domingo, 26 de marzo de 2023
La paloma mensajera que salvo a la tripulación de un bombardero
El 23 de febrero de 1942, un bombardero Bristol Beaufort de la RAF muy dañado por fuego enemigo tras una misión sobre Noruega regresaba con gran dificultad a su base. Finalmente se estrelló en el mar a más de 160 kilómetros de casa. Tratando de luchar contra la congelación del agua y sin poder transmitir una posición precisa a la base, la tripulación se enfrentó a una muerte segura por congelación en el frío Mar del Norte.
Pero a medida que el avión descendía, la tripulación había conseguido usar su última oportunidad, Winkie, una paloma mensajera. El ave fue puesto en libertad con la esperanza de que pusiera alas de regreso a su loft en Broughty Ferry, cerca de Dundee, y así alertar a los compañeros de los tripulantes del Beaufort.
Aunque se encontraba lejos de casa y en una época muy anterior a las radiobalizas de localización por satélite y el GPS, dónde un rescate no estaba garantizado, Winkie cumplió con su deber de paloma y consiguió llegar a casa después de volar casi doscientos kilómetros agotada y cubierta de aceite. Su propietario George Ross la llevó rápidamente a la RAF. Winkie no portaba ningún mensaje, pero en la RAF lograron determinar la posición del bombardero derribado mediante la diferencia de tiempo entre el amerizaje avión y la aparición del ave, teniendo en cuenta la dirección del viento e incluso el efecto del aceite de la plumas de Winkie en la reducción de la velocidad de vuelo.
Tras realizar los cálculos, se inició una misión de rescate, y los cuatro miembros de la tripulación del Beaufort fueron finalmente encontrados y rescatados con vida.
Winkie se convirtió en una celebridad, y se celebró una cena en su honor. Un año más tarde, se convirtió en el primer animal en recibir la Medalla Dickin (el equivalente a la Cruz Victoria), llamada así por la creador de la People's Dispensary for Sick Animals o PDSA, Maria Dickin, por: "la entrega de un mensaje en medio de dificultades excepcionales y así contribuir al rescate de un equipo de aire durante su servicio con la RAF en febrero de 1942".
Después de Winkie más de 60 animales han recibido la medalla, incluyendo un gato, tres caballos y dieciocho perros. Los animales que han obtenido la medalla Dickin son una inspiración. Se han comportado más allá de la llamada del deber. De hecho la medalla tiene inscritas las leyendas «For Gallantry» (Por valentía) y «We Also Serve» (También servimos).
A la muerte de Winkie, su dueño Ross la disecó y la cedió junto a su medalla Dickin a la Dundee Art Galleries and Museums.
Para saber más:
Look and Learn Magazine nº 9
Winkie Pigeons
BBC
Sunderland Echo
Pigeon Hole
Daily Mail
miércoles, 22 de marzo de 2023
Lectura recomendada: Canaris, el confidente de Franco
David Casado Rabanal es un investigador concienzudo y en este libro se nota, a pesar de la dificultad de acceder a documentos y diarios, pues la mayor parte de ellos fueron destruidos por los nazis. También ha conseguido tener a acceso a algunos documentos inéditos.
En "Canaris, el espía y confidente de Franco" aporta datos muy interesantes sobre el papel del jefe de espías alemán en España, algo que en los libros publicados por autores extranjeros no es más que un dato casi anecdótico y, según mi opinión, es un elemento lo suficientemente importante. Así, este libro es algo inédito en España y en nuestra lengua. También aporta testimonios y comentarios de coetáneos de Canaris, con lo que logra situarlo en el contexto que se merece ya que, al menos aquí en España, es un personaje casi desconocido, a excepción de ser el jefe del Abwehr y eso que su vida es rica en historias y anécdotas. No en vano estuvo muy próximo a Franco.Cabe destacar que la relación del jefe de la inteligencia militar alemana con España, durante la Segunda Guerra Mundial, es tan importante que la KO-Spanien, la delegación del Abwehr en España, fue la más numerosa en una nación neutral.
Durante la Segunda Guerra Mundial el papel de la organización de Canaris toma gran importancia en España. Un papel fundamental lo juega Galicia. Desde allí se aportan partes del clima, movimientos navales aliados o sirve como punto de abastecimiento de la Kiegsmarine y sus U-Boote. Para ese abastecimiento el Abwehr y la Armada española coordinan el Ettapendienst, una amplia red de suministros encargada de aprovisionar a submarinos y buques de guerra con naves nodrizas y bases secretas. Todo coordinado por el agregado naval alemán en Madrid.
David no dibuja una historia edulcorada del personaje y se aparta de elementos que puedan quedar manipulados por la ideología del personaje o la de quienes con anterioridad han escrito sobre él. Nos cuenta su relación con España desde la Gran Guerra, como se relaciona con los principales personajes del régimen franquista y como va tejiendo su red de espionaje en nuestro país. Durante la Guerra Civil española, Canaris ya es el jefe Abwehr, y al igual que la Gestapo, trabajan codo con codo con la inteligencia militar del bando sublevado.
Respecto a su ideología, Canaris es una persona políticamente conservadora, pero según los nazis van consolidando su control sobre Alemania, se volvió más crítico con al régimen. A pesar de ser un oficial leal del ejército alemán, creía que Hitler y los nazis estaban llevando a su país por un camino peligroso y ya desde 1938 trabajó en secreto para derrocarlo. Esto le llevó a involucrarse en varios complots contra Hitler, incluido el famoso golpe de estado de julio de 1944. Después de la malograda conspiración, fue arrestado, interrogado y ejecutado, de un modo tremendamente cruel, en el campo de concentración de Flusemburg en 1945.A pesar de su papel en los esfuerzos para derrocar a Hitler, Canaris sigue siendo un personaje controvertido en la historia alemana y de la Segunda Guerra Mundial. Algunos lo ven como un héroe que trabajó para detener a los nazis, mientras que otros opinan que fue un traidor que jugó un papel en la creación y el mantenimiento del régimen nazi. Este libro aporta bastante luz sobre este fascinante personaje.
David Casado Rabanal es miembro de Divulgadores de la Historia y colaborador de la revista Muy Historia y ha escrito "Vísperas de sangre y otros relatos sombríos", "Resistencias numantinas" y un libro que es referencia en la historia de la Armada Española, "La Marina ilustrada". También ha participado en diversos libros colectivos como: "Stalingrado, la ciudad que derrotó al III Reich", "El ataque a Pearl Harbor" y "La Batalla de Inglaterra", entre otros.
domingo, 19 de marzo de 2023
Los espías guardacostas de las Salomón
El océano Pacífico, plagado de islas, era un extenso frente que enfrentaba a los aliados contra los japoneses y el archipiélago de las Salomón eran fundamentales en el avance hacia Japón.
Para controlar estas importantes islas se creó un grupo de agentes conocidos como los guardacostas (coastwatchers). Estos audaces hombres solían ser empleados del gobierno australiano o británico o bien misioneros, rancheros y capataces de las plantaciones que se encontraban en las islas. Entre ellos se encontraba Fraklin Nash, el único estadounidense, que sirvió en la pequeña isla volcánica de Kolombangara, al este de Nueva Georgia.La razón de que se dedicaran a esta peligrosa misión se debe fundamentalmente a su vinculación con los nativos y las islas en las que vivían. El conocimiento del territorio era una ventaja para poder espiar y desaparecer como fantasmas en la espesura de la selva.
En sus movimientos por la costa o para ir de isla en isla solían utilizar botes de remos o pequeñas embarcaciones a vela que eran fáciles de ocultar. Para evitar ser descubiertos camuflaban sus posiciones y cambiaban a menudo de ubicación.
Inicialmente, los cerca de 60 guardacostas de las islas Salomón se comunicaban con el teniente comandante de la armada australiana Eric Feldt. Para comunicarse con las estaciones de escucha aliadas, como la de Henderson Field en Guadalcanal, utilizaban emisoras de radio y los prismáticos eran fundamentales para poder controlar los aviones que sobrevolaban sus posiciones y los navíos que recorrían sus aguas. Para poder identificarlos con claridad solían utilizar las tarjetas del catálogo “Jane's Fighting Ships” con las siluetas de los buques enemigos en perspectivas que iban desde los 90 a los 150 grados, que además incluían otra información como el armamento de que disponían.Antes de que los marines estadounidenses consiguieran hacerse con la isla de Guadalcanal los japoneses comenzaron la construcción de un aeródromo en Punta Lunga, al norte de la isla. En la cima de Gold Ridge se escondió el comisionado británico, Martin Clemens, que desde esa posición controlaba perfectamente los movimientos de los japoneses. Sus informes fueron fundamentales para la invasión estadounidense. El Campo de aviación se convertiría en Henderson Field y sería duramente atacada por los japoneses, pero los marines sabia de esos ataques gracias a los guardacostas de la isla de Bounganville que avisaban con hasta dos horas de antelación de la aproximación de los aviones nipones. Este tiempo permitía que los aviones estadounidenses despegaran antes incluso de que los japoneses fueran avistados.La vigilancia visual de los guardacostas, al igual que los vuelos de reconocimiento fueron vitales ya que los japoneses mantenían un estricto silencio de radio. Uno de los capataces de las plantaciones llamado Paul Mason envió uno de los informes más importantes: “Una flota de 33 destructores y más de una veintena de otros navíos se están preparando junto a la costa de Bounganville. Es muy posible que pretendan atacar Guadalcanal”. Esto preparó a la armada estadounidense y evitó una mayor debacle en la batalla naval de Guadalcanal.Los guardacostas también salvaron a multitud de marineros y pilotos derribados, al igual que entrenaban y daban armas a los nativos que realizaban guerra de guerrillas contra los invasores japoneses causándoles centenares de bajas, capturando a unos cuantos y rescatando a un buen número de soldados estadounidenses capturados.
Inicialmente, se atribuyó a los guardacostas la obtención de la información sobre el vuelo en el que el almirante Isoroku Yamamoto murió al ser derribado su avión por aparatos estadounidenses el 18 de abril de 1943. En realidad fue un mensaje japonés descifrado el que dio el itinerario del jefe de las flota combinada japonesa.
Para saber más:
Australian War Memorial
Pacific Wrecks
The last coastwatcher
Research Gate
History Net
CIMSEC
domingo, 12 de marzo de 2023
El club de fútbol que le hizo una peineta a Hitler
Todo viene de de una visita (a petición expresa de Hitler) que el Aston Villa realizó a Alemania un año antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial, con motivo de jugar varios partidos amistosos contra tres equipos germanos. En el primer partido, a pesar de la petición del Foreighn Office (Ministerio de Asuntos Exteriores), los británicos no hicieron el saludo nazi mientras sonaba el himno nacional alemán, como ya hicieron años atrás los jugadores del Manchester City. Ganaron el encuentro por 2 goles a 3
Cuando llegó el segundo encuentro, celebrado en Dusseldorf, las presiones para que fuera "un partido amistoso" del gobierno británico fueron mayores, por lo que los futbolistas no tuvieron más remedio que hacer el saludo en contra de su voluntad, aunque con gran desgana. Perdieron 2 - 1.
Llegó el tercer y último partido. El equipo dirigido por Jimmy Hogan volvió a escuchar el himno alemán y a alzar el brazo en el estadio de Stuttgart.
Cuando finalizó, por un escueto 0 a 1, el encuentro toda la plantilla se colocó al centro del campo y, en lo que al principio parecía una despedida de conjunto inglés, alzaron el brazo, pero en lugar de extender toda la mano solo hicieron una peineta.
Lógicamente, este acto no pasó desapercibido y produjo un gran enfado a las autoridades nazis.
Durante ese periodo la selección inglesa jugó en el estadio olímpico de Berlín contra la selección alemana, para devolver la visita que tiempo antes hicieron los alemanes y como acto de conciliación con Hitler. El partido finalizó con 6 goles de los británicos por 3 de los germanos. Pero a pesar del resultado este encuentro está considerado como el acto más vergonzoso de la historia de la Selección Inglesa. Pues ellos no pusieron problemas para hacer el saludo nazi.
Para saber más:
Clio Historia nº 185
Vavel
Fútbol Inglés