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lunes, 24 de junio de 2019

El sucio e incompetente verdugo de Núremberg

John C. Woods fue el verdugo que ejecutó a los criminales nazis sentenciados en los juicios de Núremberg, en la noche del 15 al 16 de octubre de 1946. Pero no era especialmente conocido por su trabajo como verdugo, lo era por su escasa higiene personal y ser alcohólico. También por ser especialmente cruel con los reos al modificar las sogas con las que fueron ahorcados para que estos sufrieran más antes de morir.

Las sentencias se cumplieron en un improvisado patíbulo instalado en el gimnasio del Palacio de Justicia de Núremberg. Woods ajustició a los diez jerarcas nazis en apenas una hora y media.
En una entrevista a la revista Stars and Stripes, dijo:
Colgué a esos diez nazis en Nüremberg y me siento orgulloso de ello; hice un buen trabajo. Todo fue de primera […], no recuerdo un trabajo mejor.
Aunque eso no es lo que otros verdugos opinaban de su trabajo, creían que era un chapucero.

La carrera militar de Woods no era precisamente intachable. Se alistó en la armada norteamericana con 18 años y sirvió en el USS Saratoga. A los pocos meses se cansó de la vida en la marina y decidió desertar. Cuando poco después lo detuvieron tuvo que someterse a un examen psiquiátrico en el que fue diagnosticado de "Inferioridad psicopática constitucional sin psicosis" y se le dio baja en el servicio.

Tras pasar por los Civilian Conservation Corps, de donde fue expulsado con deshonor por ausentarse seis días del servicio y a pesar de la baja en la marina, en 1943 se volvió a alistar, esta vez en el ejército. En 1944 fue destinado a un batallón de ingenieros de combate en Inglaterra. Se desconoce que participara en el Desembarco de Normandía. Durante su estancia en Francia fue cambiando varias veces de unidad hasta que acabó como verdugo del 3.er Ejército de los Estados Unidos.


Para llegar a ser verdugo del 3.er ejército, mintió. Afirmó que había ejercido en Oklahoma y Texas, cuando en realidad no tenía experiencia ninguna como ejecutor. Fue ascendido a sargento mayor y finalmente se convirtió en el único verdugo estadounidense en Francia. Hasta entonces las ejecuciones la realizó un británico que venía de estirpe de verdugos.

Hasta Núremberg ajustició a 34 soldados estadounidenses y colaboró en otras tres muertes. También participó en al menos 11 ahorcamientos fallidos de soldados estadounidenses entre 1944 y 1946.

Según sus compañeros, Woods, no seguía las normas, no se limpiaba los zapatos ni se afeitaba. Siempre vestía de manera descuidada. Sus pantalones siempre estaban sucios y sin planchar, llevaba la misma chaqueta durante semanas, a veces parecía que incluso dormía con ella puesta, sus galones de sargento mayor estaban sujetos a la manga por una endeble puntada de hilo amarillo a cada extremo y siempre llevaba la gorra arrugada y descolocada. Era un alcohólico que tenía los dientes amarillos, un aliento asqueroso y un cuello siempre sucio. Pero esto no le importó al coronel Burton C. Andrus, que odiaba a los alemanes con toda su alma.

Cuando llegó el momento de preparar las horcas, Woods tuvo muchos problemas al desconocer la estatura y el peso de los ajusticiados. Tuvo que ir improvisando sobre la marcha.
Durante las primeras ejecuciones todo fue normal. Cuando le tocó a Julius Streicher (editor del diario nazi Der Stürmer) todo se complicó. Tras ponerle la capucha, Woods tiró de la palanca. Se abrió la trampilla y Streicher cayó al vacío. Cuando la cuerda se tensó esta comenzó a balancearse y los gruñidos de agonía de Streicher no dejaban de sonar. Woods se metió bajo el cadalso y tiró de sus pies hacia abajo. El nazi finalmente murió tras una gran agonía.

Según algunos testigos afirmaron a la revista The Star, Woods lo preparó para que sufriera, odiaba a los nazis, y Streicher subió al patíbulo gritando ¡Heil Hitler! Afirman que le colocó mal la soga para que no le partiera el cuello. Repitió la operación con los restantes que tardaron varios minutos en morir. Hasta 24 minutos en el caso de Alfred Jodl.

Finalmente, cosas del destino, el verdugo sucio e incompetente de Núremberg murió electrocutado en 1950 mientras trataba de reparar un equipo de iluminación.

Para saber más:
Nüremberg. Juicio al nazismo, de Fernando Paz
The Nuremberg Trial: A History of Nazi Germany as Revealed Through the Testimony at Nuremberg, de Joe Julius Heydecker y Johannes Leeb.
World War II Gravestone
Foro Paralelo
ABC
Wikipedia

domingo, 16 de junio de 2019

Aline Griffith, la condesa espía

Aline Griffith fue una espía aliada en el Madrid de la Segunda Guerra Mundial que llegó a la capital española en la Nochevieja de 1943 para espiar a los nazis que estaban establecidos en España.

La norteamericana Aline era una esbelta modelo de moda procedente de una familia adinerada con una excelente educación, que con con tan solo 22 años comenzó sus labores como espía, aprovechándose de su éxito en Estados Unidos y Europa, para la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), antecesora de la CIA. Su primer trabajo fue descifrar mensajes.

Aline Griffith, la condesa espíaDesde el lujoso hotel Ritz se relacionó con lo más granado de la alta sociedad española y con toreros o cantantes. Su situación le sirvió para hacerse con "amigos" de todas las clases. El Madrid en el que Aline se movía "era apasionante, los hombres eran galanes, existían infinidad de fiestas donde se lucían joyas auténticas y vestidos largos. Era un ciudad muy interesante, con mucha clase y elegancia". Esa élite no sufrían la escasez de la posguerra.

Madrid durante la Segunda Guerra Mundial era una ciudad llena de espías y clandestinidad en una España que estaba entre la "neutralidad" o "no beligerancia". Una ambigüedad que favorecía más los intereses Alemanes que los de los Aliados.

Aline Griffith, la condesa espía
Por un lado se encontraba el Salón de Té Embassy que ayudó a cientos de huidos del nazismo a salir de Europa con la colaboración de British Council dirigido por el hispanista Walter Starkie y asistido por el médico del instituto Eduardo Martínez Alonso.
En el lado contrario se encontraba el restaurante Horcher de Madrid, situado en el número 6 de la calle Alfonso XII, a unos pasos del parque del Retiro y muy cercano al lugar donde, por entonces, se encontraba el British Council.
Precisamente en el Restaurante Horcher coincidieron la espía norteamericana y el Reichsführer-SS, Heinrich Himmler, cuando visitó a la capital en su viaje en busca del Santo Grial que lo llevó hasta el monasterio de Montserrat, en Cataluña.

Entre los mejores contactos de Aline Griffith se encontraba el francés Bernard Hinder, propietario del mítico salón de baile Pasapoga, que por su situación y su habilidad lograba enterarse de importantes asuntos oscuros que se movían entre el alcohol, los bailes y los sillones de su local.

Su mejor arma de espía era su juventud, belleza y simpatía, aunque en su pequeño bolso de fiesta portaba un minúscula pistola que la protegió frente a un espía alemán que descubrió su tapadera y quiso matarla. Cuando se casó en 1947 con Luis Figueroa y Pérez de Guzmán el Bueno, conde de Quintanilla, el título de Condesa de Romanones fue la tapadera definitiva.

Aline Griffith, la condesa espía
Destapó la red de espionaje que Himmler tenía en España y organizó su propia red en Madrid, participó en operaciones previas al desembarco de Normandía y fue un elemento clave en la guerra de engaño y desinformación contra los alemanes. Después de finalizar la Segunda Guerra Mundial no dejó de espiar.

Griffith además de espía era escritora, aunque no se hizo muy conocida hasta 1987 cuando se publicó "La espía vestía de rojo" la autobiografía que contaba sus andanzas como espía en Madrid. Dos años después publicaría "La espía fue a bailar", que también muestra su vida como agente secreto en la década de los sesenta para la CIA, que abandonó a mediados de la década de 1980, para dedicarse a escribir.

Aline Griffith pasos sus últimos años de su vida entre Nueva York, Extremadura y Madrid, donde falleció el 11 de diciembre de 2017 a los 94 años de edad. Unos meses antes creó la Fundación Aline Condesa Viuda de Romanones para preservar su legado como espía. Su herencia estuvo llena de polémica durante bastante tiempo, por problemas con presuntos delitos de apropiación indebida, administración desleal, estafa, falsedad documental y blanqueo de capitales en los que se vieron inmersos sus herederos.

Para saber más:
La espía que vestía de rojo, de Aline Condesa de Romanones
Hoy
ABC
Wikipedia
Lecturalia

domingo, 9 de junio de 2019

Otra perspectiva del Día D

Ante la posibilidad de un desembarco Aliado en Francia. Erwin Rommel dijo en marzo de 1944:
Si hubiera un desembarco, todo se decidiría en la playa, y aquel sería el día más largo.
Nadie duda de la envergadura y de la importancia del desembarco de Normandía, llevado a cabo el 6 de junio de 1944, pero ¿realmente fue el principio del fin del III Reich?

Hollywood es, quizás, el mayor responsable de dar la impresión de que el Día D fue la operación más importante de la Segunda Guerra Mundial, con películas como "El día más largo" o "Salvar al soldado Ryan", pero la realidad quizás no sea así.

Otra perspectiva del Día D
El Ejército Rojo había estado luchando contra los alemanes en el Este durante casi tres años cuando llegó el Día D y había logrado hacer retroceder a las tropas alemanas desde Stalingrado, en 1943.

Durante las operaciones del desembarco participaron 156.000 hombres (cinco divisiones de infantería y tres divisiones aerotransportadas) de los que 10.500 murieron, resultaron heridos o desaparecieron. Durante el 6 de junio, 3.500 planeadores, 5.000 cazas y 3.000 bombarderos (11.500 aparatos) sobrevolaron las playas normandas, perdiendo 127 aviones.

La fuerza naval fue el mayor despliegue de la historia con 6.939 buques y la fuerza del desembarco propiamente dicha comprendió 4.126 barcos y barcazas en 47 convoyes. Ahora bien. El cine ha dado la sensación de que fue mayoritariamente una operación estadounidense. Pero la realidad es distinta. los británicos pusieron 792 de los 1.203 barcos de guerra, al igual que de las 4.027 lanchas de desembarco, 3.126 eran británicas, al igual que dos tercios de las fuerzas aéreas y dos tercios de las tropas de asalto eran británicas y canadienses. 

Otra perspectiva del Día DFrente a las fuerzas aliadas se encontraban algo menos de 150.000 soldados del 7º Ejército en Normandía, de los que unos 50.000 se encontraban en los lugares del desembarco, de ellos perdieron unos 10.000. Cerca de las playas, tan solo se encontraban la 21 división blindada, al sureste de Caen, y seis divisiones de infantería. Otras divisiones blindadas estaban situadas en Evreux y Alençon-Le Mans; y al norte del Sena, cerca de Mons, Péronne y Senlis.

La Luftwaffe era meramente testimonial, ya que una gran parte de los aparatos fueron enviados al frente del Este. Solo había una decena de bombarderos y cazas. La Kriegsmarine disponía de 30 lanchas, 4 destructores, 9 torpederos y 35 submarinos en las costas francesas.

Durante la posterior Batalla de Normandía (hasta el 30 de agosto), las bajas aliadas fueron de unos 225.000 soldados, 4.100 aviones y otros 4.000 blindados​. Por parte alemana son entre 400.000 y 450.000, más de 2.100 aviones y unos 2.200 tanques y cañones de asalto​. Se calcula que murieron entre 15.000 y 20.000 civiles durante la Batalla de Normandía.

Otra perspectiva del Día DAunque los datos de la operación, son abrumadores, otras cifras lo superan. El desembarco de Normandía no fue tan decisivo para el desenlace final de la Segunda Guerra Mundial como pueda parecer. El fin de la guerra tuvo mucho que ver con las victorias del Ejército Rojo, principalmente en Stalingrado, Kursk y la Operación Bagration. Durante tres años, los aliados occidentales alargaron la apertura del segundo frente que Stalin pedía desde 1942. Tambien es cierto que los Estado Unidos, a través de la Ley de Préstamo y Arriendo aportó a la URSS más de 11 mil millones de dólares en material de guerra.

Stalingrado (17 de julio de 1942 al 2 de febrero de 1943) supuso para Alemania y sus aliados 730.000 muertos, heridos y desaparecidos y más de 90.000 prisioneros. Tambien perdieron 900 aviones, 1.000 carros de combate y 6.000 piezas de artillería. A los soviéticos les costó 113.0000 muertos, heridos y desaparecidos, 4.300 carros de combate, 2.700 aviones y 15.700 piezas de artillería.​ En la batalla se llegaron a enfrentar más de un millón cien mil soviéticos contra otro millón de alemanes. Fue la primera derrota que sufría el Ejército alemán en la guerra. El número de civiles muertos, heridos o desaparecidos fue de unos 300.000.

Otra perspectiva del Día D
Kursk (5 de julio de 1943 al 23 de agosto de 1943) enfrentó a 778.000 soldados alemanes contra 142.6000 soldados soviéticos y más de 12.000 cañones y blindados alemanes contra 30.000 por parte soviética. Tuvo un coste de 68.5000 bajas, entre 4.200 y 5.500 tanques y cañones de asalto, 5.200 piezas de artillería y más de 1.600 aviones, por parte soviética. Los alemanes sufrieron 294.000 bajas y perdieron 1.500 tanques y cañones de asalto, 3.000 piezas de artillería y 1.200 aviones.

Durante la Operación Bagration (22 de junio al 19 de agosto de 1944) Alemania se enfrentó a la URSS con un millón de soldados y ​más de 3.000 piezas de artillería, tanques y cañones de asalto. El enemigo disponía de 233.0000 soldados soviéticos y casi 80.000 polacos, y contaron con 9.600 piezas de artillería, tanques y cañones de asalto. Las bajas soviéticas y polacas son más de 183.000 muertos y 583.000 heridos frente a 230.000 heridos y 60.000 muertos por parte alemana.

A partir de estos datos, que cada uno saque sus propias conclusiones.

domingo, 2 de junio de 2019

Las Bandas de Invasión

En cientos de fotografías o en películas y series como “Hermanos de Sangre” (Band of Brothers) aparecen aviones con unas franjas blancas y negras en las alas y el fuselaje. Esas franjas se conocen como Bandas de Invasión y fueron utilizadas durante y después del desembarco de Normandía.

Se habían planeado marcas similares para los aviones involucrados en la Operación Jubileo, llevada a cabo Dieppe en agosto de 1942, donde las llevarían los Spitfire pintados en el morro y en la aleta de cola. Finalmente se desestimaron.

Las bandas constaban de tres franjas blancas y dos negras, de entre 18 y 24 pulgadas cada una (45,72 y 60,96 cm), según el tamaño del avión, que rodeaban el fuselaje justo por delante del plano de cola del aparato así como en las superficies superior e inferior de las alas, sin tapar los indicativos nacionales. La finalidad de estas marcas era que fueran claramente reconocidos por las fuerzas amigas y reducir los casos de incidentes de fuego amigo.

El plan para dotar a los aparatos con estas franjas se aprobó el 17 de mayo de 1944 debido a los derribos de 23 C-47 Dakota durante la invasión de Sicilia, por fuego amigo. El 1 de junio se empezó a familiarizar a las tripulaciones con estas marcas, pero no se dio la orden de pintar las franjas a las unidades de transporte de tropas hasta el 3 de junio y las de combate y bombardeo hasta el día 4.

Las bandas se aplicaron a los cazas, aviones de reconocimiento, transporte de tropas y planeadores  y bombarderos ligeros de dos motores. En los bombarderos pesados de cuatro motores de la Octava Fuerza Aérea estadounidense y de la RAF no se pintaron ya que había pocas posibilidades de que fueran confundidos, pues la Luftwaffe carecía de aparatos de eses tamaño.

La orden incluía también a los aparatos encargados de la defensa de Gran Bretaña y a los de apoyo, como los de rescate en el mar.

Con el fin de evitar que el avión estuviera comprometido cuando se encontraba en las bases avanzadas en Francia, estas franjas se retiraron un mes después del Día D de las superficies superiores de los aviones y se eliminaron definitivamente a finales de 1944.

Este tipo de identificación también se usaron después de la Segunda Guerra Mundial durante la Guerra de Corea y la Crisis de Suez de 1956.

Para saber más:
Enciclopedia Ilustrada de la Aviación. Volumen 3
Classic Warbirds
History on the Net
Youtube
IPMS Mckinstry
Aircorps Aviation
Picfair