El 12 de marzo de
1943 sir Archibald Sinclair, ministro del Aire británico, comunicó a la Cámara de los Comunes que los bombardeos de zona realizados en el Ruhr habían destruido 2000 fábricas con lo que la producción de acero alemán había disminuido un 20%. Pero no era suficiente.
La RAF debía planear un golpe definitivo. Destruir las presas que suministraban la electricidad que necesitaban las industrias alemanas. Para ello se planeó la
Operación Chastise,
una de las operaciones aéreas más extraordinarias de la Segunda Guerra Mundial.
La noche del 16 al 17 de mayo, los Dambusters, una escuadrilla de
18 bombarderos Lancaster del 617º escuadrón de la
RAF, especialmente modificados, atacaron junto a otras, las importantes
presas de Möhne y Eder con un nuevo tipo de bombas. Estas bombas, diseñadas por el ingeniero Barnes Wallys estaban diseñadas en forma de bidón para rebotar sobre el agua, como cuando lanzamos las piedras al agua y explotar mientras se hundían en la base de la presa. El rebote era necesario para salvar las redes de torpedos que habían colocado en el agua.
En su ataque
fueron recibidos por una intensa defensa antiaérea, pero en la presa de Möhne consiguieron abrir una brecha de 90 metros. En la de Eder la destrucción fue enorme ya que, por entonces, era la presa más grande de Europa. Además de la destrucción de la presa y su estación eléctrica,
millones de toneladas de agua arrasaron los valles del Ruhr, inundando minas y fábricas de acero, costando la vida a 1650 personas. En el resto de objetivos apenas causaron daños.
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Presa de Möhne |
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Presa de Eder |
La operación no era tan sencilla como parecía.
En primer lugar la bomba tendía a no rebotar y a hundirse demasiado pronto. Finalmente se solucionó realizando el lanzamiento a tan solo 30m de la superficie del agua. Esto suponía un problema: los bombarderos estaban diseñados para calcular objetivos a grandes altitudes, no a tan baja altura. Para solucionarlo
se recurrió a un sistema muy simple e ingenioso. Se colocaron dos focos de luz en ángulo, uno a proa y otro a popa, apuntando hacia el agua y cuando sus haces luminosos se unían el
Lancaster ya se encontraban a los 30m necesarios.
Otro problema con el que se encontraban era calcular en que momento exacto del lanzamiento. Para tal fin
se fabricaron una especie de tirachinas en forma de "Y", de tal modo cuando el tripulante bombardero observaba a través de un agujero que sus extremos coincidían con los extremos de la presa era el momento de lanzar la bomba.
La misión fue toda una hazaña, pero los ataques al resto de las presas fallaron y
los daños en Möhne y Eder tan solo detuvieron la producción durante poco tiempo. De los 18 aparatos que participaron en la Operación Chastise, ocho no volvieron a Inglaterra y dos quedaron tan dañados que quedaron inservibles.
Para saber más:
Dambusters
Operación Chastise
History Learning Site
Telegraph
Imperial War Museum
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