Los científicos de la Alemania Nazi desarrollaron diversas armas muy avanzadas para su tiempo como las bombas volantes V-1 y el cohete V-2, el cañón sónico o el Proyecto Urano para fabricar una bomba atómica, entre otras muchas, conocidas como Wunderwaffen.
Quizás la más sorprendente sea una especie de "Estrella de la Muerte Nazi", un arma solar que sería capaz de convertir en cenizas cualquier ciudad del enemigo.
En junio de 1945, técnicos del ejército norteamericano se toparon con el hecho sorprendente de que los científicos alemanes habían planteado seriamente construir una Sonnengewehr, "arma solar", un gran espejo en el espacio que enfocaría los rayos del sol hacia un punto de la superficie terrestre.
Ya antes de la guerra se habían diseñado planes verosímiles sobre el papel para construir una estación espacial. Los entusiastas de los cohetes de Europa, incluyendo al doctor Hermann Oberth, quien pudo ser el impulsor de los diseños del cohete V-2, habían planeado usar la estación espacial, no como una arma, sino más bien como un punto de repostaje para los cohetes que hicieran viajes espaciales.
La estación giraría alrededor de la Tierra como un satélite artificial, como la Estación Espacial Internacional (ISS) o los satélites de comunicaciones y meteorológicos.
Como en la ISS, los hombres vivirían dentro de la estación respirando una atmósfera artificial.
Para la tecnología de los años 30 y 40 había un gran obstáculo: construir un cohete lo suficientemente potente que pudiera romper la fuerza de atracción de la Tierra y que fuera capaz de alcanzar un punto donde se pudiera construir la estación espacial. Si los alemanes hubieran tenido la tecnología, podrían haber sido capaces de establecer en órbita su "Estrella de la Muerte". Que el el arma hubiera conseguido su propósito era otra historia. Werner von Braun admitió la existencia del proyecto cuando fue interrogado dentro de la operación Paperclip.
Los nazis no fueron los primeros en tener la idea de usar el sol como un arma letal. El principio sobre el que se basaba el arma solar viene de la antigüedad. El astrónomo griego Arquímedes trazó planes para enormes espejos ardientes para quemar la flota romana durante el asedio de Siracusa en 214-212 antes de Cristo.
Desde que comenzó la carrera espacial se ha demostrado que los reflectores espaciales pueden funcionar, aunque es tremendamente complejo. En 1993, científicos rusos lanzaron uno para transmitir la energía solar a la tierra reflejando la luz solar. Su espejo espacial llamado Znamya, de unos 20 metros de diámetro, fue capaz de transmitir la luz de la luna llena de forma indirecta hasta la superficie de la tierra.
Para saber más:
Popular Mechanics
LIFE
Daily Mail
Cuatro
Juanjo de nuevo, superando expectativas,pues abres un abanico tan variado para explicar hechos, actitudes ,ideología, ciencia práctica que algunos desconocemos.
ResponderEliminarEs más que interesante y ameno.
Gracias y un abrazo. No defraudas.
Mucha fuerza y ánimo.
Salud.
Muchísimas gracias Sonsoles.
EliminarMe alegro de poder sorprenderte.
Un beso y un abrazo amiga.
No tenía ni idea. Menuda historia. Muy interesante, la verdad!
ResponderEliminarGracias. La Historia nunca deja de sorprendernos.
ResponderEliminarEn Netflix hubo una serie sobre este tema que dejaba muy mal a los norteamericanos, porque se valieron de científicos nazis asesinos de guerra para desarrollar su tecnología espacial.
ResponderEliminarLa sacaron.
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