A principios de 1946 el comandante supremo de las fuerzas aliadas en el Pacífico, el general Douglas MacArthur, anuncia la formación del Tribunal Internacional Militar para Extremo Oriente. El tribunal debía juzgar a 25 jefes militares, políticos y funcionarios japoneses, acusados de haber dirigido una guerra de agresión y de haber cometido u ordenado crímenes de guerra, crímenes contra la paz y terribles atrocidades.
Los trabajos del tribunal, a imagen de los Juicios de Nüremberg, donde se juzgaron a los jerarcas nazis, empiezan el 3 de mayo de 1946 y terminan el 12 de noviembre de 1948, con una sentencia que declara culpables a todos los acusados. Entre los siete condenados a la horca están el general Hideki Tojo y el ministro de asuntos exteriores, entre 1933 y 1936, Kodi Hirota. Las condenas a muerte fueron ejecutadas el 23 de diciembre de 1948.
Varios tribunales establecidos en los países vencedores juzgaron a otros 5.000 japoneses, emitiendo más de 900 condenas a muerte por graves crímenes de guerra y contra la humanidad. En 1958 son liberados los condenados por el Tribunal Internacional de Tokio; Japón al aceptar la sentencia, queda exento de la obligación de perseguir a los criminales de guerra.
La brutalidad del Ejército Imperial Japonés incluyeron numerosas matanzas de civiles y prisioneros, experimentos con seres humanos, trabajos forzados o uso de armas químicas que causaron la muerte a decenas de millones de personas. Hay que destacar que Japón no había firmado la Convención de Ginebra relativa a prisioneros de guerra pero sí había firmado el Pacto de París que condenaba la guerra como forma de resolver conflictos entre Estados o las Conferencias de la Haya de 1899 y 1907 relativas al uso de armas químicas.
Si en Núremberg no se pudo juzgar a Hitler porque que se suicidó en su búnker de Berlín, en el Proceso de Tokio destaca la absolución de Hirohito, el Emperador y figura más representativa del Japón. Tambien es destacable que gran parte de los crímenes que tuvieron lugar en China no fueron juzgados en Tokio, como los terribles experimentos del escuadrón 731 o la masacre de Nankín.
En Occidente la relevancia del Proceso de Tokio queda eclipsado por los Juicios de Núremberg pero el proceso fue muy polémico. La acusación fue llevada exclusivamente por un fiscal norteamericano. en la sala solo se habló inglés y japonés. A los procesados se les reconoció el atenuante de "obediencia debida" (que no se les reconoció a los jefes nazis), El juicio tambien fue considerado arbitrario a la hora de juzgar a los vencidos por atrocidades tambien cometidas por los vencedores, como acusar al jefe de las fuerzas aéreas japonesas por bombardear a la población civil sabiendo del horror cometidos por Estados Unidos en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki.
Para saber más:
Naciones Unidas
Bibliohistorico
Wikipedia
La Aventura de la Historia
Foro Segunda Guerra
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