Las sentencias se cumplieron en un improvisado patíbulo instalado en el gimnasio del Palacio de Justicia de Núremberg. Woods ajustició a los diez jerarcas nazis en apenas una hora y media.
En una entrevista a la revista Stars and Stripes, dijo:
Colgué a esos diez nazis en Nüremberg y me siento orgulloso de ello; hice un buen trabajo. Todo fue de primera […], no recuerdo un trabajo mejor.Aunque eso no es lo que otros verdugos opinaban de su trabajo, creían que era un chapucero.
La carrera militar de Woods no era precisamente intachable. Se alistó en la armada norteamericana con 18 años y sirvió en el USS Saratoga. A los pocos meses se cansó de la vida en la marina y decidió desertar. Cuando poco después lo detuvieron tuvo que someterse a un examen psiquiátrico en el que fue diagnosticado de "Inferioridad psicopática constitucional sin psicosis" y se le dio baja en el servicio.
Tras pasar por los Civilian Conservation Corps, de donde fue expulsado con deshonor por ausentarse seis días del servicio y a pesar de la baja en la marina, en 1943 se volvió a alistar, esta vez en el ejército. En 1944 fue destinado a un batallón de ingenieros de combate en Inglaterra. Se desconoce que participara en el Desembarco de Normandía. Durante su estancia en Francia fue cambiando varias veces de unidad hasta que acabó como verdugo del 3.er Ejército de los Estados Unidos.
Para llegar a ser verdugo del 3.er ejército, mintió. Afirmó que había ejercido en Oklahoma y Texas, cuando en realidad no tenía experiencia ninguna como ejecutor. Fue ascendido a sargento mayor y finalmente se convirtió en el único verdugo estadounidense en Francia. Hasta entonces las ejecuciones la realizó un británico que venía de estirpe de verdugos.
Hasta Núremberg ajustició a 34 soldados estadounidenses y colaboró en otras tres muertes. También participó en al menos 11 ahorcamientos fallidos de soldados estadounidenses entre 1944 y 1946.
Según sus compañeros, Woods, no seguía las normas, no se limpiaba los zapatos ni se afeitaba. Siempre vestía de manera descuidada. Sus pantalones siempre estaban sucios y sin planchar, llevaba la misma chaqueta durante semanas, a veces parecía que incluso dormía con ella puesta, sus galones de sargento mayor estaban sujetos a la manga por una endeble puntada de hilo amarillo a cada extremo y siempre llevaba la gorra arrugada y descolocada. Era un alcohólico que tenía los dientes amarillos, un aliento asqueroso y un cuello siempre sucio. Pero esto no le importó al coronel Burton C. Andrus, que odiaba a los alemanes con toda su alma.
Cuando llegó el momento de preparar las horcas, Woods tuvo muchos problemas al desconocer la estatura y el peso de los ajusticiados. Tuvo que ir improvisando sobre la marcha.
Durante las primeras ejecuciones todo fue normal. Cuando le tocó a Julius Streicher (editor del diario nazi Der Stürmer) todo se complicó. Tras ponerle la capucha, Woods tiró de la palanca. Se abrió la trampilla y Streicher cayó al vacío. Cuando la cuerda se tensó esta comenzó a balancearse y los gruñidos de agonía de Streicher no dejaban de sonar. Woods se metió bajo el cadalso y tiró de sus pies hacia abajo. El nazi finalmente murió tras una gran agonía.
Según algunos testigos afirmaron a la revista The Star, Woods lo preparó para que sufriera, odiaba a los nazis, y Streicher subió al patíbulo gritando ¡Heil Hitler! Afirman que le colocó mal la soga para que no le partiera el cuello. Repitió la operación con los restantes que tardaron varios minutos en morir. Hasta 24 minutos en el caso de Alfred Jodl.
Finalmente, cosas del destino, el verdugo sucio e incompetente de Núremberg murió electrocutado en 1950 mientras trataba de reparar un equipo de iluminación.
Para saber más:
Nüremberg. Juicio al nazismo, de Fernando Paz
The Nuremberg Trial: A History of Nazi Germany as Revealed Through the Testimony at Nuremberg, de Joe Julius Heydecker y Johannes Leeb.
World War II Gravestone
Foro Paralelo
ABC
Wikipedia