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domingo, 7 de abril de 2019

Caballería alemana en la Segunda Guerra Mundial

Estamos acostumbrados a ver las imponentes columnas del ejército alemán formadas por una gran cantidad de tanques, vehículos blindados, transportes de tropas y camiones, pero gran parte del transporte pesado lo llevaron a cabo los caballos.
Un soldado alemán de 19 años escribió: "No podía creérmelo. Todavía estábamos en la etapa de la artillería tirada por la fuerza de los caballos. Todo parecía muy atrasado en esta edad moderna".

Caballería alemana en la Segunda Guerra MundialEn 1939, el III Reich poseía 3,800,000 caballos. 885,000 fueron inicialmente a la Wehrmacht como monturas, tiro y animales de carga. De estos, 435,000 caballos fueron capturados en la URSS, Francia y Polonia. Se compraron caballos adicionales de Hungría, Rumania, Checoslovaquia e Irlanda.

Una división de infantería alemana en el año 1939 incluía unos 1.143 vehículos de tracción animal y 5.375 caballos, frente a menos de 950 vehículos a motor (sin contar las motocicletas), algo que no cambió demasiado hasta el final de la guerra.

Las escuelas de equitación, caballos y jinetes alemanes fueron de la más alta calidad y de 1930 a 1940 compitieron en todos los eventos ecuestres internacionales importantes. Su mayor logro se dio en los Juegos Olímpicos de 1936 cuando el equipo alemán ganó seis medallas de oro ecuestres y una de plata, dominando las tres disciplinas: doma, salto y militares, una hazaña que nunca más se repitió.

Caballería alemana en la Segunda Guerra MundialAntes de 1935, se llegaba hasta las 3.000 horas de entrenamiento básico del jinete en la caballería alemana. Esto sentó una excelente base para las tropas montadas a caballo, aunque a partir de ese momento, el entrenamiento del jinete se redujo a un promedio de una hora por día, con los jinetes ahora entrenándose principalmente en armas y estrategias de combate. Aunque su función principal  estaban dirigida al reconocimiento y exploración, los soldados de caballería entrenaron tanto como la infantería. El entrenamiento fue riguroso, a menudo realizaban más de 50 kilómetros al día en la silla, cada caballo además soportaba más de 100 kilos entre jinete y equipo. La equitación también formaba parte del entrenamiento en las academias de las SS, ya que lo consideraban como parte del legado de los Caballeros Teutónicos.

Muchos soldados alemanes estaban acostumbrados en la vida civil a cultivar las tierras de labranza, en las que los animales, particularmente los caballos, eran una parte importante de sus vidas. Tenían un vínculo especial con los animales, un vínculo de sangre y tierra.

Miles de soldados fueron a la guerra, con su caballo, a la caballería alemana. Sus monturas fueron elegidas por comités especiales que compraron caballos de tres años, que realizaron entrenamiento a partir de las cuatro y continuando durante dos años más en un duro programa de adiestramiento. Los caballos de tiro también entraron en servicio cuando los carros de carga se hicieron más pesados. Algunos de los carros de transporte podían pesar de 600 kilogramos a una tonelada y podrían requerir de cuatro a seis caballos para tirar de ellos, especialmente a través del terreno difícil y las carreteras del frente oriental no eran precisamente autopistas.

Caballería alemana en la Segunda Guerra MundialAl comienzo de la guerra la caballería estaba formada por 16.400 soldados, de los 10.000 permitidos por el Tratado de Versalles. Estos soldados al comienzo llevaban lanza, pero luego dieron paso a las carabinas. Ya en 1934, las motocicletas empezaron a sustituir a los caballos y hasta 4 regimientos pasaron a ser de infantería motorizada. Otros regimientos pasaron a ser unidades panzer. Los caballos fueron empleados por otros elementos del Ejército, incluidos la infantería, la artillería, los ingenieros, las unidades médicas y las unidades de suministros.

Entrada la guerra, las mujeres tomaron el rol de lo adiestradores de caballos por falta de hombres por lo que se formaron las Bereiterinnen.

El equipo de los jinetes estaba formado principalmente por el uniforme gris de la Wehrmacht con cuero en el pantalón, así como botas de cuero suave, más altas que las botas de marcha de los soldados de infantería. La mochila del soldado incluía una sección de la tienda de la escuadra, que era usado como camuflaje, gabardina o refugio. En muchos casos, era la única protección contra el invierno ruso. Después de 1939, todos los oficiales llevaron el MP-38 y más tarde la MP-40. Todos los demás llevaban la carabina estándar K98 de infantería modificada a una longitud más corta.
Oficiales, sargentos y personal médico también llevaron la Luger. Avanzada la guerra algunas tropas de caballos recibieron los nuevos fusiles de asalto STG44, predecesor de las modernas armas de infantería de hoy.

Caballería alemana en la Segunda Guerra MundialLa última división de caballería fue la 1ª, que tras la campaña en la Unión Soviética de 1941/42 se convirtió en la 24ª División Panzer. En marzo de 1945, las pocas tropas a caballo que quedaban tomaron parte en operaciones defensivas en el Danubio. Se entregaron un buen número de estas unidades a los británicos, con una última marcha a través de Wurttemberg en junio de 1945. Tras un breve periodo de cautiverio hombres y monturas fueron liberados.

En el caso de las dos divisiones de caballería que tenían las Waffen SS. Después de luchar dos años en el Frente del Este, fueron aniquiladas por el Ejército Rojo en la lucha por Budapest.

Las unidades de caballería de la Wehrmacht compuestas por voluntarios cosacos anticomunistas se rindieron a los británicos y fueron repatriados por la fuerza a los soviéticos que los consideraban colaboracionistas y traidores. Los oficiales de alto rango fueron ejecutados y la tropa sufrió condena en los Gulag, durante años.

El número de caballos y mulas utilizados por las fuerzas armadas alemanas utilizados durante la guerra llego a una cifra próxima a los 2.750.000. De estos, 750,000 murieron durante el conflicto. Aproximadamente el 80% del transporte total de la Wehrmacht en el frente llegó a depender de los equinos. Pero esa dependencia no se limitó tan solo a los equinos tambien se recurrió a los tiros de perros.


Para saber más:
La Caballería Alemana, de Jeffrey T. Fowler
El libro del soldado de la Wehrmacht, de Óscar González y Pablo Segarra
El auge de Alemania, la Segunda Guerra Mundial en Occidente 1939-1941, de James Holland
Foro Militar General
Eurasia1945
Bellumartis

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