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domingo, 30 de julio de 2023

El Holocausto de las mascotas

Los británicos son grandes amantes de las mascotas, pero esta historia tiene un asunto olvidado del pasado, ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial.

Durante las primeras semanas de la Segunda Guerra Mundial, unos 750.000 perros y gatos murieron en Gran Bretaña. La gente hacía cola para sacrificar a sus mascotas. Clínicas veterinarias y perreras llevaron a cabo un exterminio nunca antes visto.

El sacrificio fue tan considerable que en las clínicas veterinarias se quedaron sin existencias de  cloroformo y los médicos tenían que usar corrientes eléctricas para matarlos. El alto número de muertes trajo otro problema añadido: sitio donde enterrar a las mascotas. Todo sucedía en un aparente estado de histeria colectiva ante el miedo de lo que se avecinaba. Organizaciones de caridad animal y asociaciones de veterinarios como la PDSA y la RSPCA se opusieron a esta "masacre".

Preocupados por la escasez de alimentos durante el período previo a la Segunda Guerra Mundial, el gobierno británico formó el Comité Nacional de Precauciones de Incursión Aérea (NARPAC) para decidir qué hacer con las mascotas antes de que estallase la guerra. Ante el riesgo de que los propietarios de mascotas podrían empeorar la situación si alimentan a sus animales editaron un folleto titulado "Consejos para los propietarios de animales".

El folleto que viene con un anuncio para un tipo específico de arma dijo: "Si es posible, envíe o lleve a sus animales domésticos al campo en previsión de una emergencia". "Si no puede dejarlos al cuidado de vecinos, lo más amable es que los sacrifique."
El mensaje fue emitido por la BBC y casi todos los periódicos lo publicaron.

La gente estaba preocupada por la amenaza de los bombardeos y la escasez de alimentos, y consideró inapropiado tener el lujo de una mascota durante la guerra, pero algunos dueños de mascotas vieron la posibilidad de salvar sus perros al solicitar que se unieran al ejército. aunque no fue hasta 1942, cuando el gobierno británico decidió reclutar a un ejército de 6.000 perros prestados por sus familias durante el tiempo que durase la guerra. Muchos no regresaron a casa.

Y no sólo las mascotas fueron las que pagaron por la escasez de alimentos, todos los animales del zoológico de Londres fueron sacrificados, desde las arañas de la viuda negra hasta los cachorros de león, todos alineados para ser exterminados.

Todo esto comenzó cuando aún ni había racionamiento ni habían comenzado los bombardeos del Blitz, que no llegaron hasta casi un año después, en el verano de 1940. En ese momento algunos dueños se apresuraron a sacrificar a sus animales, aunque ya en la primavera de 1940, muchos británicos se arrepintieron de sacrificar a sus queridos animales. Finalmente, las mascotas que sobrevivieron no tuvieron tantos problemas, ni crearon más a sus dueños, que hacían tanto la cola para sus alimentos como para la de sus mascotas.

El el caso de los gatos, el gobierno estimó que cerca de 80 millones de litros de leche fueron a parar a los comederos. Pero en su defecto se valoraba el aporte que hicieron los felinos en la lucha contra ratas y ratones.

El caso de los perros, tiene mayor importancia pues se demostró su utilidad en la búsqueda de las victimas entre los escombros, a causa de los bombardeos. Como el caso del perro que pasó doce horas escarbando para salvar a su familia, aunque tristemente los halló muertos.

En la posguerra el problema con las mascotas se hizo acuciante y en 1947 se tuvieron que sacrificar más de quince mil perros, por falta de alimentos e instalaciones donde acogerlos.

Hay un monumento conmemorativo en el Hyde Park de Londres para honrar a las mascotas que murieron por causa de la guerra. El monumento tiene dos inscripciones. la primera reza: "Este monumento está dedicado a todos los animales que sirvieron y murieron junto a las fuerzas británicas y aliadas en guerras y campañas a lo largo del tiempo". "No tenían opción".

Para saber más:
The great cat and dog massacre, de Hilda Kean
ABC
The Vintage News
New York Times
The Atlantic

domingo, 16 de julio de 2023

La noche de los cristales rotos

Aunque antes los nazis no habían tenido ningún pudor para reconocer sus inclinaciones antisemitas, la Kristallnacht (noche de los cristales rotos) fue la primera vez en que se realizó un ataque organizado contra los judíos de Alemania, Austria y los Sudetes. 

La noche de los cristales rotos
La operación fue orquestada por Joseph Goebbels y Reinhard Heydrich, que enviaron ordenes a las unidades del SD (Servicio de Seguridad) de una intervención inmediata contra los judíos pocos minutos antes de la medianoche del 9 de noviembre de 1938. Durante dos días y dos noches, los nazis quemaron o destruyeron casi todas las sinagogas y destruyeron alrededor de 7.500 tiendas y negocios. Asesinaron a 91 personas (algunas fuentes estiman que fueron unos 400) y se destrozaron un importante número de viviendas, escuelas y hospitales, todos judíos. Fueron arrestados 30.000 judíos y enviados a los campos de concentración de Dachau, Buchenwald y Sachenhausen. La escusa para llevar a cabo la Noche de los Cristales Rotos fue el asesinato en París del secretario de la embajada alemana, Ernst von Rath, perpetrado por el refugiado judío Herschel Grynszpan. Detenido por la Gestapo, fue declarado muerto en 1960. Posiblemente murió asesinado en la cárcel de Magdeburgo entre 1943 y 1945. 

La noche de los cristales rotos
Desde mucho antes de la llegada al poder de Hitler en 1933, las ideas antisemitas habían estado muy presentes en el partido nacionalsocialista aunque Hitler las moderó inteligentemente antes de las elecciones para poder sumar más votos. Ya en el poder, se pusieron en marcha, sin reservas ni subterfugios, el antisemitismo nazi. Las SS (Schutzstaffel) empezaron a perseguir a los judíos; solo el el primer mes fueron asesinados cuarenta judíos. Debido a esta presión sobre los judíos aumentaron las salidas de judíos de Alemania. Las leyes de Núremberg que se aprobaron en septiembre de 1935 sirvieron como soporte legal para la discriminación y persecución de los judíos. Les prohibían tener cualquier cargo oficial o a llevar siempre a la vista la estrella de David, entre otras prohibiciones. 

Durante los actos de destrucción la policia local y los bomberos se quedaron inmóviles, sin intervenir salvo en casos muy aislados y meramente testimoniales. El estado no ofreció ninguna compensación a los afectados. De hecho, se les prohibió hacer ninguna reclamación a las compañías aseguradoras y se impuso a la comunidad judía una multa de mil millones de reichmarks, además de la obligación de limpiar y reparar los destrozos. A partir de ese momento la discriminación de los judíos aumentó exponencialmente. Los negocios no podían reabrir si no eran administrados por no judíos y a los judíos se les impuso el toque de queda, que limitaba sus movimientos en determinadas horas del día.

La noche de los cristales rotos
Los actos llevados a cabo por las SA (Sturmabteilung), las SS y las Juventudes Hitlerianas, durante la Kristallnacht fueron tan brutales que las noticias dieron la vuelta al mundo, provocando la condena de casi todas las naciones. Estados Unidos intentó aprobar una ley que repoblara Alaska con un cuarto de millón de refugiados judíos, pero nunca llegó a realizarse.
La propaganda nazi lo presentó como una reacción espontánea de la población civil. Precisamente el diario neoyorquino The New York Times llegó a publicar que el mismísimo instigador, Goebbels, trató de detener los ataques a los judíos. Hermann Goering culpó de la noche de los cristales rotos a los delitos cometidos por los judíos en el pasado. Ya advirtió de lo que llegarían a pasar los judíos cuando dijo: "No me gustaría ser judío en Alemania".

Las Leyes de Núremberg, al igual que la Kristallnacht se pueden considerar como el principio de la Solución Final y el Holocausto.

Para saber más:

domingo, 2 de julio de 2023

El diario del profeta nazi

Alfred Rosenberg, considerado el filósofo e ideólogo del nazismo, fue uno de los colaboradores más cercanos a Adolf Hitler y el escritor del único libro que compitió en ventas con "Mi Lucha", del mismísimo Führer. El libro de Rosenberg, "El mito del siglo XX" se publicó en 1928 y está considerado como la "biblia nazi".

Además de este libro y su trabajo en el Völkischer Beobachter, el periódico del NSDAP, escribió un diario personal que tiene una gran importancia para conocer el nazismo y el III Reich.

En su diario, que tiene su primera entrada en 1934, se puede apreciar su carencia total de empatía, su tremendo narcisismo y su extremismo político llevado a la obsesión. En sus apuntes trata temas como la religión, el exterminio de los judíos o las luchas internas dentro del partido nazi.

Sobre los judíos, escribe:
[..] el Este está llamado a resolver una cuestión a la que se enfrentan los pueblos de Europa: la cuestión judía. En el Este viven aún seis millones de judíos, aproximadamente, y esta cuestión solo podrá resolverse a través del exterminio biológico de todo el pueblo judío en Europa. La cuestión judía solo se resolverá en Alemania el día en que hasta el último judío haya abandonado el territorio alemán, y en Europa, el día en que no quede ni un solo judío más en el continente europeo, hasta los Urales.
Tambien tenia su propia visión de la religión:
Se escribiría un quinto evangelio que reflejara las verdaderas doctrinas de Jesús. Se retirarían todos esos horribles crucifijos, pues la Iglesia no fijaría su mirada en los sufrimientos de Cristo, sino en su vida heroica. El Jesús germánico era el vigoroso predicador y el hombre airado en el Templo, y sería representado como un joven esbelto, alto, rubio, de frente elevada, pues con toda probabilidad había sido ario, no judío.
Cuando habla de las peleas internas entre los jerarcas nazis, se lanza con gusto a la critica y la descalificación de sus rivales. A Goebbels, el Ministro de Propaganda, los define como el "foco de pus", y señala como este no era demasiado apreciado por la élite nazi. Precisamente sobre Hitler no hay ni una sola palabra de desaprobación, se podría decir que los comentarios hacia el Führer son más bien serviles, de autentica adoración por el líder. Anota cada muestra de favor del Führer, hasta las palmadas en el hombro.

Otro tema interesante, tratado en el diario, es el arte, y concretamente su robo cuando estuvo al frente de la Einsatzstab Reichsleiter Rosenberg, con la que saqueo colecciones de arte de los territorios ocupados. Por ello tuvo que enfrentarse a Hermann Göring, otro "amante del arte":
Las cosas que mi Einsatzstab confiscó en París son sin duda únicas, [...] mil doscientos veinticuatro cajones de libros en once vagones de tren.
El diario en si mismo tiene su historia. Se usaron en los juicios de Núremberg y desaparecieron tras la sentencia de muerte a Rosenberg, en 1946. El diario de lo había agenciado Robert Kempner, que formaba parte de la acusación de los crímenes cometidos en el Este.

Un par de investigadores intentaron obtener los documentos que tenía Kempner, sin conseguir nada.  Tras su fallecimiento en 1993 y hasta 2001 todo es confuso, hasta que una parte cayó en manos del Museo Memorial del Holocausto. Parte incluso fue vendida a un comerciante de trasto viejos. Por fin en 2013, se lograron recuperar 425 páginas manuscritas. En total son 850.

Como afirman los editores del diario, quizás Rosenberg sea el líder del nacionalsocialismo que más se merezca el calificativo de "criminal por convicción". Creyó hasta el final en lo que predicaba, y llevó a la práctica lo que para él era simplemente obvio.

Para saber más:
Diarios 1934-1944, de Alfred Rosenberg
Ushmm
El Español
El País
Culturplaza