Cuando Hitler en 1933 declara a Núremberg "Ciudad de los Congresos Partidarios del Tercer Reich" le encarga al arquitecto Albert Speer un proyecto de gran relevancia, un lugar que debía escenificar el poder sobre el resto del mundo. El resultado queda al nivel de un concierto de rock: es la Catedral de la Luz.
Como las obras arquitectónicas del Zeppelinfeld no se pudieron acabar a tiempo, Speer decide usar provisionalmente reflectores antiaéreos para crear una serie de columnas de luz que cerraran el espacio. Para ello utiliza 152 reflectores colocados a 12 metros uno de otro y apuntados, en vertical, hacia el cielo.
El resultado era una impresionante pared de luz que rodeaba el recinto y lo hacía visible a kilómetros de distancia. Aunque originalmente se habían planeado como una medida temporal, se continuó usando para los mítines del partido.
En la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936 Eberhard von der Trappen creó un efecto semejante, en el que colaboró Speer.
El efecto que se lograba fue brillante, tanto desde el interior del Zeppelinfeld, construido para más de 300.000 participantes, como desde los exteriores del recinto.
Para Speer "la sensación era de una gran habitación, con las vigas sirviendo como poderosos pilares de paredes exteriores infinitamente ligeras".
El embajador británico, en Berlín, Sir Nevile Henderson, describió el efecto como "solemne y hermoso, es como estar en una catedral de hielo".
Los reflectores eran propiedad de la Luftwaffe, lo que causó problemas con su comandante en jefe, Hermann Göring, porque eran la mayor parte de la reserva estratégica de Alemania. Finalmente Hitler decidió que su uso en estas ceremonia era bueno como medio de propaganda mostrando al mundo el poderío de Alemania:
Si los utilizamos en cantidades tan grandes para algo como esto, otros países pensarán que estamos nadando en reflectores.Visto desde el aire era espectacular, ya que los utilizados en estos eventos tenían, gracias a sus 990 candelas y su vidrio parabólico de 150 cm, un alcance de unos 8 kilómetros y eran eficaces para detectar objetivos a una altitud de entre 4.000 y 5.000 metros. Los focos estaban conectados por unos cables de 200 metros a unos generadores que disponían de un motor de 8 cilindros y 51 caballos que generaba una corriente de 200 amperios y 110 voltios. Cada foco y generador eran manejados por una dotación de siete soldados de la Luftwaffe.
Cada año los congresos tenían un lema acorde con la situación política del momento, como sucede en la actualidad. El primer congreso, de 1933, se llamó "De la victoria", por la victoria del pueblo alemán que puso fin a la República de Weimar.
El segundo no tuvo un lema inicial, pero posteriormente recibió diversos nombres como "Congreso de la unidad y la fortaleza", "Congreso del poder" o "Congreso de la voluntad".
El celebrado en 1935 está dedicado a la "liberación" del Tratado de Versalles, por lo que se llamó "Congreso de la libertad".
Al año siguiente se celebró el "Congreso del Honor" por la recuperación de región de Renania.
Los dos último que se celebraron, en 1937 y 1938 se llamaron "Congreso del trabajo", por el gran descenso del desempleo desde la llegada de Hitler a poder y "Congreso de la Gran Alemania" por el Anschluss, la anexión de Austria al III Reich.
El congreso de 1939, que se iba a llamar el "Congreso de la paz" (Reichsparteitag des Friedens), se canceló a última hora debido a la invasión de Polonia y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial en Europa.
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