China "entró" en la Segunda Guerra Mundial bastante antes de que el conflicto comenzara oficialmente el 1 de septiembre de 1939. China estaba en guerra con Japón desde el 7 de julio de 1937 hasta que Japón se rindió definitivamente el 2 de septiembre de 1945, en lo que se considera como la Segunda Guerra Sino-Japonesa.
La guerra comenzó fundamentalmente cuando el Imperio del Japón invadió la región de Manchuria el 19 de septiembre de 1931, lo que era clave para entender que Japón ya quería dominar Asia y el Pacífico. En Manchuria se había establecido un estado títere llamado Manchukuo, gobernado por el antiguo emperador chino Puyi.
Esta agresión japonesa sería condenada por la Liga de Naciones, y Japón se retiraría de la liga. Finalmente, en julio de 1937, tras el incidente del Puente de Marco Polo, el gobierno chino decidió defenderse del invasor japonés. Después de haber ocupado Pekín y Shanghai, las tropas japonesas tomaron, la entonces capital, Nankín, en diciembre de 1937. Lo que siguió a continuación fue uno de los episodios más oscuros de la guerra, una orgía de matanzas y violaciones que duró un mes y medio. Cifras oficiales estima que murieron unas 100.000 personas a manos de las tropas japonesas, pero distintas fuentes elevan la cifra hasta las 200.000.
La ofensiva japonesa prosiguió hasta octubre de 1938. El gobierno chino se refugió en Chongqing, hasta el fin de la guerra, mientras que los miembros del Partido Comunista Chino que quedaban, al mando de Mao Zedong, hacían lo propio en Yan'an. Una inundación provocada del río Amarillo detuvo el avance de los japoneses, que regresarían a Manchuria.
En 1938 Japón no solo luchaba contra china. Tambien estaba en guerra con la Unión Soviética en la zona de Mongolia cuyo combate más importante fue la batalla de Jaljin Gol. La batalla empezó el 11 de mayo de 1939, cuando varias unidades de caballería Mongola cruzaron la frontera con Manchukuo. Los japoneses los expulsaron, pero dos días después las tropas mongoles regresaron con refuerzos soviéticos. Stalin ordenó al general Gueorgui Zhúkov que se hiciera cargo de la situación y a mediados de agosto, los rusos lograron romper las líneas enemigas y rodearon a dos divisiones completas que fueron destruidas, por lo que Japón solicitó el cese de hostilidades y dos años después firmaron el Pacto de Neutralidad entre ambas naciones. Ambos países aún no han firmado la paz y todavía se disputan las islas Kuriles.
Fue a partir la batalla de Jaljin Gol cuando el gobierno japonés decidió dar paso a la estrategia de la Armada Imperial, que deseaba una expansión hacia las colonias europeas, como Hong Kong y las islas del Pacífico. Este cambio de estrategia llevaría a Japón a chocar con Estados Unidos, que ayudaba a China con los Tigres Voladores, y que posteriormente impuso un bloqueo económico a Japón, lo que llevó finalmente a Japón a atacar a los Estados Unidos en diciembre de 1941 incrementando el apoyo norteamericano a China que a regañadientes permitió el aterrizaje de los aviones norteamericanos tras el primer raid de bombardeo de las ciudades japonesas realizado por los bombarderos de Doolittle, en abril de 1942, temiendo la tremendas represalias japonesas sobre la población china.
Durante los ocho años de guerra China perdió unos más de 3 millones de soldados, entre ellos niños de apenas 10 años, y se calcula que entre 10 y 17,4 millones de civiles murieron en el conflicto, de los que se estima que casi la mitad murió en asesinatos masivos. Las bajas japonesas están entre 1 y 1,7 millones y las soviéticas no llegan a 20.000.
Para saber más:
ABC
Xinhuanet
Wikipedia
People Daily
Exordio
lunes, 28 de agosto de 2017
domingo, 20 de agosto de 2017
Lectura recomendada: Hijos de Nazis
Personajes siniestros del III Reich como Heinrich Himmler, Hermann Goering o el Doctor Mengele fueron lideres omnipotentes durante el breve Reich de los mil años. Durante ese periodo fueron considerados héroes y guías del nacionalsocialismo y de la raza aria. Como dijo Primo Levy "existen los monstruos, pero son muy pocos para ser realmente peligrosos. Los más peligrosos son los hombres comunes". Cualquier hombre es capaz de las acciones más heroicas y de las más deleznables. ¿Como alguien que enviaba a la muerte a miles de personas por su raza, religión o filiaciones políticas, podía ser padre de familia ejemplar, o besar a sus hijos antes de firmar la muerte de niños judíos?
La posición de estos hombres dio a sus hijos un estatus lleno de privilegios y seguridad dónde no tenían conciencia real de los crímenes de sus progenitores. Los niños solo conocieron una cara de sus padres la otra la descubrieron tras la derrota. Los de más edad no tenían más de dieciocho años en 1945. Tan solo recuerdan una infancia en un ambiente protegido, a salvo de la política y de las atrocidades de la guerra.
Más de setenta años después del final del conflicto el tema sigue siendo un tema difícil de tocar y en su primer libro "Hijos de Nazis" la abogada criminalista Tania Crasnianski desvela la relación entre padres e hijos, que parte de responsabilidad en los crímenes del III Reich cometidos por sus padres se ha traspasado a sus hijos y como han logrado vivir con el yugo de unos apellidos considerados malditos.
En sus páginas convergen los relatos de ocho de esos hijos de nazis, obtenidos a través de una intensa investigación en archivos públicos y privados, cartas, libros, entrevistas y hasta en actas judiciales. El relato directo solo fue posible con Niklas Frank, hijo de Hans Frank, "el carnicero de Cracovia", mientras que los hijos de Goering y Himmler han intentado evitar hablar de ese tema y otros simplemente murieron.
La posición de estos hombres dio a sus hijos un estatus lleno de privilegios y seguridad dónde no tenían conciencia real de los crímenes de sus progenitores. Los niños solo conocieron una cara de sus padres la otra la descubrieron tras la derrota. Los de más edad no tenían más de dieciocho años en 1945. Tan solo recuerdan una infancia en un ambiente protegido, a salvo de la política y de las atrocidades de la guerra.
Más de setenta años después del final del conflicto el tema sigue siendo un tema difícil de tocar y en su primer libro "Hijos de Nazis" la abogada criminalista Tania Crasnianski desvela la relación entre padres e hijos, que parte de responsabilidad en los crímenes del III Reich cometidos por sus padres se ha traspasado a sus hijos y como han logrado vivir con el yugo de unos apellidos considerados malditos.
En sus páginas convergen los relatos de ocho de esos hijos de nazis, obtenidos a través de una intensa investigación en archivos públicos y privados, cartas, libros, entrevistas y hasta en actas judiciales. El relato directo solo fue posible con Niklas Frank, hijo de Hans Frank, "el carnicero de Cracovia", mientras que los hijos de Goering y Himmler han intentado evitar hablar de ese tema y otros simplemente murieron.
La sobrina nieta de Himmler, Katrin, me comentó cuando la conocí en un viaje a Berlín, que sentía un "inexplicable sentimiento de culpa" y que tiempo a tras le daba vergüenza de nombrar su apellido, a pesar de que ni siquiera conociera al líder de las SS. Es autora del libro Los hermanos Himmler: historia de una familia alemana.
Estos hijos son hijos de la complicidad, de la conjura del silencio y de la negación de la responsabilidad de sus padres en los juicios de Nüremberg, en una Alemania de posguerra en la que la población se consideraba inocente. Donde nadie era nazi y el único responsable era Adolf Hitler.
Es tremendamente complicado que un hijo juzgue a sus padres de manera imparcial. Algunos no han renegado nada en absoluto, otros fueron la vía espiritual y otros llegaron hasta la esterilización para que no continuase una estirpe de apellidos malditos. Este es un libro que nos enseña, desde la aprobación, el rechazo o la indiferencia, la vida de esos "Hijos de Nazis".
Para saber más y leer las primeras páginas:
La Esfera de los Libros
Estos hijos son hijos de la complicidad, de la conjura del silencio y de la negación de la responsabilidad de sus padres en los juicios de Nüremberg, en una Alemania de posguerra en la que la población se consideraba inocente. Donde nadie era nazi y el único responsable era Adolf Hitler.
Es tremendamente complicado que un hijo juzgue a sus padres de manera imparcial. Algunos no han renegado nada en absoluto, otros fueron la vía espiritual y otros llegaron hasta la esterilización para que no continuase una estirpe de apellidos malditos. Este es un libro que nos enseña, desde la aprobación, el rechazo o la indiferencia, la vida de esos "Hijos de Nazis".
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lunes, 7 de agosto de 2017
El Imperial War Museum
El Imperial War Museum (IWM) es el museo más completo de la historia militar del Reino Unido y uno de los mejores a nivel mundial. Su colección es impresionante.
El museo fue inaugurado por el rey Jorge V en 1920 y tras años de desamparo, en 1936, el Duque de York reabrió el museo en el antiguo hospital psiquiátrico de Bethlem, su sede actual. Entre 1940 y 1946 el museo permaneció cerrado al público y las colecciones más vulnerables fueron evacuados fuera de Londres a causa de los bombardeos alemanes (el Blitz). La mayoría de las exposiciones sobrevivieron a la guerra. Lo más destacable fue la destrucción de un hidroavión Short, que había volado en la batalla de Jutlandia por una bomba alemana en enero 1941.
Nada más llegar a los jardines del IWM nos dan la bienvenida dos impresionantes cañones navales de 15 pulgadas del HMS Resolution y el HMS Ramillies, que lucharon en las dos guerra mundiales.
Pasamos a través de las columnas de su fachada principal al hall de entrada y en primer lugar nos encontramos con el atrio, que nos muestra una gran colección de blindados (en la que destaca un Mark V de la Gran Guerra), cañones, vehículos y la enorme V2.
Sobrevolando nuestras cabezas encontramos, entre otros aparatos, el héroe de la Batalla de Inglaterra; el Spitfire y una auténtica bomba volante V1.
El edificio se divide en 6 plantas dedicadas principalmente a las dos guerras mundiales y entre sus exhibiciones más significativas podemos encontrar la dedicada a la guerra secreta y sus artilugios de espía. También está la más dura de la visita, la dedicada al Holocausto. Otra parte interesante nos muestra el interior de una casa londinense durante el Blitz y la vida diaria de los niños británicos durante la Segunda Guerra Mundial.
La colección relativa a la Primera Guerra Mundial, es de las más completas del mundo y en ella destaca especialmente "The Trench Experience" donde una línea de trincheras en el Somme es recreada con una iluminación especial, olores y efectos de sonido para poder vivir la vida de un soldado del frente en el otoño de 1916.
El apartado dedicado a la Segunda Guerra Mundial nos muestra, en primer lugar, la vida en el periodo de entreguerras y en la Alemania Nazi para pasar a recorrer los diferentes frentes de guerra, como la guerra relámpago, el desierto, las frías tierras de Rusia o las islas del Pacífico; mostrados con una excelente colección de uniformes, armas y pertrechos de todo tipo. El Blitz, tiene gran importancia histórica para los británicos y para los londinenses en particular, y por ese motivo destaca "The Blitz Experience", una cuidada reconstrucción de un refugio antiaéreo y una calle bombardeada en 1940, donde diferentes efectos, sonidos y olores evocan a los visitantes la sensación de estar atrapados en el bombardeo de Londres durante la Segunda Guerra Mundial.
El Imperial War Museum, no es solo este museo, también están el aeródromo de Duxford, las Churchill War Rooms, el HMS Belfast, todos en Londres y el IWM North en Manchester
El museo fue inaugurado por el rey Jorge V en 1920 y tras años de desamparo, en 1936, el Duque de York reabrió el museo en el antiguo hospital psiquiátrico de Bethlem, su sede actual. Entre 1940 y 1946 el museo permaneció cerrado al público y las colecciones más vulnerables fueron evacuados fuera de Londres a causa de los bombardeos alemanes (el Blitz). La mayoría de las exposiciones sobrevivieron a la guerra. Lo más destacable fue la destrucción de un hidroavión Short, que había volado en la batalla de Jutlandia por una bomba alemana en enero 1941.
Nada más llegar a los jardines del IWM nos dan la bienvenida dos impresionantes cañones navales de 15 pulgadas del HMS Resolution y el HMS Ramillies, que lucharon en las dos guerra mundiales.
Pasamos a través de las columnas de su fachada principal al hall de entrada y en primer lugar nos encontramos con el atrio, que nos muestra una gran colección de blindados (en la que destaca un Mark V de la Gran Guerra), cañones, vehículos y la enorme V2.
Sobrevolando nuestras cabezas encontramos, entre otros aparatos, el héroe de la Batalla de Inglaterra; el Spitfire y una auténtica bomba volante V1.
El edificio se divide en 6 plantas dedicadas principalmente a las dos guerras mundiales y entre sus exhibiciones más significativas podemos encontrar la dedicada a la guerra secreta y sus artilugios de espía. También está la más dura de la visita, la dedicada al Holocausto. Otra parte interesante nos muestra el interior de una casa londinense durante el Blitz y la vida diaria de los niños británicos durante la Segunda Guerra Mundial.
La colección relativa a la Primera Guerra Mundial, es de las más completas del mundo y en ella destaca especialmente "The Trench Experience" donde una línea de trincheras en el Somme es recreada con una iluminación especial, olores y efectos de sonido para poder vivir la vida de un soldado del frente en el otoño de 1916.
El apartado dedicado a la Segunda Guerra Mundial nos muestra, en primer lugar, la vida en el periodo de entreguerras y en la Alemania Nazi para pasar a recorrer los diferentes frentes de guerra, como la guerra relámpago, el desierto, las frías tierras de Rusia o las islas del Pacífico; mostrados con una excelente colección de uniformes, armas y pertrechos de todo tipo. El Blitz, tiene gran importancia histórica para los británicos y para los londinenses en particular, y por ese motivo destaca "The Blitz Experience", una cuidada reconstrucción de un refugio antiaéreo y una calle bombardeada en 1940, donde diferentes efectos, sonidos y olores evocan a los visitantes la sensación de estar atrapados en el bombardeo de Londres durante la Segunda Guerra Mundial.
El Imperial War Museum, no es solo este museo, también están el aeródromo de Duxford, las Churchill War Rooms, el HMS Belfast, todos en Londres y el IWM North en Manchester
Paras saber más:
WW2 GP Magazine, número 11
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