El wolframio, wólfram o tungsteno, con importantes yacimientos desde Córdoba a A Coruña, ocupando todo el Oeste de España y el Centro y Norte de Portugal, es un metal relativamente escaso. Su mejor cualidad es que presenta un punto de fusión tremendamente alto con unos 3.422º centígrados, lo que le da una gran resistencia a las altas temperaturas. Solo el diamante le supera en dureza. Este mineral permite la fabricación de aceros de gran dureza y por eso es utilizado en la industria armamentística para el endurecimiento de las puntas de las granadas antitanque, motores de aviación, cohetes, etc. Lo que no está claramente demostrado es el uso del wolframio en el blindaje de los panzers alemanes. Existen informes aliados en los que no aparece como uno de los materiales de su composición.
De no tener prácticamente ningún valor antes de de la guerra, el wolframio se convirtió con el conflicto en un metal de altísimo valor estratégico, sobre todo para Alemania. Ya lo dijo Hans Heinrich Dieckhoff, embajador alemán en España entre 1943 y 1945: "Para nosotros el wolframio es como la sangre para el hombre". Para España significaba poder saldar la deuda adquirida con Alemania durante la Guerra Civil.
Debido a su importancia estratégica el wolframio español llegó a costar 285.000 pesetas, de los años 40, por tonelada. Estos precios se consiguieron debido a la elevada demanda de Alemania y de los aliados que lo hacían para dificultar su adquisición por parte de los nazis. Los aliados realmente no lo necesitaban ya que tenían el molibdeno otro metal de similares características y en grandes cantidades. Aun así, Estados Unidos aún mantiene una importante reserva de wolframio.
Roosevelt, en 1941, meses antes del ataque japonés a Pearl Harbor, empezó a cambiar su estrategia hacia España. En noviembre de 1943, tras la Conferencia de Teherán, que estableció la primera fecha del desembarco de Normandía, Washington, contrario al régimen de Franco, tomó la decisión de cortar el envío de petróleo a España hasta que el régimen franquista no suspendiese sus ventas de wolframio a Alemania. Al menos durante los seis meses siguientes, que era el plazo necesario para que la falta del wolframio en la industria de guerra alemana provocase la pérdida de su capacidad militar ante el previsto desembarco aliado.
Francisco Gómez-Jordana, ministro de Asuntos Exteriores español, logró con el apoyo del embajador norteamericano Carlton J. H. Hayes, partidario de más flexibilidad con el Gobierno español, que se abriesen negociaciones para hallar una solución a esa dura medida norteamericana, mientras se suspendiese la venta de wolframio a los nazis. Esas negociaciones llevadas a cabo entre enero y abril de 1944, se convirtieron en la parte más importante de la "Batalla del Wolframio".
Antiguas instalaciones mineras de Varilongo, en Santa Comba |
Franco, como durante todo el conflicto, tuvo ante la negociación un doble juego. No desautorizó la actitud de los que se oponían a la negociación, aun queriendo llegar a un acuerdo con los aliados. EEUU cedió en las conversaciones para no romper su alianza con los ingleses y el 4 de mayo de 1944 se firmó el acuerdo que permitía la venta limitada del wolframio español a los nazis. En la "Batalla del Wolframio" el verdadero derrotado fue el presidente Roosevelt.
El Wolframio llegó a tener tanta importancia que a un agricultor gallego le ofrecieron comprarle su casa por 20000 reales. Pero lo que realmente querían de la casa eran tan solo sus paredes, no el terreno. Así que el labriego accedió y con ese dinero se construyó otra casa mucho mejor. Al fin y al cabo las piedras las había por todas partes y gracias a ello muchos gallegos pudieron ganar dinero y salir de la miseria.
Un importante número de minas de wolframio tenían destacamentos penales en los que los presos redimían sus penas con trabajo, como el Destacamento Penal Mina "El Eje", en Ourense, que proporcionó wolframio a Alemania desde finales de 1942 hasta julio de 1944, que fue cerrado ante la presión Aliada. En el destacamento trabajaron 461 presos políticos y de guerra junto a cientos de personas de los pueblos de la comarca.
Para saber más:
La Batalla del Wolframio: Estados Unidos y España de Pearl Harbor a la Guerra Fría (1941-1947), de Joan María Thomás
Los años del Miedo, de Juan Eslava Galán
Watertown Arsenal Laboratory
Buenos días, ante todo agradacerte por tu trabajo, quiero comentarte que llevo tiempo buscando, algún lugar que corrobore el uso del wolframio en los blindajes, y todos los informes que he visto sobre la composición de blindajes alemanes en la segunda guerra mundial, no incluyen el wolframio en sus componentes. Me gustaría conocer alguna fuente primaria en el que se incluya el wolframio como componente de los blindajes.
ResponderEliminaryo por mi parte te aporto estas fuentes:
https://docs.google.com/file/d/0BzVxipdSx_T7VzJuQlRfcEtpOW8/edit
https://docs.google.com/file/d/0BzVxipdSx_T7VzJuQlRfcEtpOW8/edit
son dos informes aliados sobre el blindaje de panthers capturados.
Gracias Javier por tu comentario. Respecto del uso del Wolframio en los blindajes la información principal la tomé de este libro: La Batalla del Wolframio, de Joan María Thomás y lo he leído en diferentes webs (https://www.huffingtonpost.es/javi-polinario/tras-la-verdad-del-wolframio_a_23586478/) y lo dicen en el documental "La Batalla Desconocida". Lo cierto es que es algo que he oído en muchas ocasiones y solo lo he podido comprobar (hablando con algunos militares) en los proyectiles o en las ánimas de los cañones, además de herramientas. Y por supuesto en otros elementos mecánicos de los tanques como en los motores, embragues o transmisiones. Lo cierto es que no tengo ninguna fuente primaria que indique el uso del wolframio en el blindaje.
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