Vera Atlkins |
Vera Atlkins se consideraba especialmente responsable de sus chicas, aunque la mayoría tenían más de treinta años, ya que las mujeres tenían menos probabilidades de sobrevivir que los hombres.
Maurice Buckmaster, el superior de Atkins y ella misma, buscaban mujeres que hablaran con total fluidez el francés.
Una de las chicas de la Sección F era Eileen Nearne, que estudió en Francia y volvió a Gran Bretaña en 1940 cuando los alemanes invadieron el país galo. Con apenas 22 años se unió a la Sección F a pesar de las reticencias de su hermana mayor, Jackeline, que ya era por entonces correo de la SOE en Francia. Poco después de llegar fue capturada y torturada por la Gestapo y enviada a un campo de concentración en donde sobrevivió a duras penas y que la dejó totalmente traumatizada.
Noor Inayat Khan |
Noor Inayat Khan, descendiente de la realeza india, predicaba la no violencia. Concertista y escritora de libros infantiles tuvo que huir a Londres tras la invasión alemana de Francia. En Gran Bretaña fue formada como operadora de radio y se convertiría en la primera "pianista" en Francia.
Entre las "chicas" de la Sección F ya había algunas expertas espías antes de ser reclutadas. Cristine Granville, nacida en Varsovia, perdió a su madre judía a manos de los nazis y como venganza trabajo como correo del SOE y actuó como enlace entre la resistencia polaca y la inteligencia británica.
Otra aguerrida espía fue la neozelandesa Nancy Wake que vivía en Marsella al estallar la guerra. Durante mucho tiempo se dedicó a ayudar a pilotos aliados abatidos y a refugiados que huían de los nazis a escapar. Ella misma tuvo que huir a Gran Bretaña cuando era perseguida por la Gestapo. Tiempo después fue enviada de nuevo a Francia para suministrar armamento al maquis con los que combatió. Para los duros maquis era uno de ellos y decían que Wake luchaba como cinco hombres.
Cristine Granville |
Casi una de cada cuatro agentes murieron, y el riesgo de que fueran detenidas, torturadas y luego ejecutadas era muy alto sobre todo en lugares con una importante presencia de la Gestapo, como en París. Antes de partir se les entregaban una cápsulas de cianuro para que se suicidaran en el caso de que fueran capturadas por las fuerzas de ocupación.
A Life In Secrets: Vera Atkins and the Lost Agents of SOE, de Sarah Helm
Young, Brave and Beautiful, de Tania Szabo (las últimas ediciones el libro se titula "Violette"). Gracias a Sonsoles Moreno por la recomendación.
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