Los aliados seguían avanzando y presionando desde el sur de la península italiana y había llegado a la Línea Gótica, lo que presagiaba el derrumbe de la resistencia del ejército alemán.
Mussolini lo sabía y su
República Social Italiana, en Saló, acabaría trágicamente.
El Duce creía que la única alternativa posible era mantener un pequeño reducto fascista en Valtellina, próxima a la frontera de
la neutral Suiza.

El 16 de abril de
1945 tuvo lugar la última reunión del Consejo de Ministros en Saló. El Duce barajaba la posibilidad de
convertir Milán en otro Stalingrado. Para conseguirlo necesitaba contar con la colaboración de otros grupos fascistas, así como la posibilidad de llegar a un acuerdo con británicos y estadounidenses para sumar fuerzas ante lo que el creía inminente: la lucha contra el comunismo soviético que amenazaba a Europa.
Los alemanes desconfiaban cada vez más de los italianos, debido a la multitud de deserciones hacia los aliados así como la capitulación italiana de septiembre de
1943. Por ese motivo tenían la intención de abandonar el país. Lo único que los retenía era
el deseo de Hitler de mantener a su amigo Mussolini en Italia.
Después de intentar infructuosamente contactar con los norteamericanos y los británicos, en la tarde del 25 de abril
Mussolini, su amante, Clara Petacci y varios jefes fascistas, abandonaron Milán en varios vehículos hacia el lago de Como. El grupo, escoltados por alemanes bordeó el lago, en dirección a Valtellina y la frontera suiza, mientras esquivaban grupos de
partisanos.

El 27 por la tarde, la columna tuvo que detenerse ante una barricada próxima a Dongo. Los alemanes
negociaron con los partisanos poder continuar hacia el norte. El oficial alemán al mando le ofreció a Mussolini la posibilidad de huir con ellos
disfrazándose de soldado alemán usando un capote para pasar desapercibido. El Duce acepto el ofrecimiento. Mientras, varios mandos fascistas intentaron escapar pero fueron detenidos a abatidos a tiros. Por ello, los partisanos empezaron a sospechar y decidieron inspeccionar los camiones. En seguida descubrieron a Mussolini y lo detuvieron, mientras los alemanes seguían su camino.
El 28, los partisanos llevaron al Duce y a su amante en coche hacia el sur. Se detuvieron en la pequeña localidad de Giulino de Mazzegra. Ordenaron que
Mussolini y Clara bajaran de automóvil y los llevaron hasta un muro, donde les comunicaron que en cumplimiento de una
sentencia de muerte dictada por el autodenominado Comité de Liberación Nacional de la Italia Alta serían, a continuación, fusilados. Tras ser ajusticiados, cargaron los cuerpos sin vida del dictador y su amante y los levaron para
exponerlos en la piaza Loreto de
Milán. Antes fueron arrojados al asfalto, donde el gentío se cebó con los cadáveres, hasta que finalmente fueron
colgados por los pies.

El 29 de abril
Adolf Hitler se recibió noticias detalladas sobre lo ocurrido con Mussolini y su amante y lo organizó todo para que no le sucediera lo mismo.
Decidió que se suicidaría antes de caer en manos de los soviéticos y ordenó que
su cadáver y el de Eva Braun, que al día siguiente se convertiría en su esposa,
fuesen incinerados.
El cuerpo de Mussolini y su amante
fueron metidos en unas sencillas cajas de madera y enterrados en una tumba con un simple número y un año después su tumba profanada por simpatizantes fascistas. Estuvo en paradero desconocido durante 12 años.
Para saber más:
ABC
Youtube
Wikipedia
Libertad Digital
Foro Segunda Guerra Mundial
La Gazeta
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