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domingo, 27 de diciembre de 2020

La Catedral Nazi de la Luz

Las multitudinarias concentraciones del partido Nacionalsocialista alemán se realizaban en un espacio especialmente diseñado para estos eventos que abarcaba 11 kilómetros cuadrados. Era el campo Zeppelin (Zeppelinfeld). Este gran espacio fue en primer lugar un campo de pruebas para los zepelines.

La Catedral Nazi de la LuzCuando Hitler en 1933 declara a Núremberg "Ciudad de los Congresos Partidarios del Tercer Reich" le encarga al arquitecto Albert Speer un proyecto de gran relevancia, un lugar que debía escenificar el poder sobre el resto del mundo. El resultado queda al nivel de un concierto de rock: es la Catedral de la Luz.

La Catedral de la Luz, fue la singularidad estética principal en los multitudinarios mítines del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán de Núremberg a partir de 1933 e inmortalizados por la cineasta Leni Riefenstahl en el Triunfo de la Voluntad y en un anterior, dirigido por Hans Weidemann llamado Festliches Nürnberg.

Como las obras arquitectónicas del Zeppelinfeld no se pudieron acabar a tiempo, Speer decide usar provisionalmente reflectores antiaéreos para crear una serie de columnas de luz que cerraran el espacio. Para ello utiliza 152 reflectores colocados a 12 metros uno de otro y apuntados, en vertical, hacia el cielo.

El resultado era una impresionante pared de luz que rodeaba el recinto y lo hacía visible a kilómetros de distancia. Aunque originalmente se habían planeado como una medida temporal, se continuó usando para los mítines del partido.

La Catedral Nazi de la LuzEn la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936 Eberhard von der Trappen creó un efecto semejante, en el que colaboró Speer.

El efecto que se lograba fue brillante, tanto desde el interior del Zeppelinfeld, construido para más de 300.000 participantes, como desde los exteriores del recinto.
Para Speer "la sensación era de una gran habitación, con las vigas sirviendo como poderosos pilares de paredes exteriores infinitamente ligeras".

El embajador británico, en Berlín, Sir Nevile Henderson, describió el efecto como "solemne y hermoso, es como estar en una catedral de hielo".

Los reflectores eran propiedad de la Luftwaffe, lo que causó problemas con su comandante en jefe, Hermann Göring, porque eran la mayor parte de la reserva estratégica de Alemania. Finalmente Hitler decidió que su uso en estas ceremonia era bueno como medio de propaganda mostrando al mundo el poderío de Alemania:
Si los utilizamos en cantidades tan grandes para algo como esto, otros países pensarán que estamos nadando en reflectores. 
La Catedral Nazi de la LuzVisto desde el aire era espectacular, ya que los utilizados en estos eventos tenían, gracias a sus 990 candelas y su vidrio parabólico de 150 cm, un alcance de unos 8 kilómetros y eran eficaces para detectar objetivos a una altitud de entre 4.000 y 5.000 metros. Los focos estaban conectados por unos cables de 200 metros a unos generadores que disponían de un motor de 8 cilindros y 51 caballos que generaba una corriente de 200 amperios y 110 voltios. Cada foco y generador eran manejados por una dotación de siete soldados de la Luftwaffe.

Cada año los congresos tenían un lema acorde con la situación política del momento, como sucede en la actualidad. El primer congreso, de 1933, se llamó "De la victoria", por la victoria del pueblo alemán que puso fin a la República de Weimar.

La Catedral Nazi de la LuzEl segundo no tuvo un lema inicial, pero posteriormente recibió diversos nombres como "Congreso de la unidad y la fortaleza", "Congreso del poder" o "Congreso de la voluntad".

El celebrado en 1935 está dedicado a la "liberación" del Tratado de Versalles, por lo que se llamó "Congreso de la libertad".

Al año siguiente se celebró el "Congreso del Honor" por la recuperación de región de Renania.

Los dos último que se celebraron, en 1937 y 1938 se llamaron "Congreso del trabajo", por el gran descenso del desempleo desde la llegada de Hitler a poder y "Congreso de la Gran Alemania" por el Anschluss, la anexión de Austria al III Reich.

El congreso de 1939, que se iba a llamar el "Congreso de la paz" (Reichsparteitag des Friedens), se canceló a última hora debido a la invasión de Polonia y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial en Europa.

miércoles, 23 de diciembre de 2020

Lectura recomendada: Los Héroes de Hitler

Después de 75 años del fin de la guerra que asoló Europa, el III Reich y sus héroes siguen causando atracción entre los aficionados a la Segunda Guerra Mundial. Héroes como Kurt Knispel, Hans Rudel o el mariscal Erwin Rommel, entre otros.

Los Héroes de Hitler
Fiel a su estilo ameno y de fácil lectura que llega a todos los lectores, Jesús Hernández nos trae, en esta ocasión,  historias llevadas a cabo con audacia y valor por muchos héroes desconocidos. No es para nada simpatía por el nazismo. Entre esos hechos heroicos están la resistencia numantina de las tropas alemanas en Narvik, el asedio de Cholm sufrido por por los infantes alemanes en el frío de Rusia, o en el calor de Túnez, pasando por Carentan con el barón Von der Heydte y sus "Leones" del 6º regimiento de Fallschirmjägers, para seguir navegando con los navíos corsarios de la Kriegsmarine o volar con una pionera de la aviación.

En el libro aparece la historia inédita, muy interesante, del oficial alemán Konrad von Leipzig, que a pesar de perder una pierna en Rusia fue capaz de realizar una de las misiones más insólitas de la Segunda Guerra Mundial en el Norte de África y estar al mando de una unidad de patrulleras en las costas de Croacia.

Pero no todos los héroes de este estupendo libro son realmente héroes de Hitler. En Alemania tambien hubo héroes que se enfrentaron a un régimen represor y Jesús les hace un homenaje contando la historia de una pareja de héroes prácticamente desconocidos de los que ya hemos contado su historia en El Cajón de Grisom. Su vida era la vida de cualquier matrimonio alemán de clase trabajadora, hasta que un hecho cambió sus vidas y se convirtieron en unos héroes anónimos de la resistencia antinazi, utilizando simples postales. 

El régimen nazi fue el caldo de cultivo en el que algunos ciudadanos ordinarios se convirtieron en crueles asesinos como ya nos mostró Jesús Hernández en "Bestias Nazis: Los verdugos de Hitler". Pero en ese régimen tambien otras personas corrientes se convirtieron en héroes extraordinarios. Junto a "Los Héroes de Hitler", ambos libros son complementarios y un ejemplo de que la guerra puede sacar a la luz lo peor y lo mejor de los seres humanos.

Como divulgador de la Historia de la Segunda Guerra Mundial me ha sorprendido muy gratamente "Los Héroes de Hitler" y creo que es posiblemente el mejor libro de Jesús Hernández, que ya lleva 25. Sorprenderá y ayudará a conocer más de cerca los actos de heroísmo de gentes corrientes que debieron luchar en tiempos complejos para poder seguir con vida. Aunque lucharan por un régimen que causó una guerra que segó la vida de millones de seres humanos. Bueno, no todos.

Los Héroes de Hitler tiene 448 páginas con fotografías y se puede adquirir en la web de Editorial Almuzara, Todos tus Libros y en tu librería favorita.

Para saber más:
Editorial Almuzara

domingo, 20 de diciembre de 2020

Tecnología que ayudó a ganar la Segunda Guerra Mundial: El puente Bailey

Autor invitado: Alberto Martínez Diaz

En el imaginario colectivo asociamos las grandes batallas de la Historia a hazañas heroicas individuales o a la defensa de valores identitarios encabezados por brillantes generales dotados de una inteligencia que los hacía salir triunfantes del campo de batalla frente al enemigo. Con el paso del tiempo, cada vez adquirió mayor importancia la superioridad tecnológica y logística de los ejércitos en la consecución de las victorias y hoy en día podemos calificarla como determinante.

El puente Bailey
Durante la Segunda Guerra mundial se libraron simultáneamente dos escenarios de confrontación, uno, lógicamente, en el frente de batalla y el otro en la retaguardia, en el campo científico y de la ingeniería. Aunque los alemanes contaban con mejores científicos e ingenieros y propiciaron grandes avances tecnológicos, finalmente se vieron desbordados por la mayor capacidad de producción de armamento de los EE.UU.

Todos recordamos los carros de combate Panzer, especialmente el Tiger (Panzerkampfwagen VI Tiger Ausf. E) muy superiores a los Sherman M4 estadounidenses o al T-34 soviético y a los míticos aviones Mustang estadounidenses, los británicos Spitfire y Hawker Hurricane o los Messerschmitt, Heinkel y Junker alemanes. Menos conocidos por el gran público fueron algunos inventos y desarrollos científicos que no se encuadran en la categoría de armamento pero que cambiaron el curso de la guerra. Me refiero, por ejemplo, al desencriptado de la máquina enigma, que permitió conocer la comunicaciones alemanas y la posición de los letales submarinos alemanes U-Boote con su táctica de manada de lobos (Rudeltaktik), la invención del radar por los ingleses, que permitió a la RAF anticiparse a la Luftwaffe en los cielos, en la denominada Batalla de Inglaterra o al mucho menos conocido, pero no menos importante puente de Bailey.

El puente Bailey
Donald Bailey (1901-1985), era el diseñador jefe del Experimental Bridging Establishment de los Ingenieros Reales, cuando diseñó en 1940 el puente que lleva su nombre, que terminaría reemplazando al puente Inglis (Sir Charles Edward Inglis) como equipamiento del ejército Británico. El puente tuvo tal éxito que fue adoptado por la mayoría de ejércitos del mundo y actualmente todavía se fabrica una variante modernizada del mismo para su uso en zona de desastres o en países subdesarrollados.  

El propio Mariscal Montgomery reconoció en 1947 la importancia del mismo en la contienda: "Los Puentes Bailey fueron una contribución enorme hacia el final de la Segunda Guerra Mundial" En referencia a sus propias operaciones con el VIII Ejército Británico en Italia y el 21º Grupo de Ejército en el noroeste de Europa "no habrían podido mantener el ritmo de avance necesario, y se habrían puesto seriamente en riesgo, de no haber contado con el suficiente suministro de Puentes Bailey".

En 1943 se le otorgó a Donald Bailey el nombramiento de oficial de la Orden del Imperio Británico y en 1946 se le concedió el título de "Sir" en reconocimiento por la contribución de su diseño a la victoria Aliada.

El puente Bailey
La producción dio comienzo en julio de 1941, entrando en servicio a partir de diciembre de ese mismo año. La 237 Field Company fue la primera unidad en construir un puente Bailey en contacto con el enemigo el 25 de noviembre de 1942, cuando levantaron un puente de 30 metros sobre el río Medjerda en Madjez el Bab, Túnez. Durante la guerra fueron fabricadas unas 490.000 toneladas de material, con un total de 320 kilómetros de longitud de puentes fijos y unos 64 km. de puentes flotantes construidos (las cifras varían según las fuentes).

La gran importancia de esta infraestructura durante la guerra proviene de la rapidez y facilidad de su implantación en el terreno tan solo con fuerza humana sin intervención de grúas o maquinaria pesada, incluso bajo fuego enemigo, para cruzar ríos cuyos puentes habían sido destruidos previamente por los alemanes para dificultar el avance de las tropas aliadas.

El puente Bailey
Se trata de un puente portátil de entramado, realizado a partir de módulos prefabricados regulares del tipo "mecano" de unos a 3 metros de longitud, que permite salvar vanos de hasta 60 metros. Las distintas piezas que conforman cada módulo son uniformes, transportables a mano y fijadas mediante sistemas de sujeción que no necesitan herramientas complejas. [Descargar manual]

El elemento básico de este sistema es el panel de tres metros de longitud y un metro y medio de altura realizado mediante vigas en celosía, que son trabadas transversalmente  con vigas simples mediante fijaciones, constituyendo la parte inferior que apoyará en la capa de rodadura.

Las distintas piezas estandarizadas que constituyen el modulo básico son transportadas mediante camiones y el montaje del puente está perfectamente detallado en el manual que describe la forma y modo de ensamblaje de las mismas. Según el manual de 1943 del Departamento de Guerra de EE.UU el tiempo de montaje por soldados especializados oscilaba entre las 2 horas para un puente de 12 metros y las 24 horas para un puente de 60 metros, sin contar el tiempo de preparación de la zona, descarga y otras consideraciones de visibilidad, mal tiempo o actividad enemiga.

El puente Bailey
Dado que este post está pensado para el público en general, no me detendré en las características técnicas del puente diseñado por  Donald Bailey que le confieren la robustez estructural y la capacidad de soportar los esfuerzos y tensiones producidas durante el tiempo que está en voladizo hasta que se apoya en el otro extremo del cauce. 

El propio Donald Bailey explicaba en un video con un sencillo ejemplo fácil de entender el principio básico que otorga tales propiedades al puente. Para ello utilizó cajas de cerillas. Resumo el pequeño experimento que cualquiera puede hacer en casa: Se necesitan varias cajas de cerillas vacías  (cada caja representa un módulo del puente), de las cuales extraeremos parcialmente el cajetín interior más o menos hasta la mitad. Introducimos la parte del cajetín que ha quedado fuera en el hueco posterior de la siguiente caja de cerillas y así sucesivamente hasta obtener un conjunto ensamblado de cajas de cerillas que se comportan como un único objeto. Se adjunta un esquema del ensamblaje para una mejor comprensión.

El puente Bailey
Una vez descargados de los camiones las piezas de los módulos necesarios para salvar la distancia entre orillas del río, se prepara el terreno fijando sobre el mismo una estructura con rodillos encima de la cual se van ensamblando de uno en uno los distintos módulos y deslizándolos (lanzamiento de la estructura) hasta que se alcanza la otra orilla. Finalmente se quitan los rodillos, se fija la estructura y se instala el solado del puente. Inicialmente se hacía con tablones de madera, aunque posteriormente se reforzaría con planchas de acero para evitar los destrozos ocasionados en la misma por las cadenas de los carros de combate.

El ejército español tiene actualmente en dotación este tipo de puentes y son numerosos los casos en los que por desastres naturales han instalado puentes Bailey en toda la geografía española, en concreto los últimos se instalaron en Artá (Mallorca) y en El Rubio (Sevilla). Para los aficionados cinéfilos os recomiendo la magnífica  película Un puente lejano (A Bridge Too Far, 1977)  dirigida por Richard Attenborough y basada en la fallida operación Market-Garden, donde aparece el puente Bailey.

Alberto Martínez Diaz es ingeniero civil, autor del blog HA Historia y Arte y escritor. Ha publicado la "Doncella en la Nieve" y recientemente "Las Máscara Alana" a la venta en Amazon. Podéis seguirle en Facebook .

Para saber más:
Wikipedia (Puente Bailey)
Wikipedia (Donald Bailey)
Internet Archive
Youtube (Animación 3d de la instalación)
Revista Ejército nº 141
Youtube The Man Behind The Bailey Bridge (1945)

domingo, 13 de diciembre de 2020

Jan Baalsrud. El duodécimo hombre

Noruega no estaba preparada para la guerra y creyó que la neutralidad que la había salvado del anterior conflicto se mantendría también en esta nueva guerra mundial. Finalmente la familia real noruega tuvo que huir a Gran Bretaña junto al resto del gobierno y el tesoro nacional. En su lugar se quedó un régimen pro-nazi bajo la presidencia de Vidkun Quisling.

Jan Baalsrud luchó durante la Campaña Noruega (9 de abril - 10 de junio) bajo el mando del General de División Carl Johan Erichsen, pero tras la caída del país en manos alemanas escapó a Suecia y se unió a la legación británica en Estocolmo, quien lo entrenó en espionaje. Durante ese periodo hizo tres viajes a Noruega, pero fue capturado por los suecos en su cuarto intento, tras lo que fue expulsado de Suecia. Los siguientes seis meses los pasó viajando por el mundo, pasando por Rusia, Sudáfrica e Inglaterra, llegando finalmente Escocia, donde fue reclutado por el Special Operations Executive (SOE) y entrenado en operaciones de inteligencia y sabotaje en Europa.

El 24 de marzo de 1943, Baalsrud y otros 11 comandos partieron hacia Noruega en el pesquero Brattholm. Con una doble misión; destruir una torre de control aéreo de la Luftwaffe en Bardufoss, y reclutar combatientes de la resistencia noruega. A su llegada debían entras en contacto con un miembro de la resistencia, pero dieron con un hombre que los denunció a los alemanes.

El 30 de marzo, el Brattholm fue atacado por una patrulla alemana. Baalsrud y su equipo detonaron las ocho toneladas de explosivos que trasladaban a bordo y trataron de escapar, pero tras nadar en las aguas heladas hasta la orilla fueron capturados por los alemanes, solo Baalsrud logró huir pero tras recibir un disparo en el pulgar de su pie derecho.

La familia Idrupsen, estaba reunida cuando el pesquero saltó por los aires. Huyeron para quedarse con unos familiares, pero esa misma noche, la hija mayor y su primo llegaron con Baalsrud empapado y medio congelado.

Si los alemanes encontraban a Baalsrud, todos estarían muertos, pero la familia Idrupsen decidió ayudarle. Tenían que llevarle hasta la Suecia neutral, pero no sería fácil.

Baalsrud con el rey de Noruega
Para mantener a salvo a los que lo ayudaron, nunca dijo de dónde venía, y cuando se iba, nunca les dijo a dónde se dirigía. Fue trasladado de una familia a otra hasta que comenzó a subir el monte de Jaeggevarre de más de 1.800 metros. Equipado con ropa de abrigo, botas y esquís, subió la montaña, pero una avalancha lo lanzó ladera abajo y lo cubrió de nieve.

Desaparecieron sus botas, sus esquís y su comida. Pero lo peor era que estaba cojo, había desarrollado ceguera por la nieve y comenzaba a sufrir alucinaciones. A duras penas, llegó al pueblo de Furuflaten y se topó con la casa de la familia Gronvoll, que pertenecían a la resistencia.

A pesar del riesgo, los aldeanos escondieron a Baalsrud en un granero, al que Jan llamaba "Hotel Savoy". Debían volver a él, pero una tormenta los mantuvo alejados durante varios días. Para entonces, los dedos de los pies de Baalsrud se habían deteriorado por la congelación y la gangrena producida por la herida del disparo mal curada. Temiendo que la infección se propagara, se vio forzado a realizar algo drástico.

Se cortó las puntas de los dedos para que sangraran y como el dedo gordo de su pie izquierdo se había gangrenado él mismo se lo amputó. Finalmente, lo trasladaron a otra aldea y, desde allí, a una cueva en el valle de Skaidijonni, donde otra tormenta le mantuvo aislado durante casi un mes. Pasó el tiempo amputando el resto de sus dedos de los pies y pensando en el suicidio.

Cuando por fin consiguieron acceder a él, apenas tenía un hálito de vida. Nils Nilsen (un granjero local) pidió a los sami (una tribu de indígenas locales) que transportaran a Baalsrud en un trineo de renos hasta Suecia. A través de la Finlandia aliada de los nazis, finalmente llegaron a Suecia el 1 de junio de 1943.

Para entonces, pesaba apenas 40 kilos. Tardó seis meses en recuperarse, y tuvo que aprender a caminar de nuevo. Tras la recuperación, regresó a Escocia para entrenar a comandos. Regresó a Noruega para luchar nuevamente y ver su país liberado en 1945.

Por su lealtad y servicio, Noruega le otorgó la Medalla de St. Olav con Hojas de Roble. Entre 1957 y 1964, fue presidente de la Unión Noruega de Veteranos con Discapacidad (Krigsinvalidforbundet). Falleció en la isla de Tenerife (España) en 1988, a los 71 años.

Las líneas aéreas Norwegian Airlines tiene uno de sus aviones dedicado a Jan Baalsrud y su impresionante aventura fue llevada al cine en 1957 (Ni Liv: Historien om Jan Baalsrud), en 2017 (Den 12. mann) y en un documental.

Para saber más:
Nosotros morimos solos, de Davis Howarth
Nordlige Folk
The Sidney Morning Herald
Wikipedia
Den 12 Mann
Northern Norway
NRK TV

domingo, 6 de diciembre de 2020

El ataque estadounidense a Pearl Harbor

No, no me he equivocado con el título. Los estadounidenses atacaron Pearl Harbor.

El 7 de febrero de 1932, más de nueve años antes del ataque japonés del 7 de diciembre de 1941, fuerzas aeronavales de los Estados Unidos realizaron un ataque casi idéntico al japonés, pero tan solo fue en unos ejercicios navales. El creador de los planes de ataque no fue el almirante Yamamoto, fue el contralmirante Harry E. Yarnell, uno de los primeros defensores de los portaaviones.

ataque estadounidense a Pearl Harbor
Desde los comienzos de la aeronáutica, a principios del siglo XX, el ejercito empezó a ver el potencial de la aviación como arma de guerra y en la Primera Guerra Mundial demostró claramente su gran potencial. En la Gran Guerra, los pilotos bombardeaban sus objetivos lanzando a mano las bombas desde su aviones, pero esto distaba mucho ser realmente eficaz. Este hecho hizo que la U.S. Navy considerara de que los aviones no eran una amenaza para sus grandes navíos. El general del ejército William "Billy" Mitchell les demostró que estaban equivocados, cuando en 1921 sus hombres hundieron al acorazado alemán Ostrfriesland en una prueba.

En 1932, Yarnell recibió el mando de la fuerza de ataque en un ejercicio anual para probar las defensas estadounidenses en la base naval de Pearl Harbor, en las islas Hawai. Los defensores estaban seguros de que Yarnell, como todos los que lo realizaron antes, atacaría la base usando sus grandes navíos de guerra, los acorazados y cruceros. Sin embargo decidió demostrar la capacidad de sus portaaviones.

Yarnell ordenó a sus cruceros que permanecieran cerca de la base de San Diego en completo silencio de radio. Mientras, sus portaaviones, el USS Lexington y el USS Saratoga, con 152 aviones a bordo, iban rumbo a Pearl Harbor con escolta de destructores aprovechando una tormenta que los ocultó de los observadores enemigos.

ataque estadounidense a Pearl Harbor
USS Saratoga
A primera hora de la mañana del domingo 7 de febrero de 1932, la flota atacante estaba en posición. Battleship Row estaba dormida, igual que el 7 de diciembre de 1941. Y, excepto por el uso de torpedos modificados que utilizó Japón y el tamaño de las flotas utilizadas, los dos ataque eran prácticamente idénticos.

Los cazas despegaron primero y llegando desde el nor-noreste (igual que los japoneses), atacaron los aeródromos de los defensores, evitando que los aviones despegaran. Detrás de ellos, los bombarderos en picado BM-1 arrojaron bengalas y bolsas de harina que simulaban bombas, "destruyendo" los acorazados y muchos otros buques.

Tras el raid, Yarnell fue declarado ganador de los ejercicios, pero se anuló cuando los altos mandos de Pearl Harbor se quejaron de que Yarnell actuó de mala fe. Como si en la guerra real el enemigo te avisara cuando y donde te va a atacar...

ataque estadounidense a Pearl Harbor
Entre sus razones estaba que el domingo por la mañana no era un momento apropiado para un ataque y que los asiáticos carecían de suficiente coordinación mano-ojo para participar en ese tipo de bombardeo de precisión. En 1938, fue el almirante Ernest King quien volvió a realizar un ataque exitoso, pero se usaron los mismos argumentos. El tiempo demostró que Yarnell y King tenian razón. 

Tras estos ejercicios, el ejército estadounidense no aprendió la lección y hasta un informe presentado en agosto de 1941 por el general Frederick Martin y el vicealmirante Patrick N. L. Bellinger y un memorándum de Arthur H. McCollum, oficial de inteligencia naval de la agencia de inteligencia en el suroeste del Pacífico, de octubre de 1940, fueron ignorados por Washington.

Video sobre la entrada en el canal de YouTube de TRUFAULT: