Karl Dönitz.
El héroe de Scapa Flow muere el 8 de marzo de 1941, junto a su tripulación, cuando su U-47 es hundido por el destructor de la armada británica HMS Wolverine.
Para saber más:
El camino de Scapa-Flow, de Günther Prien
Scapa Flow Wrecks
Uboat
Scapa Flow Dive Guide de Lawson Wood
Magazine Digital
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