Los animales han sido utilizados en combate durante siglos. A igual que palomas, elefantes o caballos, los canes han sido muy útiles en el campo de batalla. Pero no fue hasta la Segunda Guerra Mundial cuando el Ejército de los EE.UU. decidió formar sus primeras unidades caninas. Poco después de la entrada de los Estados Unidos en la guerra en 1941, se hizo un llamamiento para que los ciudadanos donaran sus perros para el entrenamiento militar. Decenas de miles respondieron al llamamiento. Entre ellos se encontraba una familia de Pleasantville, Nueva York, que tenía a un joven mestizo de Pastor Collie y Husky, llamado Chips (Patatas Fritas), y que la familia encontró en un basurero. En 1942, fue enviado al Centro de Entrenamiento de Guerra en Front Royal, Virginia. De los 18.000 perros candidatos, 10.000 resultaron aptos para el servicio. Chips era uno de los elegidos.
Su primera hazaña fue cuando alertó a sus compañeros soldados de una emboscada. Después de detectar al enemigo, corrió de vuelta a la base con un cable de teléfono atado a su cuello para que que su pelotón pudiera pedir refuerzos.
Ese mismo año, acompañó a su adiestrador y compañero, el soldado John P. Rowell, a Sicilia. Un día, mientras patrullaba la costa se encontraron bajo fuego enemigo procedente de un búnker cercano. Chips se soltó de Rowell y saltó directamente en el interior del búnker. Momentos después, varios soldados se rindieron, mordidos por Chips. A pesar de que este acto de valor casi le cuesta la vida al recibir una herida de bala en la cabeza y diversas quemaduras, esa misma noche estaba de nuevo en servicio y detectó a un grupo de 10 soldados italianos, lo que permitió a su pelotón que los interceptaran y capturaran sin un solo disparo.
Ese mismo año fue galardonado con el Corazón Púrpura y la Estrella de Plata. Otras medallas las siguieron y Chips llegó a ser el perro de guerra más condecorado de la Segunda Guerra Mundial. En una ocasión el general Eisenhower, tuvo un encuentro con Chips cuando fue ascendido a soldado de primera clase, aunque el perro no estaba por saludar al general en jefe aliado.
Las historias de su valor no tardaron en llegar a los periódicos estadounidenses. En enero de 1944, The New York Times publicó un titular: 'Perro del Ejército es el primero en obtener un Corazón Púrpura'. Esto enfureció a un buen número de importantes mandos militares. que creían que un perro no debían tener medallas como los soldados. Estas quejas llegaron al Congreso y tras tres meses de debate se decidió interrumpir la adjudicación de medallas a los héroes caninos. Chips y otros perros de guerra fueron despojados de sus medallas.
Sin embargo, los hombres de su división de infantería le otorgaron de modo extraoficial una cinta en punta de flecha y ocho estrellas de batalla. Siete meses de su vuelta a casa en diciembre de 1945, Chips sucumbió a las lesiones sufridas durante su servicio en el campo de batalla. Está enterrado en el cementerio de mascotas de Hartsdale, Nueva York.
John y Gail Wren mirando fotografías de su perro Chips durante la Guerra |
Por fin el 15 de enero de 2018 recibió la medalla Dickin en un acto en el que asistieron un bisnieto de Winston Churchill y Alan Throop, descendiente de la familia que originalmente adoptó a Chips cuando nació.
Para saber más:
US Army Quartermaster Foundation
Dog Time
Brainz
German Sheperd
Puppyup
Find a Grave
VOA
Chips, un valiente pastor alemán, desafió los límites como héroe de guerra. Su historia de coraje generó controversias, desafiando la percepción tradicional de los héroes de la Segunda Guerra Mundial.
ResponderEliminarUn héroe injustamente tratado.
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