El museo fue inaugurado por el rey Jorge V en 1920 y tras años de desamparo, en 1936, el Duque de York reabrió el museo en el antiguo hospital psiquiátrico de Bethlem, su sede actual. Entre 1940 y 1946 el museo permaneció cerrado al público y las colecciones más vulnerables fueron evacuados fuera de Londres a causa de los bombardeos alemanes (el Blitz). La mayoría de las exposiciones sobrevivieron a la guerra. Lo más destacable fue la destrucción de un hidroavión Short, que había volado en la batalla de Jutlandia por una bomba alemana en enero 1941.
Nada más llegar a los jardines del IWM nos dan la bienvenida dos impresionantes cañones navales de 15 pulgadas del HMS Resolution y el HMS Ramillies, que lucharon en las dos guerra mundiales.
Pasamos a través de las columnas de su fachada principal al hall de entrada y en primer lugar nos encontramos con el atrio, que nos muestra una gran colección de blindados (en la que destaca un Mark V de la Gran Guerra), cañones, vehículos y la enorme V2.
Sobrevolando nuestras cabezas encontramos, entre otros aparatos, el héroe de la Batalla de Inglaterra; el Spitfire y una auténtica bomba volante V1.
El edificio se divide en 6 plantas dedicadas principalmente a las dos guerras mundiales y entre sus exhibiciones más significativas podemos encontrar la dedicada a la guerra secreta y sus artilugios de espía. También está la más dura de la visita, la dedicada al Holocausto. Otra parte interesante nos muestra el interior de una casa londinense durante el Blitz y la vida diaria de los niños británicos durante la Segunda Guerra Mundial.
La colección relativa a la Primera Guerra Mundial, es de las más completas del mundo y en ella destaca especialmente "The Trench Experience" donde una línea de trincheras en el Somme es recreada con una iluminación especial, olores y efectos de sonido para poder vivir la vida de un soldado del frente en el otoño de 1916.
El apartado dedicado a la Segunda Guerra Mundial nos muestra, en primer lugar, la vida en el periodo de entreguerras y en la Alemania Nazi para pasar a recorrer los diferentes frentes de guerra, como la guerra relámpago, el desierto, las frías tierras de Rusia o las islas del Pacífico; mostrados con una excelente colección de uniformes, armas y pertrechos de todo tipo. El Blitz, tiene gran importancia histórica para los británicos y para los londinenses en particular, y por ese motivo destaca "The Blitz Experience", una cuidada reconstrucción de un refugio antiaéreo y una calle bombardeada en 1940, donde diferentes efectos, sonidos y olores evocan a los visitantes la sensación de estar atrapados en el bombardeo de Londres durante la Segunda Guerra Mundial.
El Imperial War Museum, no es solo este museo, también están el aeródromo de Duxford, las Churchill War Rooms, el HMS Belfast, todos en Londres y el IWM North en Manchester
Paras saber más:
WW2 GP Magazine, número 11
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