En ese periodo la ciudad sufrió el hambre de tal modo que se dieron hasta casos de canibalismo. En ese periodo murieron en la ciudad cerca de 600.000 personas. El hambre se cobró, que en los momentos más duros del asedio, 10.000 vidas humanas al día.
Cuando comenzó el asedio la población no estaba dispuesta a comerse a los gatos, pero según pasaban los meses y el hambre se hacía más atroz, se comenzaren a cazar los gatos. Finalmente los felinos desaparecieron de la ciudad.
La adolescente de Leningrado, de 16 años, Lena Mujina escribió en su diario: "Tengo un hambre atroz, siento un vacío horrible en el estómago. Qué ganas tengo de comer pan, qué ganas. Escribo con el abrigo puesto, a la luz de un cabo de vela, mordisqueo las migas de pan para prolongar el placer. Nunca pensé que la carne de gato sería tan sabrosa, tan tierna. El gato dio para comer diez días".
Yeliséi y Vasilisa |
Poco después de que el Ejército Rojo lograra romper el sitio de la ciudad, para salvar a Leningrado de los voraces roedores, llegaron a la ciudad varios camiones con gatos procedentes de la región de Yaroslavl. Pero los felinos son atrapados instantáneamente por los hambrientos leningradenses. En enero de 1944, por un gato se llegaba a apagar 500 rublos, mientras que un kilogramo de pan costaba 50 rublos.
Cuando la situación en la ciudad se estabilizó se produjo un nuevo envío de gatos, esta vez de Siberia, específicamente para proteger las valiosas obras de arte del Hermitage y otros palacios y museos.
El invierno de 1944, se comenzó a recoger gatos en Tyumen y en solo dos semanas se recogieron más de 200 gatos, el primero fue el gato Amur. En Siberia se reunieron unos 5.000 felinos. De este modo los gatos siberianos rescataron el Hermitage y aun en la actualidad el museo tiene varios descendientes de estos gatos para combatir a las ratas y los ratones. Son los los Hermiki. Cada año se celebra una fiesta en la que nuestros amigos gatunos son los protagonistas.
En actual San Petersburgo, a los gatos se les tiene un gran cariño y podemos ir a la “República de los gatos”, una cafetería museo en la que viven 25 felinos y en la que incluso hay una moneda gatuna especial o visitar alguna de las estatuas que se les dedica, como la del gato Yeliséi o la gata Vasilisa. También encontraremos multitud de recuerdos de la ciudad en la que los mininos son los protagonistas.
Por el mundo hay muchos monumentos y recuerdos a los gatos pero solo en la ciudad rusa de Tyumen se encuentra la Plaza de los Gatos Siberianos, en la que se encuentran 12 esculturas de gatos en hierro fundido recubiertos con una pintura dorada. Una plaza dedicada exclusivamente a los felinos cazadores de ratas de Leningrado.
Para saber más:
Russia Beyond
Enlace Judío
14 milímetros
Sputnik
Arcadia
Una anécdota muy interesante.
ResponderEliminarGracias Alex
EliminarMuy curioso .Gracias por el articulo
ResponderEliminarGracias a ti por pasar y leerlo.
EliminarComo siempre ,Juanjo, genial esta entrada que nos desvela cuestiones no banales y peculiares en la trastienda histórica de la Segunda Gran Guerra , interesante la vida cotidiana tan dura para personas y animales con repercusiones en nuestros días.
ResponderEliminarUn millón de gracias y un abrazo.
Muchas gracia amiga Sonsoles. Me alegro mucho de saber de ti y que te haya gustado esta entrada. Besos y abrazos.
EliminarHola.
ResponderEliminarEn nuestro podcast tenemos una sección llamada "historias históricas" y nos gustaría contar esta. ¿Nos autorizas a usarla? Obviamente te citariamos como la fuente original y añadiriamos un enlace a esta entrada.
Puedes escucharnos en este enlace.
https://www.ivoox.com/podcast-podcast-freakdom_sq_f172620_1.html
Hola.
EliminarPues claro.
Solo te pudo que me pases el link cuando lo publiques. Así le daré publicidad en redes sociales.
Felicitaciones por el Blog y Gracias por compartir!
ResponderEliminarMuchísimas gracias. Saludos cordiales
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