La primera "advertencia" potencial es la Declaración de Potsdam, del 26 de julio de 1945 que dice en su último punto:
"Llamamos al gobierno de Japón para que proclame ahora la rendición incondicional de todas las fuerzas armadas japonesas y brinde garantías apropiadas y adecuadas de su buena fe en tal acción. La alternativa para Japón es la destrucción rápida y total."
Antes de lanzar las bombas atómicas sobre Japón Estados Unidos lanzó millones de panfletos diferentes sobre 47 ciudades niponas, animando a la rendición y a que los civiles abandonaran las ciudades ante un ataque inminente. El que se encuentra en el museo dice:
Una emisora de radio controlada por los norteamericanos en Saipán también lanzaba estos mensajes a los ciudadanos japoneses las 24 horas del día en intervalos de 15 minutos.
Los panfletos se imprimieron con varios anversos, en los que no variaba la imagen de los B-29 lanzando sus bombas (recorte de una fotografía del bombardeo de Yokohama) pero si cambiaban los nombres de las ciudades que aparecían en los círculos. En el lanzado el 27 de julio de 1945 están las ciudades de Tokio, Ujiyamada, Tsu, Koriyama, Hakodate, Nagaoka, Uwajima, Kurume, Ichinomiya, Ogaki, Nishinomiya y Aomori. Al día siguiente, Aomori, Ichinomiya, Tsu, Ujiyamada, Ōgaki y Uwajima fueron bombardeadas con bombas incendiarias y miles de personas murieron. Este folleto es el que se encuentra a la izquierda en B/N. En la imagen en azul aparecen las ciudades de Nagano, Takaoka, Kurume, Fukuyama, Toyama, Maizuru, Otsu, Nishinomiya, Maebashi, Koriyama, Hachioji y Mito.
El 15 de agosto el Emperador Hirohito se dirigió su pueblo para comunicar la rendición del Imperio del Japón. En el discurso hizo referencia a las bombas:
Para saber más:
Atomic Heritage Fundation
The Nuclear Secrecy
The Daily Chornicles of WW2
Hyperallergic
CIA
"Lea esto con cuidado porque podría salvar su vida o la de un pariente o amigo. En los próximos días, algunas o todas las ciudades nombradas en la parte de atrás serán destruidas por bombas estadounidenses.Tras el lanzamiento de la bomba en Hiroshima, incluso más panfletos fueron lanzados, y decían así:
Estas ciudades poseen instalaciones militares y fábricas o talleres que producen productos militares.
Estamos decididos a destruir todas las herramientas que la camarilla militar está usando para prolongar esta guerra inútil.
Pero, desafortunadamente, las bombas no tienen ojos. Así que, de acuerdo con las políticas humanitarias de América, la fuerza aérea americana, que no desea herir a la gente inocente, ahora le avisa de que deje las ciudades nombradas y salve su vida.
América no está luchando contra el pueblo japonés, pero sí está luchando contra la camarilla militar que ha esclavizado a los japoneses. La paz que América traerá, liberará a la gente de la agresión de la camarilla militar y significará la aparición de un Japón nuevo y mejor.
Ustedes pueden restaurar la paz demandando lideres nuevos y buenos que finalicen la guerra.
No podemos prometer que sólo estas ciudades estarán entre las atacadas, pero algunas o todas ellas lo estarán, así que, hagan caso de esta advertencia y evacuen estas ciudades inmediatamente."
"América le pide que haga caso inmediato de lo que decimos en este panfleto. Tenemos el explosivo más destructivo que nunca haya sido diseñado por el hombre. Una sola de nuestras bombas atómicas recién desarrolladas tiene, de hecho, el equivalente en poder explosivo a lo que 2000 de nuestros gigantes B-29 pueden llevar en una única misión.
Este hecho terrible es para que ustedes lo reflexionen y solemnemente aseguramos que es tristemente riguroso.
Acabamos de empezar a usar esta arma contra su patria. Si todavía tiene alguna duda, pregunte lo que pasó en Hiroshima cuando solo una bomba atómica cayó en esa ciudad.
Antes de usar esta bomba para destruir todos los recursos de los militares con los que están prolongando esta guerra inútil, pedimos que ahora ustedes reclamen al Emperador que finalice esta guerra.
Nuestro presidente ha resumido para ustedes las trece consciencias de una rendición honorable.
Rogamos que acepten estas consecuencias y comiencen el trabajo de construir un Japón nuevo, mejor y amante de la paz.
Ahora deberían dar pasos para cesar la la resistencia militar. Si no, usaremos con determinación esta bomba y todas nuestras armas superiores para acabar esta guerra contundente y rápidamente."
Los panfletos se imprimieron con varios anversos, en los que no variaba la imagen de los B-29 lanzando sus bombas (recorte de una fotografía del bombardeo de Yokohama) pero si cambiaban los nombres de las ciudades que aparecían en los círculos. En el lanzado el 27 de julio de 1945 están las ciudades de Tokio, Ujiyamada, Tsu, Koriyama, Hakodate, Nagaoka, Uwajima, Kurume, Ichinomiya, Ogaki, Nishinomiya y Aomori. Al día siguiente, Aomori, Ichinomiya, Tsu, Ujiyamada, Ōgaki y Uwajima fueron bombardeadas con bombas incendiarias y miles de personas murieron. Este folleto es el que se encuentra a la izquierda en B/N. En la imagen en azul aparecen las ciudades de Nagano, Takaoka, Kurume, Fukuyama, Toyama, Maizuru, Otsu, Nishinomiya, Maebashi, Koriyama, Hachioji y Mito.
Se volvieron a lanzar panfletos el 30 de julio y nuevamente el 1 de agosto. Ese día, Mito, Hachioji y Nagaoka fueron bombardeadas, y Toyama, Maebashi y Saga en los días siguientes. Aunque estos panfletos fueron lanzados por todo Japón las ciudades de Hiroshima y Nagasaki no aparecían en ellos. Algunas de las ciudades no fueron objeto de un ataque aéreo hasta más de una semana después de haber sido lanzados los panfletos que las incluían.
Las octavillas son conocidas como los "panfletos LeMay", por Curtis E. LeMay, general de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos (USAF), que dirigió la campaña de bombardeos estratégicos durante la campaña del Pacífico.
El primero de los folletos lanzados no avisaba específicamente de un bombardeo de la magnitud del producido por una bomba atómica, se refería a bombardeos convencionales. Por lo tanto, los ciudadanos de Hiroshima desconocían lo que les esperaba el 6 de agosto de 1945. El segundo panfleto fue lanzado después de que Hiroshima fuera bombardeada y antes de Nagasaki. Según ordenes de las autoridades militares japonesas era un delito leer o recoger los folletos, por ese motivo algunos se disfrazaron de papel moneda.
El primero de los folletos lanzados no avisaba específicamente de un bombardeo de la magnitud del producido por una bomba atómica, se refería a bombardeos convencionales. Por lo tanto, los ciudadanos de Hiroshima desconocían lo que les esperaba el 6 de agosto de 1945. El segundo panfleto fue lanzado después de que Hiroshima fuera bombardeada y antes de Nagasaki. Según ordenes de las autoridades militares japonesas era un delito leer o recoger los folletos, por ese motivo algunos se disfrazaron de papel moneda.
El día después de la bomba de Hiroshima, el general Henry Arnold ordenó que se prepararan panfletos de propaganda sobre la bomba atómica. La idea era lanzar 6 millones mientras se seguía con las emisiones de radio. El panfleto sería muy similar a un diario japonés y mostraría el hongo atómico con una advertencia. Tras la entrada de la URSS en la guerra en el Pacifico se paró la impresión de los folletos para incluirlo. Finalmente, se terminó la impresión, pero no había coordinación con los planes de bombardeo reales. Así que Nagasaki recibió folletos de advertencia, el día después del bombardeo atómico.
Lo cierto es que los tres días entre ambas bombas no era suficiente para que los japoneses consideraran el alcance real de la bomba antes del bombardeo a Nagasaki. El objetivo era originalmente Kokura, pero debido a la mala visibilidad, el avión cambió a su objetivo secundario: Nagasaki. Por otro lado Hiroshima y Nagasaki tenían escaso valor militar. A pesar del lanzamiento de ambas bombas los norteamericanos siguieron con los bombardeos convencionales hasta el 15 de agosto, muchos de ellos con bombas incendiarias que aumentaron el terror entre la población civil.
El 15 de agosto el Emperador Hirohito se dirigió su pueblo para comunicar la rendición del Imperio del Japón. En el discurso hizo referencia a las bombas:
"Además, el enemigo ha lanzado una nueva y cruel bomba, que ha matado a muchos ciudadanos inocentes y cuya capacidad de perjuicio es realmente incalculable. Por eso, si continuamos esta situación, la guerra al final no sólo supondrá la aniquilación de la nación japonesa, sino también, la destrucción total de la propia civilización humana. Y si esto fuese así, cómo podría proteger a mis súbditos, mis hijos, y cómo podría solicitar el perdón ante los sagrados espíritus de mis antepasados imperiales."
Los panfletos tuvieron éxito en un aspecto: lograron asustar a los ciudadanos, no salvarlos de las bombas. No formaban parte de ninguna misión humanitaria. Eran parte de una campaña de Guerra Psicológica contra la población civil Cuando la gente intentó evacuar, el movimiento de los no combatientes inmovilizó en parte a las fuerzas militares, lo que provocó un mayor colapso de la estructura social en las comunidades japonesas. Cuando finalmente llegaron los bombarderos B-29, ya fuera con bombas incendiarios, bombas nucleares o más panfletos, el ejército o los civiles no podían hacer mucho.
En el caso de Hiroshima y Nagasaki, que nunca fueron nombrados en los folletos, no es de extrañar que nadie esperara el infierno que vendría desde el aire.
A Psychological Warfare Casebook, de William Daughterty
History Psychological Warfare, Manhattan Project, memorándum del Teniente Coronel J.F. Moynahan (1946)
Damn InterestingAtomic Heritage Fundation
The Nuclear Secrecy
The Daily Chornicles of WW2
Hyperallergic
CIA
Ya de por sí, la guerra es una total falta de moral y prncipios
ResponderEliminarAl presidente Trumann le informaron:
Con las armas tradicionales, tardaremos 2 años y 500.000 americanos muertos.
Con las bombas atomicas, un ratito y casi sin bajas.
Y Trumann no lo dudó....
Truman dijo en una ocasión: "Que nadie se llame a engaño: yo consideraba la bomba como un arma y jamás he dudado un segundo de que debiera emplearse"
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