¿Quieres un ejemplar de Eso no estaba en mi libro de la Segunda Guerra Mundial? Pues estás de suerte.
Gracias a Jesús Hernández y a la Editorial Almuzaralos suscriptores de El Cajón de Grisom podéis participar en un fantástico SORTEO.
¿Sabías que hubo una batalla en Europa recién acabada la guerra, que Churchill permitió una terrible hambruna en la India o que hubo judíos en la Gestapo?
En "Eso no estaba en mi libro de la Segunda Guerra Mundial" tambien podrás descubrir el origen del papel de aluminio y el papel film o el zumo de naranja concentrado, pasando por las barritas energéticas o los aperitivos de maíz frito.
Además, hay un capítulo con 111 datos curiosos de la guerra y 10 cuestionarios que pondrán a prueba tus conocimientos sobre el mayor conflicto del Siglo XX.
Participar en el sorteo es muy sencillo, solo hay que suscribirse al blog por E-Mail en el recuadro "Suscribete al Blog por E-Mail", que encontrareis en la columna de la derecha, y solo con vuestra dirección de correo entrareis en el sorteo.
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El sorteo se realizará entre todos los suscriptores el 10 de Abril de 2018.
El ganador será avisado por correo electrónico y su nombre publicado en diferentes redes sociales.
Gracias y...
¡Mucha suerte a todos!
El Ganador del Sorteo es Carlos Varela. Felicidades amigo.
Soy seguidor de Jesús Hernández desde hace mucho tiempo pero hasta ahora no me había decidido a hacer una reseña sobre sus libros, pero este, para mi tiene algo especial. Tiene el mismo alma que este blog, contar historias y curiosidades poco conocidas o prácticamente inéditas que no suelen aparecer en los libros sobre la Segunda Guerra Mundial.
Jesús ha escrito más de veinte libros de divulgación histórica entre los que destaca la historia de la Segunda Guerra Mundial. En "Eso no estaba en mi libro de la Segunda Guerra Mundial" va un paso más allá. Con su estilo ameno y de fácil lectura nos aporta un buen número de historias prácticamente desconocidas de este conflicto del siglo XX.
Esta maravilla de libro aparece en las librerías cuando parece que ya está prácticamente todo escrito sobre la Segunda Guerra Mundial y es un soplo de aire fresco ante mucha literatura densa y llena de datos, batallas y grandes operaciones. Jesús, con sus libros, es capaz de llegar mucho más al gran público que otros libros y enciclopedias de historia.
Gracias a Jesús podremos descubrir cosas tan curiosas como que la Gestapo tuvo judíos en sus filas o que el campo de concentración de Buchenwald tenía un zoo en el que los animales vivían mucho mejor que las personas allí recluidas. Estos y muchos relatos más nos sorprenden en sus más de 400 páginas que además está complementado con 111 datos sorprendentes relativos al conflicto, recopilados por el autor a lo largo de los años, y 100 preguntas y respuestas donde podremos probar nuestros conocimientos sobre la Segunda Guerra Mundial.
Jesús Hernández además de historiador es periodista y colabora con asiduidad en publicaciones como Clío, La Aventura de la Historia o Muy Historia. Tambien ha participado como asesor en varios documentales. Sus libros han sido traducidos, nada menos que, hasta en chino o islandés.
"Eso no estaba en mi libro de la Segunda Guerra Mundial" ha sido editado por Almuzara y se puede comprar en Amazon, en la web de la editorial y en la mejores librerías.
En 1933, Rudolf Hess dio al inmigrante alemán y miembro del partido nazi Heinz Spanknöbel directrices para formar una organización nazi en los Estados Unidos. Como resultado se creó la asociación Amigos de la Nueva Alemania, con la ayuda del cónsul alemán en Nueva York. La asociación era la fusión de dos organizaciones más antiguas y más pequeñas, la Gau-EE.UU. y la Sociedad Libre Teutónica. Se estableció en Nueva York, con una importante presencia en Chicago.
En la costa Oeste se movían los miembros de La Legión de Plata, liderada por William Dudley
Pelley.
Contando con ciudadanos alemanes y americanos de origen alemán entre sus miembros, los Amigos de la Nueva Alemania defendían con vehemencia la causa nazi, tomando las oficinas del periódico de lengua alemana más grande de Nueva York, boicoteando los negocios de judíos alemanes y manteniendo reuniones rodeados de esvásticas con sus uniformes en blanco y negro.
Spanknobel fue deportado en octubre de 1933 y más tarde Hess ordenó a los líderes de la asociación que volvieran a Alemania y la organización se disolvió. Tras la disolución se creó sin el apoyo directo del gobierno alemán, la German American Bund, que continuó con las campañas y operaciones de la Amigos de la Nueva Alemania, pero envolvió su discurso de patriotismo y simbolismo pro-estadounidense.
Los nazis contaron en Estados Unidos con muchas simpatías y entre ellos destacaba un héroe nacional como Charles Lindbergh. La sociedad era abiertamente tolerante con la ideología nazi y los seguidores del German American Bund marchaban por las calles "haciendo el saludo hitleriano como si fuera el desfile de Macy's" Debido a ello, en 1938, el juez neoyorquino de origen judío Nathan Perlman quiso evitarlo. Se reunió con el mafioso Meyer Lansky y, en algo poco ético para un juez, le pidió que sus matones se dedicaran a amedrentar a los nazis del Bund. Eso si, les pidió que no hubiera muertos. Cumplieron la petición, pero rompieron muchos huesos, enviando a una gran cantidad de nazis al hospital con pronóstico grave.
Con todo, el Bund realizó una convención, el 20 de febrero de 1939, que reunió a cerca de 20.000 miembros en el Madison Square Garden que se engalanó para la ocasión con banderas de las barras y estrellas y esvásticas, presididas por un enorme retrato de George Washington como "el primer fascista".
Durante el acto, los oradores lanzaron soflamas contra el presidente norteamericano, llamándolo "Frank D. Rosenfeld" y contra su “Jew Deal”, en alusión al "New Deal", la política intervencionista puesta en marcha para luchar contra los efectos de la Gran Depresión en Estados Unidos. El Bund eligió a Fritz Julius Kuhn como su líder (Bundesführer), un ciudadano estadounidense de origen alemán veterano de la Primera Guerra Mundial y un Kämpfer Alter (viejo luchador) del partido nazi, al que en 1934 se le concedió la ciudadanía estadounidense. En el exterior del recinto, cerca de 80.000 antinazis de manifestaron, entre los que se encontraban los matones de la mafia, enfrentándose con la policía al intentar penetrar en el auditorio y reventar la convención.
Después de la convención, el fiscal de distrito de Nueva York, ordenó detener a Kuhn por robo y falsificación y apropiarse 14.000$ del Bund. El 5 de diciembre de 1939, Kuhn fue condenado a dos años y medio y a cinco años de prisión por evasión de impuestos y malversación. Después de la guerra, Kuhn fue deportado a Alemania donde murió en 1951. Otros líderes del movimiento fueron detenidos y condenados por actividades subversivas y conspiración para violar la Ley de Servicio Selectivo de 1940.
El Bund fue finalmente disuelto en diciembre de 1941, tras el ataque japonés a Pearl Harbor y la posterior declaración de guerra de Hitler contra los Estados Unidos, del día 11.
Junto al realizado en el Luna Park de Buenos Aires, con unos 15.000 asistentes, en 1938; el celebrado en el Madison Square Garden son los más multitudinarios realizados fuera de Alemania.
La esvástica una vez fue un símbolo muy común de la buena suerte, un símbolo que uso un equipo de hockey femenino, de los años veinte que competía en un deporte dominado por los hombres, un equipo que sin duda necesitaba la buena suerte en un momento en que la mayoría de los estadounidenses creían que las mujeres no debían trabajar fuera del hogar y menos participar en deportes que controlaban los hombres.
Las Fernie Esvásticas era un equipo de hockey canadiense formado en 1922 solo por mujeres en Fernie, en la Columbia Británica. Su logotipo era un símbolo antiguo que data del período neolítico, ampliamente utilizado en las religiones de todo el mundo. Poco se sabe sobre esta escuadra de mujeres. Cuando ganaron su primer campeonato en 1923, posaron para una foto mostrando con orgullo los suéteres con la esvástica. Tres años antes, en 1920, el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán la adoptó como símbolo.
Otro equipo femenino canadiense, las Edmonton Swastikas del estado de Alberta, que se formó en 1916. Tenían en su equipamiento una esvástica rodeada por un círculo a modo de escudo.
Pero las Fernie Esvásticas no fueron las únicas jugadoras de hockey que tuvieron que esconder sus viejas fotos del equipo escondidos en cajas.
Un equipo formado incluso antes, en 1905, llamado Windsor Esvásticas escogió este símbolo dentro de un escudo, como su logotipo.
Este símbolo no era exclusivo del hockey, por ejemplo, el equipo de baloncesto de la escuela secundaria Hoquiam en Polson, Washington, también llamado los esvásticas las usaban en sus uniformes. Hasta el ejército norteamericano tenia una unidad que la usaba, la 45ª División de Infantería. Portaba en su hombro una cruz gamada dorada sobre un rombo rojo, una insignia religiosa de los indios nativos americanos que la división adoptó en su honor. Para evitar problemas con el símbolo fue sustituida por el "pájaro de la tormenta", también de origen indígena.
Y hasta Coca-Cola la utilizó.
De todo es sabido que tras el final de la Segunda Guerra Mundial, el uso que hicieron los nazis de la cruz gamada hizo que, antes de la buena suerte, se convirtiera en el símbolo del horror y que en el mundo occidental cayera en desgracia. Incluso su uso y exhibición está totalmente prohibido en Alemania hasta el día de hoy.