domingo, 29 de noviembre de 2020

El acorazado de hormigón de las Filipinas

Frente a la costa de Filipinas, lo que parece ser un enorme barco de guerra encallado es en realidad Fort Drum, o la isla de El Fraile, un puesto militar abandonado que aún conserva oxidado parte de su impresionante armamento.

acorazado de hormigón
Finalizada la guerra hispano-estadounidense, conocida popularmente como guerra de Cuba, acaecida en 1898, Estados Unidos necesitaba reforzar las defensas de los territorios recién conquistados a España, como Puerto Rico o Filipinas. Con la finalidad de proteger la bahía de Manila, la capital de Filipinas, se decidió que, en lugar de estacionar valiosas fuerzas navales en el puerto, se establecería una plataforma de defensa permanente en la pequeña roca conocida como Isla El Fraile, apoyada por artillería en otras islas de la entrada a la bahía.

La isla, que era fundamentalmente un agreste peñasco, fue dinamitada y nivelada casi hasta el nivel del mar por ingenieros del ejército estadounidense y construida prácticamente desde cero con hormigón armado.

acorazado de hormigónEl diseño realizado por el Departamento de Guerra y la Junta de Fortificaciones recordaba mucho a un acorazado de la época. Con dos niveles de cubierta superior, se montaron como piezas principales dos torretas con cañones dobles de 356 milímetros como armamento principal. Como armas secundarias se montaron en los costados dos pares de cañones navales de 152 milímetros en unas casamatas de acero. Como defensa antiaérea disponía de dos cañones antiaéreos. Las obras comenzaron en 1909 y finalizaron en 1914.

Las dimensiones de la estructura de hormigón son impresionantes: 110 metros de largo, 44 de ancho y 12 de alto. El grosor de la estructura era de  algo más de 6 metros en la cubierta mientras que las paredes externas iban de los 7,6 hasta los 11 metros.​ En su interior se encontraban los alojamientos para la dotación de 240 soldados, los generadores eléctricos, depósitos de munición y otras salas, como las de mapas o la de las bombas de agua.

acorazado de hormigón
Sobre la cubierta se instaló una una torre de control de disparo en un mástil de jaula de 18 metros de alto, muy similar al de los navíos de guerra de la época. Incluso se construyeron unas edificaciones de madera que cuando los Estados Unidos entraron en la Segunda Guerra Mundial se eliminaron para dar a las torretas giratorias un mayor rango de giro, que era de 230°, la delantera y 360° la trasera. El acorazado de hormigón en que se había convertido Fort Drum era altamente defendible y mostraba una silueta imponente al enemigo.

El 2 de enero fue atacado por bombarderos japoneses y diez días después fue reforzada por un cañón de 76 milímetros para defender la "popa". En febrero sufrió también un intenso ataque artillero. El fuerte estuvo operativo hasta el 6 de mayo de 1942 cuando se rindió tras caer Corregidor. A pesar del fuerte asedio al que fue sometido tan solo 5 soldados fueron heridos. A partir de ese momento Fort Drum estaba en manos japonesas, que lo mantuvieron hasta 1945.

acorazado de hormigón
El 13 de abril de 1945 las tropas estadounidenses ya habían retomado Manila y solo quedaba el acorazado de hormigón en manos japonesas, como sucedió cinco años antes, pero en este caso las tropas japonesas se negaron a rendirse y se ocultaron en el interior. Días antes, sucedió lo mismo en Fort Hughes, también situado en la bahía de Manila. En este caso los norteamericanos bombearon gasolina y gas-oil que prendieron con balas trazadoras.

En Fort Drum repitieron la operación bombeando la mezcla inflamable por los respiraderos y prendiéndola con mechas retardadas. El fuego y el calor extremo se mantuvo en el interior durante 14 días. Toda la guarnición japonesa, formada por 69 hombres, murió carbonizada.

Finalizado el conflicto, Fort Drum, desgarrado por la guerra, simplemente fue abandonado, dejando sus imponentes armas oxidarse lentamente como un barco fantasma inamovible.


Para saber más:
Concrete Battleship: Fort Drum, El Fraile Island, Manila Bay, de Francis J. Allen
Concrete Battleship
Alchetron
Fronta
Vista al Mar
Wikipedia
Historia Cultural

domingo, 22 de noviembre de 2020

La ocupación aliada de Islandia durante la Segunda Guerra Mundial

Después de que en 1940 Hitler invadiera Dinamarca y Noruega, los británicos comenzaron a preocuparse por qué haría a continuación, ya que la máquina de guerra nazi demostró claramente su poder. Dinamarca fue conquistada en prácticamente un día y el intento británico para defender Noruega terminó en retirada.

Policía islandesa
El mando británico pensó que el siguiente paso sería Islandia, que tenía una estrecha relación con Dinamarca. Aun siendo independiente desde 1916, Islandia aceptaba al rey danés como su soberano.

Islandia era un país neutral y no tenía ejército. Tan solo cuerpo de policía. La capital, Reikiavik, estaba protegida por 60 policías armados con revólveres.

El 12 de abril de 1940 los británicos lanzaron la Operación San Valentín, para ocupar las Islas Feroe. A continuación intentaron convencer a los islandeses de que abandonaran la neutralidad y se unieran a los aliados.

Su posición, a medio camino entre América del Norte y Europa, por el Mar del Norte, debía permitir a los británicos mejorar sus defensas contra los ataques de los U-Boote alemanes. Islandia se mantuvo inflexible, alegando su derecho a ser neutral. Incluso creían que hasta Hitler respetaría su decisión. Ante la negativa islandesa los británicos decidieron invadir Islandia, por lo que lanzaron Operación Fork (Tenedor).

Tropas británicas
Durante los primeros compases de la operación se esperaba que los ciudadanos de origen alemán que vivían en Islandia pudieran ofrecer cierta resistencia u organizar una guerrilla, o incluso dar un golpe de Estado contra el gobierno islandés. También se barajaba un segundo escenario en el que hubiera una rápida reacción alemana desde la costa de Noruega.

A los 60 policías de Reikiavik, se sumaba la posibilidad de que acudieran barcos daneses a Islandia, en ayuda de la isla. También se encontraba un carguero alemán averiado, rescatado por un barco pesquero islandés. Los 62 hombres de su tripulación fueron vistos como una amenaza potencial. Según la inteligencia naval británica, había submarinos alemanes estacionados en los puertos de Islandia y el carguero era una tapadera que apoyaba a los submarinos.

La invasión prevista para el 6 de mayo de 1940 se retrasó para el día 8. Ese día 746 Royal Marines subieron a bordo de los cruceros HMS Berwick y el HMS Glasgow. Los royal marines eran tropas con escasa preparación y estaban mal armados, pero esperaban suplir los problemas con una rápida resolución de la invasión.

Los Royal Marines iban acompañados por miembros del Departamento de Inteligencia Naval y una misión diplomática que entrara en contacto con el gobierno islandés.

La gran mayoría de los marines se marearon, ya que no estaban acostumbrados a viajar en barco. Uno de ellos se suicidó por razones desconocidas. Este marine sería la única baja en la invasión.

El 10 de mayo de 1940, un avión de reconocimiento lanzado desde el HMS Berwick alertó a Reikiavik, al sobrevolar la ciudad. El cónsul alemán se dirigió a la costa y vio a los barcos británicos que se aproximaban a la isla. Se fue al consulado y comenzó a quemar todos los documentos confidenciales que estaban en su poder.

HMS Berwick
Los primeros infantes de marina se prepararon para desembarcar. Los hombres todavía estaban mareados, por lo que no estaban en buen estado para actuar de manera adecuada. Mientras una multitud ya se había reunido para esperar a los invasores.

Una vez que pusieron pie en tierra, Un miembro de la diplomacia británica le solicitó al oficial de policía islandesa que se encontraba frente a la multitud desconcertada que retrocedieran un poco, de modo que los soldados pueden bajarse el destructor, a lo que el oficial respondió: "Por supuesto" y se dispuso a hacer retroceder a la gente.

Reikiavik fue tomada sin disparar un solo tiro. Los marines se dirigieron rápidamente a la oficina de correos, la radio y el servicio meteorológico y a la casa del cónsul alemán, donde lograron salvar un número considerable de documentos. También colocaron algunos panfletos, en un pobre islandés, comunicando que tropas británicas estaban invadiendo el país y que solicitaba la cooperación de la población. Esa tarde, el gobierno islandés emitió una protesta, indicando que su neutralidad había sido "violada de manera flagrante", pero finalmente aceptaron los términos ingleses.

Los soldados británicos permanecieron en Islandia por temor a un contraataque alemán, pero Hitler había descartado la idea de ocupar Islandia ya que su importancia estratégica no era significativa para Alemania.

Tropas norteamericanas
Poco después llegaron a la isla soldados canadienses y en 1941, norteamericanos, de los que llegaron a ser unos 30.000, el equivalente al 50% de la población masculina islandesa.

La ocupación llevó al país numerosas ventajas económicas y de infraestructuras, como aeropuertos, hospitales y carreteras. A pesar de ello la población local protestó contra las relaciones entre los soldados aliados y las mujeres islandesas. De esas relaciones nacieron más de 250 niños.
La ocupación fue totalmente pacífica por lo que con frecuencia se refiere al período como la "Lovely War".

Los británicos se retiraron por completo al finalizar la Segunda Guerra Mundial, pero la presencia militar estadounidense se mantuvo hasta el 30 de septiembre de 2006.

Para saber más:
Misiones Imposibles: Anécdotas y secretos de acciones extraordinarias de audacia y coraje, de José Luis Caballero
Wikipedia
Eurasia1945
David López Cabia
En honor de la verdad
GEHM

domingo, 15 de noviembre de 2020

Granadas en la pista de tenis

En lo que hoy es un lugar tranquilo en el estado indio de Nagaland, en 1944, se convirtió en un auténtico infierno. En lo que son los apenas 200 metros cuadrados de la pista de tenis del bungalow del adjunto británico en la India, se libró una de la luchas más duras del ejército británico en Asia. Según el Imperial War Museum, es la más importante jamás librada por las fuerzas británicas en el siglo XX.

Esos 200 metros cuadrados fueron los más disputados de la Segunda Guerra Mundial en el teatro de operaciones asiático, convirtiéndose casi en un partido de tenis con granadas, donde los soldados luchaban cara cara antes de caer ante las balas y las granadas y convertirse en una lápida más, una columna de humo más.

Ahora esa pista de tenis, no sirve para practicar deporte, es el lugar de descanso de 1420 soldados. Los soldados hindúes y sijs, según su costumbre, fueron incinerados, si no serían el triple de lápidas.

Este lugar podría parecer insignificante si no fuera porque en él se produjo la Batalla de Kohima, la que Lord Mountbatten comparó con la mítica lucha del rey Leónidas y sus espartanos en el paso de las Termópilas, en el que los japoneses llegaron a superar a las fuerzas británicas en una proporción de 10 a 1.

Tras vencer con relativa facilidad a los británicos, los japoneses ya controlaban Hong Kong, Singapur, Malasia o Birmania (Myanmar), avanzaban como libertadores del yugo imperialista europeo en Asia. El avance en la India parecía pan comido para los nipones, tras bombardear Calcuta y Madrás y se adentraran en Manipur y las colinas nagas, el límite natural del Sudeste Asiático.

Tras algunas semanas de asedio, en una situación de tablas, quien lograra mantener los suministros y los apoyos de tropas de refresco sería el vencedor.  La derrota británica hubiera supuesto abrir el camino de la India a los japoneses.

Los sitiadores lograron mantenerse alguna semana más en las colinas que rodeaban Kohima. El 18 de abril, fueron expulsados de los alrededores de la pista al no poder recibir a tiempo los refuerzos de una unidad de blindados. 

La invasión que parecía imparable para lo nipones quedo detenida y se perdió la posibilidad de controlar la India. Con Kohima también se perdió Imphal, la principal base militar británica en la zona.

Muchos historiadores llaman a esta batalla el “Stalingrado de Asia”, ya que al igual que Stalingrado significó la primera gran derrota de los alemanes y el punto de inflexión de la guerra en el Este de Europa, Kohima fue la primera derrota nipona en Asia continental mientras retrocedía ante los estadounidenses en el Pacifico.

En la actualidad de la pista de tenis tan solo quedan unas líneas de cemento que la dibujan sobre un cuidado césped.

Para saber más:
Kohima 1944: The battle that saved India, de Robert Lyman
Kohima, de Arthur Horace Swinson 

lunes, 9 de noviembre de 2020

La tripulación que bombardeó Londres por error

El arma aérea destacó durante la Gran Guerra y en la siguiente se convirtió en un elemento fundamental de la guerra moderna, en especial de un nuevo modo de hacer la guerra, la Blitzkieg o guerra relámpago.

La tripulación que bombardeó Londres por error
Desde el principio de la guerra, ambos bandos tenían ciertas reticencias al uso de los gases o al bombardeo de las ciudades debido a la experiencia previa con lo sucedido en España durante su guerra civil. Bombardeos que sufrieron Madrid, Almería, Alicante, Cabra o la más conocida Guernica del 26 de abril de 1937 realizada por la Legión Cóndor al mando del general Wolfram Von Richthofen. Este ordenaría el bombardeo que devastó la ciudad polaca de Wielun el 1 de septiembre de 1939.

Ante la posibilidad de bombardeos en las zonas urbanas, incluso antes de estallar la guerra muchos estados decidieron preparar refugios antiaéreos, para proteger a la población o enviar a los niños lejos de las ciudades.

La Luftwaffe desde el comienzo de la campaña de Polonia se dedicó tan solo al apoyo a las tropas del Heer, pero eso cambió cuando el ejército polaco decidió proteger a toda costa Varsovia. Para los invasores se convirtió en un objetivo militar legítimo. Varsovia sufrió bombardeos durante 10 días y murieron cientos de personas. Esto se repitió en menor medida en Rotterdam al bombardear el puerto. Aunque los holandeses ya se habían rendido, las tripulaciones de los bombarderos no recibieron la orden de abortar el ataque y el centro de la ciudad quedó prácticamente arrasado.

La tripulación que bombardeó Londres por error
La caída de Francia en mayo de 1940 dejó sola a Gran Bretaña frente a Alemania. Churchill estaba decidido a enfrentarse a Hitler y este tomó la determinación de doblegar a su enemigo con la Operación León Marino. La táctica consistía en eliminar de los cielos a la RAF atacando únicamente sus instalaciones y aeródromos a partir de agosto de 1940 y luego invadir las islas.

La noche del 24 al 25 de agosto comenzaron los ataques nocturnos, pero las tripulaciones tenían problemas de orientación al no poder hacer vuelo visual sobre los objetivos. Los objetivos eran depósitos de combustible en los Midlands y en su ruta pasaban cerca de Londres.

Una escuadrilla de bombarderos Heinkel He-111 perdió su rumbo debido a unos cálculos erróneos y creyendo que estaban sobre el objetivo una de las tripulaciones soltó sus bombas sobre Londres lo que provocó diversos destrozos y la vida de nueve londinenses. Esto iba en contra de las órdenes de Hitler. Por este hecho, las tripulaciones fueron castigadas enviándolas a la infantería.

La tripulación que bombardeó Londres por error
Como represalia Churchill ordenó inmediatamente un bombardeo sobre fábricas de armamento en las afueras de Berlín. Aunque este ataque falló se repitió la noche del 27 al 28 de agosto causando una decena de bajas civiles. La noche del 3 al 4 de septiembre se repitieron los bombardeos con más víctimas. Al día siguiente Hitler dijo que incrementarían los ataques lanzando "150, 250, 300, o 400 mil kilogramos en una sola noche" sobre las ciudades británicas. El día 7 la Luftwaffe envió más de doscientos bombarderos sobre Londres. En los dos meses siguientes Londres sufrió bombardeos diarios.

Este cambio de estrategia fue un tremendo fracaso para la Luftwaffe. La RAF no había sido aniquilada y había ido recuperando el control de los cielos de Gran Bretaña. Aquella tripulación desconocida que bombardeó Londres por error, desencadenó una guerra de bombardeo y aniquilación que costó la vida de miles de civiles inocentes.

Para saber más:
Días de Infamia: Grandes errores militares del siglo XX, de Michael Coffey
La Tercera
La Vanguardia
BBC
Voz Pópuli

viernes, 6 de noviembre de 2020

Lectura recomendada: Atrapados en Arnhem

El éxito de la operación Overlord, animó a los Aliados a acelerar la guerra para poder terminarla antes de las navidades de 1944. Para ello, el 17 de septiembre se lanzó la operación Market-Garden. El plan, que movería la mayor fuerza aerotransportada, era en realidad el desarrollo de dos operaciones simultáneas. Market tenía como finalidad que las unidades aerotransportadas capturaran los puentes que permitirían a los Aliados atravesar la última frontera de Alemania, el Rin. Y Garden era dar apoyo a Market avanzando al mismo tiempo y sobre el mismo territorio con unidades terrestres del XXX cuerpo de ejército británico. 

Lectura recomendada: Atrapados en Arnhem
Inicialmente la operación fue todo un éxito, pero todo se complicó debido a problemas con las comunicaciones por radio. Aunque los Aliados tomaron varios de los puentes, alguno fue destruido y los alemanes los detuvieron en el último y más importante de todos, el de Arnhem. 

Esta lucha en Arnhem y el desesperante avance del XXX Cuerpo para apoyar a los Diablos Rojos que se encontraban rodeados en la ciudad es el hilo que une a unos personajes que intentan sobrevivir en medio de la locura de la guerra.

David López Cabia capta, casi cinematográficamente, el padecimiento de los soldados en una situación en la que no hay frente ni retaguardia. En la que, en un solo segundo pueden caer muertos por el disparo de un francotirador o un proyectil de mortero, que no distingue entre soldados y civiles. 

"Atrapados en Arnhem" es una novela bélica que penetra en el alma de los personajes, en sus pensamientos más íntimos. Enseña la tragedia humana permitiendo que el lector pueda meterse en la piel de soldados y civiles, viviendo la tragedia de la guerra y sus consecuencias.

La historia se centra principalmente en el cabo Beckett, paracaidista británico de los Diablos Rojos, que acorralado en uno de los extremos del puente de Arnhem, ha de luchar por sobrevivir entre las ruinas de la ciudad esperando a que los puedan rescatar.

Respetuosa con la historia y que recuerda mucho a la magnifica película de Richard Attenborough, "Un Puente Lejano""Atrapados en Arnhem" nos transporta a unos de los momentos más importantes de la Segunda Guerra Mundial, el fallido intento aliado de terminar la guerra lo antes posible. 

En el libro, con prólogo de Antonio Muñoz Lorente, también participan el cineasta y fotógrafo Laureano Clavero, quien ha creado la cubierta y que ya participó con David en el libro fotográfico "Enfocando la Segunda Guerra Mundial", así como Álvaro Menéndez diseñador de los mapas que ponen en contexto la acción. 

El libro se puede adquirir en librerías, en Circulo Rojo, Amazon y si queréis conseguir vuestro ejemplar firmado lo podéis conseguir en su página personal y en dlopezc128@gmail.com.

Para saber más:
Circulo Rojo
Blog de David López Cabia

domingo, 1 de noviembre de 2020

Las Hitlerjugend en Madrid

En 1941 Alemania era imparable en los campos de batalla de Europa, Francia había caído y Gran Bretaña era la única espina clavada en el orgullo de Hitler. Alemania sacaba músculo de sus victorias en Rusia. En ese contexto victorioso, el 13 de octubre de 1941, una representación de la Juventudes Hitlerianas, las Hitlerjugend, llegó a Madrid, en una visita propagandística. Ya había hecho lo propio en Barcelona unos días antes.

Hitlerjugend en Madrid
Recibidos en la estación por el delgado nacional de Frente de Juventudes, los muchachos alemanes desfilaron por el centro de Madrid portando banderas con esvásticas. Uno de los actos de su visita fue ir al monasterio de El Escorial a presentar sus respetos a la tumba de José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange invitados por el régimen. Fue en 1959 cuando fue enterrado a los pies del altar mayor de la entonces recién inaugurada basílica del Valle de los Caídos.

Esta vista podría resultar insólita en un país neutral, pero España no era precisamente muy "neutral". Ya había mandado un contingente de tropas, supuestamente voluntarias, de la División Azul, y lo siguió haciendo hasta que volvieron en octubre de 1943. Además Madrid era un hervidero de agentes alemanes que controlaban hasta la prensa nacional española. Era como una pequeña Berlín.

Hitlerjugend en MadridLos actos principales se celebraron en la Embajada Alemana en el número 8 del paseo de la Castellana, donde el acto más importante fue un concierto dirigido por el alemán Gehrard Maas. Al evento acudieron lo más granado de Madrid: miembros del partido nazi en la capital, personalidades de Falange y representantes diplomáticos del Eje. Se desconoce si los jóvenes nazis pasaron por la iglesia de Friedenskirche, anexa a la embajada y que aún se conserva, aunque está un poco escondida en el número 6 de la misma calle. La embajada fue derruida al finalizar la Segunda Guerra Mundial.

Tres días después realizaron una exhibición deportiva que finalizó con un desfile mientras entonaban la canción de propaganda de la Juventudes Hitlerianas "Nur der Freheit gehört unser Leben" (Solo la libertad es nuestra vida), que en la actualidad se canta en los actos del Partido de la Libertad de Austria.
La visita de las Hitlerjugend a España reforzó los lazos del régimen de Franco con el III Reich y estableció las bases del Frente de Juventudes y las Falanges Juveniles de Franco, organización juvenil a imagen y semejanza de la organización juvenil nazi.

Esta visita a Madrid y Barcelona no fue la única presencia de las Hitlerjugend en España. Ya controlaban las actividades deportivas y campamentos en los Deutsche Schulen de Madrid, Barcelona o San Sebastián. Su trabajo era la formación y el adoctrinamiento de los jóvenes alemanes con el objetivo de perpetuar el III Reich y ser fieles seguidores del Nacionalsocialismo y de su Führer, Adolf Hitler

Para saber más:
Nazis en Madrid, de Peter Besas