Cuando los nacionalsocialistas llegaron al poder acabarían con esa "libertad sexual" cerrando los cabarets y prohibiendo toda expresión de las lesbianas, como la revista "Die Freudin", considerada como obscena e inmoral. A partir de entonces el lesbianismo permanecería oculto, pero sin un excesivo control. Algo que sí hicieron con los hombres que fueron perseguidos e internados en campos de concentración.
Las leyes creadas por los nazis que prohibían las relaciones entre varones llevaron a la detención de 100.000 hombres de los que unos 50.000 fueron procesados y casi 15.000 terminarían en cárceles o campos de concentración marcados con un triángulo rosa. Más de la mitad de ello no saldrían vivos de los campos. Curiosamente entre las filas nazis había personajes abiertamente homosexuales como Ernst Röhm, el jefe de las SA, mandado asesinar por Himmler en la "Noche de los cuchillos Largos".
Felice Schragenheim y Elisabeth Wust |
A pesar de esa cierta permisividad, la vida de las lesbianas distaba mucho de ser tranquila. Hubo una persecución hacia las lesbianas que obligó a muchas de ellas a abandonar sus ciudades y hasta el país o a casarse, en muchos casos con amigos homosexuales, para así protegerse entre ambos. Alguno de estos matrimonios llegaron incluso a tener varios hijos y obteniendo la Ehrenkreuz der deutschen Mutter, la Cruz de Honor de la Madre Alemana. A pesar de ello, hay casos como el de Margot Liu, una lesbiana de Berlín casada con un chino que fue denunciada por su marido por su conducta sexual.
Pocas lesbianas fueron a la cárcel, ya que por lo general, la policia no las solía clasificar en sus informes como homosexuales. Aun así en algunos casos fueron clasificadas como judías o gitanas, aunque algunas realmente no lo fueran. Otras eran fichadas por "subversión de la defensa nacional" o "sospechosa política", por lo que es difícil cuantificar cuántas lesbianas fueron enviadas a los campos de concentración y marcadas con el triángulo negro de los asociales.
Stolpersteine en recuerdo de Elli Smula en Berlín |
Otros casos son los de Elli Smula, que denunciada por su propia empresa, que gestionaba los tranvías de Berlin, y deportada al campo de concentración para mujeres de Ravensbrück o Inge Scheuer, militar auxiliar desde 1943. Internada en el hospital psiquiátrico Brandenburg-Görden y posteriormente enviada tambien a Ravensbrück. En ese mismo campo se puso en 2015 una lápida en memoria de las lesbianas perseguidas y asesinadas allí, para para rescatar del olvido una historia que permaneció oculta durante décadas.
Para saber más:
Homosexuales en el III Reich de Abe S. Creutz
Amor y horror nazi. Historias reales en los campos de concentración de Mónica G. Álvarez
Journal of Cntemporary History
United States Holocaust Memorial Museum
Marcha
Merca2
Lootis
Que interesantes son tus historias sobre la historia.
ResponderEliminarUn saludo,
Muchas gracias. Me alegro de que te gusten.
EliminarQué buen artículo! Muchas gracias! Me vuelvo tu fan
ResponderEliminarMuchísimas gracias. Me alegro muchísimo. Saludos cordiales.
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