La posición de estos hombres dio a sus hijos un estatus lleno de privilegios y seguridad dónde no tenían conciencia real de los crímenes de sus progenitores. Los niños solo conocieron una cara de sus padres la otra la descubrieron tras la derrota. Los de más edad no tenían más de dieciocho años en 1945. Tan solo recuerdan una infancia en un ambiente protegido, a salvo de la política y de las atrocidades de la guerra.
Más de setenta años después del final del conflicto el tema sigue siendo un tema difícil de tocar y en su primer libro "Hijos de Nazis" la abogada criminalista Tania Crasnianski desvela la relación entre padres e hijos, que parte de responsabilidad en los crímenes del III Reich cometidos por sus padres se ha traspasado a sus hijos y como han logrado vivir con el yugo de unos apellidos considerados malditos.
En sus páginas convergen los relatos de ocho de esos hijos de nazis, obtenidos a través de una intensa investigación en archivos públicos y privados, cartas, libros, entrevistas y hasta en actas judiciales. El relato directo solo fue posible con Niklas Frank, hijo de Hans Frank, "el carnicero de Cracovia", mientras que los hijos de Goering y Himmler han intentado evitar hablar de ese tema y otros simplemente murieron.
La sobrina nieta de Himmler, Katrin, me comentó cuando la conocí en un viaje a Berlín, que sentía un "inexplicable sentimiento de culpa" y que tiempo a tras le daba vergüenza de nombrar su apellido, a pesar de que ni siquiera conociera al líder de las SS. Es autora del libro Los hermanos Himmler: historia de una familia alemana.
Estos hijos son hijos de la complicidad, de la conjura del silencio y de la negación de la responsabilidad de sus padres en los juicios de Nüremberg, en una Alemania de posguerra en la que la población se consideraba inocente. Donde nadie era nazi y el único responsable era Adolf Hitler.
Es tremendamente complicado que un hijo juzgue a sus padres de manera imparcial. Algunos no han renegado nada en absoluto, otros fueron la vía espiritual y otros llegaron hasta la esterilización para que no continuase una estirpe de apellidos malditos. Este es un libro que nos enseña, desde la aprobación, el rechazo o la indiferencia, la vida de esos "Hijos de Nazis".
Para saber más y leer las primeras páginas:
La Esfera de los Libros
Estos hijos son hijos de la complicidad, de la conjura del silencio y de la negación de la responsabilidad de sus padres en los juicios de Nüremberg, en una Alemania de posguerra en la que la población se consideraba inocente. Donde nadie era nazi y el único responsable era Adolf Hitler.
Es tremendamente complicado que un hijo juzgue a sus padres de manera imparcial. Algunos no han renegado nada en absoluto, otros fueron la vía espiritual y otros llegaron hasta la esterilización para que no continuase una estirpe de apellidos malditos. Este es un libro que nos enseña, desde la aprobación, el rechazo o la indiferencia, la vida de esos "Hijos de Nazis".
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