El lugar pasa prácticamente desapercibido para los que transitan por la carretera EX-391 de camino al monasterio de Yuste. Tan solo una modesta placa nos indica lo que hay allí.
Desde su sencilla entrada, caminando por un angosto camino se llega a la capilla y al camposanto. No hay ni una esvástica.
Aunque se respira paz y tranquilidad, es impactante. Aparecen 180 cruces sencillas en granito negro, perfectamente alineadas entre unos olivos. Tan solo llevan grabadas un nombre, su empleo y la fecha de nacimiento y muerte.
En una pequeña edificación podemos leer la casi desconocida historia de este lugar. Leemos en alemán y español:
En este cementerio de soldados descansan 28 soldados de la Primera Guerra Mundial y 154 de la Segunda Guerra Mundial. Pertenecieron a tripulaciones de aviones que cayeron sobre España, submarinos y otros navíos de la armada hundidos. Algunos de ellos murieron en hospitales españoles a causa de sus heridas. Sus tumbas estaban repartidas por toda España, allí donde el mar los arrojó a tierra, donde cayeron sus aviones o donde murieron. El Volksbund en los años 1980-1988 los reunió en esta última morada inaugurada en presencia del embajador de la República Federal de Alemania en un acto conmemorativo hispano-alemán el 1 de junio de 1988.El Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge (Organización Alemana para la Conservación de Cementerios de los Caídos de Guerra), tomó la resolución de reunir en una única ubicación los cuerpos de los soldados alemanes que se encontraban dispersos por varios cementerios Españoles. En 1983 es inaugurado el cementerio de Cuacos de Yuste por representantes alemanes y españoles y familiares de los soldados caídos.
Recordad a los muertos con profundo respeto y humildad.
De los 180 soldados enterrados, 26 lucharon en la en la Primera Guerra Mundial y 154 lo hicieron en la siguiente guerra mundial. De entre ellos destacan las tumbas de los 38 tripulantes del U-77, hundido por dos Lockheed A-28 Hanson de la base de Gibraltar, frente al peñón de Ifach, en Calpe. El resto pertenecen a marinos de otros navíos de la Kriegmarine y a las tripulaciones de casi una treintena de aparatos derribados pertenecientes a la Lufwaffe. Ninguno tiene más de 22 años.
Entre las sencillas lápidas encontramos ocho que tienen grabadas:
Ein Unbekannter Deutscher Soldat25 lápidas marcan donde no se pudieron enterrar resto alguno, pues los restos habían sido mezclados en osarios comunes. En esas cruces se añadió In Memoriam.
(Un soldado alemán desconocido)
El mantenimiento del cementerio está a cargo Isidoro Huerta, que además de jardinero hace de guía improvisado, contratado por el Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge, que cada segundo domingo de noviembre realiza un acto por el del Día de Luto Nacional (Volkstrauertag), en el que participan instituciones políticas, militares y sociales, en la que se recuerda a los militares alemanes fallecidos en todas las guerras o en misiones de paz o humanitarias.
La elección de Cuacos de Yuste para establecer este camposanto alemán no es casual. Está relacionado con la historia compartida entre Alemania y España debida al Emperador Carlos I de España y V de Alemania, que tras abdicar decide instalarse en la comarca de La Vera para curarse de la gota que padecía.
En un palacete que ordenó construir junto al Monasterio de Yuste, Carlos V falleció el 21 de septiembre de 1558.
Además de en este cementerio militar, hay soldados alemanes que descansan en el cementerio de La Almudena, la principal necrópolis de Madrid, donde tambien hay enterrados españoles caídos de la División Azul.
Para saber más:
El Cementerio Militar Alemán de Cuacos de Yuste, de José Carlos Violat, Agustín Ruzafa y Francisco Javier Verdú.
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Españoles en la 2ª Guerra Mundial
Eduardo Salas