Todo comenzó cuando una tormenta azotó Gran Bretaña la noche del 17 de septiembre de 1940. Varios globos de barrera contra los bombarderos alemanes, se soltaron y fueron arrastrados por la tempestad a través del Mar del Norte llegando hasta Suecia y Dinamarca. Allí, los cables metálicos que arrastraban causaron diversos cortes de energía al chocar con las líneas eléctricas. La falta de electricidad interrumpió el servicio ferroviario, los semáforos e incluso desactivaron una antena de radio.
Suecia, la más afectada, se quejó ante el Gobierno británico incluyendo un informe con todos los daños causados por los globos. Tras leer el informe, el primer ministro británico
Winston Churchill, abierto a cualquier cosa, por disparatada que fuera y que le ayudara a ganar la guerra, ordenó un estudio para determinar si los globos podrían usarse para atacar Alemania.
El Ministerio del Aire descartó la idea pero la Royal Navy lo veía como una idea prometedora. El Almirantazgo llevó a cabo estudios meteorológicos que rápidamente confirmaron que ente 4.800 y los 7.600 metros de altitud, los vientos dominantes soplaban de oeste a este y que eran más confiables en invierno, cuando el uso de electricidad en Alemania estaría en su punto más alto, magnificando el posible daño.
Se consideraron dos métodos de uso. El primero sería arrastrando un cable de acero delgado. Si los globos volaban muy bajo, casi rozando el suelo, existía la posibilidad de que pasaran sobre las líneas eléctricas. El alambre de acero podría provocar un cortocircuito dañando el sistema de energía de Alemania y desviando mano de obra para protegerlo y reparar las averías. El segundo método sería cargar los globos con bombas incendiarias, que podrían provocar incendios en las tierras de cultivo y las regiones boscosas de Alemania. Esto tambien desviaría mano de obra alemana para apagar los incendios.
Se utilizarían globos
meteorológicos. Cuando estaban inflados, tenían unos dos metros y medio de diámetro (los Fu-Go usados por los japoneses tenían más de nueve metros). Con unos toscos mecanismos, pero eficaces, lograron mantener los globos entre los 4.800 y los 7.600 metros de altitud hasta el momento en que se estimaba que llegarían a Alemania, según la velocidad estimada del viento. A continuación s
e le hacía descender liberando hidrógeno hasta que arrojaran su carga incendiaria. A esa altitud un goteo de aceite mineral aligeraría la carga y mantendría al globo en una flotabilidad neutra, manteniéndolo en el aire para que pudiera alcanzar y cortocircuitar las conducciones eléctricas.
Los globos que portaban el alambre soltarían una ligera cuerda de cáñamo de unos doscientos metros de largo que a su vez estaba atada a una cuerda metálica de piano de la mitad de largo. El cable se arrastraría por el suelo hasta toparse con los tendidos eléctricos. Los globos bombarderos llevarían pequeños artefactos incendiarios de tres tipos, llamados "cerveza", "jalea" y "calcetines". La bomba de “cerveza” consistía en un recipiente cilíndrico lleno de ocho botellas de vidrio de media pinta con fósforo blanco, benceno, agua y una tira de goma que hacía de tapón. Una mecha de combustión lenta, encendida justo antes de soltar el globo, volcaría el bote, permitiendo que las botellas se cayeran cuando el globo alcanzara los cielos alemanes. Cuando el vidrio se rompía, el fósforo se encendía al contacto con el aire y quemaba todo lo que tocaba. Las bombas de “gelatina” consistían en cuatro litros y medio de gelatina incendiaria en una lata de gasolina. Una mecha lenta encendería la gelatina y una bola de fuego quemaría todo a una distancia de 6 a 7 metros. Los “calcetines” eran bolsas de lona de material incendiario parecidas a salchichas embadurnadas en parafina. Cada globo contaba con tres que pesaban unos dos kilos. Al caer, cada calcetín tomaría forma de "V" que debía engancharse en un árbol. Los fusibles colocados en cada extremo harían que ardiera al rojo vivo hasta 15 minutos.
La Operación Outward se aprobó en
septiembre de 1941 y los primeros lanzamientos de globos tuvieron lugar el 20 de marzo de 1942. El ensamblaje se realizó en unas instalaciones cerca de Felixstowe en Suffolk y os lanzamientos tuvieron lugar en el
Club de Golf local. El personal destinado a la operación procedía del RAF Balloon Command y de la Royal Navy.
El servicio de inteligencia escuchó el tráfico de radio alemán para conocer el efecto de estos dispositivos y la resistencia en los países ocupados también aportaron información. Se produjeron incendios forestales cerca de Berlín y llegaron tan lejos como Prusia Oriental y Hungría, así como de los apagones. La Luftwaffe llegó a asignar hasta 250 aviones de combate para derribar los globos. Esto significaba que el enemigo se vio obligado a dedicar valioso combustible, aviones y pilotos que se desviaron de otras operaciones. A los alemanes les costó mucho más defenderse de los globos que a los británicos lanzarlos.
En julio de 1942, se instaló un segundo lugar de lanzamiento en un club de golf cerca de Dover, el punto más cercano al continente y un tercero en Waxham en Norwich. Gracias a esto se pudieron lanzar hasta 1.800 globos en un día a pesar de lo complicado que suponía coordinar los lanzamientos con la RAF para asegurarse de que no estuvieran en el aire cuando se estaba produciendo un gran bombardeo en el continente. En mayo de 1944, los lanzamientos se redujeron debido al aumento de los bombardeos aliados sobre el continente. Se temía que las bombas flotantes pusieran en peligro a los miles de bombarderos y cazas. Ante el Día D solo se produjeron unos pocos lanzamientos cada día.
En total, se lanzaron 99.142 globos y se lograron cerca de 520 cortes de suministro eléctrico en Alemania. Posiblemente el mayor resultado se consiguió el 12 de julio de 1942, cuando un globo de alambre tocó una línea eléctrica de alta tensión cerca de Leipzig. El cable de arrastre cortocircuitó un disyuntor en la central eléctrica de Böhlen, esto
provocó un incendio y una explosión que destruyó la central eléctrica y dejó una amplia zona sin electricidad durante días.
La operación no estuvo exenta de incidentes. Un globo quedó atrapado en un remolino volviendo a Gran Bretaña y su cable de acero dejó sin electricidad a la ciudad de Ipswich, capital del condado de Suffolk. El último lanzamiento del 4 de septiembre de 1944 llegó en la noche del 19 a Suecia y provocó el choque de dos trenes.
Para saber más:
Stratocat
Military Wiki
Operation Outward: Britain’s World War II offensive balloons, de Raoul E. Drapeau
Dark Docs
Wikipedia